Es el momento idóneo para que el tiempo se haga habitación, para leer a Proust o a Heidegger o a Pla, para envolverse en las sábanas y morir un poco, a ratos, como dejándose llevar.
Si la fiebre es sinónimo de lucidez, hoy soy una auténtica lumbrera.
(Foto: jardines del Campo del Moro, Madrid, 2006)
Ánimo!
ReplyDeleteHeidegger? Qué Heidegger? Nunca pude con los traductores de Heidegger, que tenían la habilidad -eso sí- de añadir la oscuridad a lo oscuro.
Cuando uno está enfermo es el único momento para leer a Heidegger... Lo mismo te curas (de la impresión). Ya sabes: el ser ahí del ser-en-el-mundo que cuida-de sí mismo, etc, etc.
ReplyDeleteCelan solía decir herido de realidad y en busca de realidad... la realidad como una especie de fiebre, de esa que te vuelve ceniza... en el polvo todo se presiente diferente, más nítido diría yo. ¿te abruma? a mí sí.
ReplyDeleteOjalá te recuperes pronto.
Abrazo de año nuevo.
=)
R.
Gracias, R. Feliz Año Nuevo.
ReplyDeleteYo creo q tienes fiebre...
ReplyDeletePos sí, eso me temo yo tb...
ReplyDeleteEl plan de lecturas no está mal; aunque lo de Heidegger no sé si será recomendable; un enfermo necesita sopas, no huesos. Me da que, en todo caso, antes de que te de tiempo a meterte en tales lecturas ya estarás sanote...
ReplyDeleteUn saludo y que te mejores, amigo...
Heidegger, H de hueso. Cierto.
ReplyDeleteTodo venía por lo del ser y el tiempo, que en situación de enfermedad y tedio adquiere más sentido.
¡Ponte bueno pronto! :)
ReplyDeleteGracias, descon, eso espero...
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