Monday, July 30, 2012
Wednesday, July 25, 2012
Sánchez Ferlosio: la prosa anfetamínica de un personaje de carácter
Saturday, July 21, 2012
News&Links
[Adenda: Félix de Azúa nos da la solución: de la miseria a la pobreza]
Un nuevo blog: Atónito perpetuo.
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La historia de M. Nunca se me hubiese ocurrido la comparación entre Rajoy y Michi Panero. ¿O no es Michi Panero?
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Me leo toda la prensa italiana on line, a ver qué dicen. Y están rendidos a nuestros pies. "Italia nuova, paese vecchio" sentencia Pradelli.
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Monday, July 02, 2012
Un libro y una película
Un libro y una película: en Jot Down.

Sunday, June 24, 2012
Monday, June 18, 2012
Cádiz (Cái)
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Friday, June 08, 2012
Grupo salvaje

Saturday, June 02, 2012
Palomas muertas, la vida de Johnson
Antonio Alcántara se ha convertido en una singularidad cuántica. Podría ser un título de novela.
Un recuerdo de la infancia. A veces llegaba el olor a laca desde el fondo del pasillo y entonces aparecía mi madre con el pelo ahuecado, como una Dama de Elche.
Tuesday, May 29, 2012
Los cambios tiempan
(Rafael Sánchez Ferlosio, El País, vía Mabalot)
Monday, May 21, 2012
Los Panero, un fin de raza literario (y II)
Sunday, May 13, 2012
El sillón K mayúscula
Nunca llegó a pronunciarlo, pues falleció poco antes de la fecha en que estaba programado el evento.
Thursday, May 03, 2012
Saturday, April 28, 2012
Sunday, April 22, 2012
Retrato del niño con el fútbol al fondo
Hace tiempo que le comentaba a Marcos que tenía que escribir la novela de la infancia, y él ya lo sabía (no era descubrimiento ni novedad). Todos los textos y relatos que le he leído protagonizados por el niño boquiabierto, ese que somos todos, son una maravilla. Esa mirada entre cruda y nostálgica, emocionante, desinhibida, originaria, verdadera. Pues bien: Una insolencia es el relato largo inaugural, el prolegómeno. Le queda mucho por escribir de esa etapa que lo determina todo. Insistimos: ¡queremos la novela larga!
En estas páginas tenemos al niño de Pontevedra que va al fútbol con su padre. Lo vemos en el antiguo Pasarón, vestido de domingo raspándose las rodillas, rodeado por el humo de los puros y los gritos y las gabardinas beis de los señores calvos que se estiran a coger el balón. Hay que roelo. El niño escuchimizado (“gusano vestido con unas cortinas”) que juega al fútbol sin mucho convencimiento y que a veces se hace pisar en el área para conseguir un penalti. El hijo del madridista que se hace del Barça, quizás por llevar la contraria o porque prefiere la melancolía a la euforia (era otra época). Su “barcelonismo en la lejanía”, su barcelonismo de gallego, lo aleja del fanatismo. El Barcelona del Cruyff entrenador, el Dream Team, nos pilló en la adolescencia pero en bandos rivales, cada uno gestando sus mitologías (por cierto, que yo estaba convencido de que éramos del mismo año y resulta que me saca dos). El retrato de Romario, por ejemplo, ocupa tres páginas antológicas: “Lo suyo es un cumplir con su habilidad entre siesta y siesta. Cómo meter goles increíbles sin hacer de futbolista, o cómo meter goles y ser más rápido sin moverse. Apenas un toque, una vaselina, el portero estafado, no ha tenido ni que tirarse, nadie lo suyo, y él celebra el gol con pausa, sin muchas ganas de hacer el papelón también ahí”. Pese a los colores, yo también disfruté viendo jugar a Stoichkov, Laudrup, Romario... Creo que de algún modo ya sabía que Laudrup acabaría de blanco. Era su color.
Hay que tener en cuenta que el tema que estamos tratando es muy sensible: el fútbol. Ni siquiera la política es un asunto tan espinoso, tan visceral. Que un madridista como yo sea capaz de leerse varias veces un libro sobre el Barça de un barcelonista y que no me salgan sarpullidos a cada elogio azulgrana, es desde luego un milagro. Es el milagro de la calidad literaria, el goce supremo de una prosa. Si no, sería imposible. Aunque el libro esté alejado de cualquier forofismo exacerbado, el lector no puede evitar que le salte el tifosi descerebrado que lleva dentro. Por ejemplo, hoy estoy escribiendo esto y no puedo dejar de pensar en el 1-2 de ayer en el Camp Nou: el achacoso Napoleón blanco derrotando en su feudo a la supuesta máquina perfecta, sublime, de Messi y compañía (la mejor de la historia, dicen). Y pienso: es que son tan buenos, lo tienen tan asumido, que ya no se tienen que molestar en jugar. Antes de pasar ya lo contaron los telediarios. La realidad es que les quitas a Messi (el mejor, sí, del mundo) y se quedan en casi nada. Es el forofo que acecha dentro y que salta a la mínima. Porque todos sabemos que Guardiola —la autoseriedad personificada, el hijo adoptivo de los periodistas— es un gran hipócrita, de los mayores de la historia del fútbol. A poco que uno se descuide, salta el fanático; no se puede evitar. Perdón.
Pero olvidemos el fútbol, que a nadie le importa. Aquí está el adolescente pajillero que reza a Dios para vivir a refugio en las tetas de Patricia, su compañera de clase. Aquí está la madre que corta cebolla mientras el joven lee en la cocina y piensa en el futuro incierto. El partido del clásico visto en el bar, las gafas empañadas, los copos de nieve cayendo al salir, la visita a San Mamés. En esas breves imágenes la vida respira con toda su emoción. Alta literatura.
Querríamos que esas páginas se multiplicaran indefinidamente, que no acabaran nunca. Poder seguir leyéndolas todo el día, hasta que nos llamen a cenar.
Saturday, April 21, 2012
Londres por Claude Friese-Greene
Me encantan las secuencias londinenses, sobre todo por el color de las imagenes.
Tuesday, April 17, 2012
En camino

Monday, April 16, 2012
La flauta, el carro o la ronquera
Empieza la música aunque no diga nada la letra. Empiézala. No importa. Hay que coger la flauta y hacerla sonar, hay que coger el teclado y declinar las palabras, una tras otra, como si fuese un tren descarrilado (descarriado, férreo, ferroviario, pero con su música), o echar el carro por el pedregal, como decía Azorín. Azorín, ¿acaso tiene música Azorín, aparte de la de su pseudónimo? La música es más bien de Valle-Inclán. Esa música encantada de sí misma que se enrosca en volutas de humo de veguero mentolado y que embelesa las almas llevándolas al borde del precipicio o del Edén. Qué gran músico (hameliniano), don Valle, san Ramón, marqués del Inclán. Y Baroja, el otro de la Gran Terna, la terna que va quedando después de tanta hojarasca mojada (mojada como la pólvora de su letra, sin música o con ella), Baroja, digo, ¿qué música tiene, aparte de la ronquera de su voz (siempre ruda, austera, a veces exacerbada, colérica)? La flauta, el carro o la ronquera. O una mezcla de las tres: el 98.
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"El estilo era un punzoncito con el que se escribía en las tablas recubiertas de cera. Y yo, claro está que no tengo ese punzón. El estilo es una entelequia; se habla de estilo cuando no se tiene estilo y entre quienes no saben lo que es escribir. Si quieres que te dé una definición de estilo te diré lo siguiente: Tener estilo es no tener estilo. Cuando se lee a alguien que de veras tiene estilo y se cierra el libro, no se sabe cómo ha escrito el autor de la prosa que acabamos de leer. No sabemos tampoco del olor y del sabor del agua cristalina que hemos bebido en una fontana. Si lo supiéramos, ya esa agua no sería límpida. Algo habría en ella ajeno a su transparencia y a su insipidez". (Azorín, Memorias inmemoriales)
Y sin embargo... suele haber en Azorín una determinada selección de palabras que flotan en el vaso de su prosa como manchitas o motas que rompen la magia de la insipidez, de la transparencia.
Monday, April 09, 2012
Sir Arthur Conan Doyle en espíritu
Sir Arthur Conan Doyle en espíritu, en Jot Down

Friday, April 06, 2012
Bordar almohadones
Wednesday, April 04, 2012
La gente con paraguas
Friday, March 30, 2012
Sunday, March 18, 2012
Los Panero, un fin de raza literario (I)
Los Panero, un fin de raza literario (I), en Jot Down

Saturday, March 03, 2012
El 22-23 de Leinster Gardens



Tuesday, February 07, 2012
Monday, January 30, 2012
El número 15 de Usher Island
El número 15 de Usher Island, en Jot Down

Saturday, January 28, 2012
The Last Good Day of the Year
Sunday, January 15, 2012
Los pequeños placeres
Friday, January 06, 2012
Estanco
Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad. Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morir y no tuviera más hermandad con las cosas que una despedida, convertidos esta casa y este lado de la calle en hilera de vagones de un tren, silbada su salida desde dentro de mi cabeza, y sacudidos mis nervios y chirriantes los huesos en la marcha. Hoy estoy perplejo, como quien pensó y halló y olvidó. Hoy estoy dividido entre la lealtad que debo al Estanco del otro lado de la calle, como cosa real por fuera, y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.
Fracasé en todo. Como no tenía propósito alguno, todo tal vez fuese nada. Del aprendizaje que me dieron me descolgué por la ventana de las traseras de la casa. Fui hasta el campo con grandes propósitos. Mas allí sólo encontré hierbas y árboles, y gente, cuando la había, igual a la otra. Dejo la ventana, me siento en una silla. ¿En qué he de pensar?
¡Qué sé yo lo que seré, yo que no sé lo que soy! ¿Ser lo que pienso? ¡Pienso ser tanta cosa! y tantos hay que piensan ser la misma cosa que no podrán serIo tantos. ¿Genio? En este momento cien mil cerebros se conciben en sueños tan genios como yo, y la historia no marcará, ¿quién sabe?, ni a uno sólo, ni quedará más que estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí. ¡En todos los manicomios hay locos descabalados por tantas certezas! Yo, que de nada estoy cierto, ¿soy más cabal o soy menos cabal?
No, ni en mí... ¿En cuántas buhardillas y no-buhardillas del mundo no habrá a estas horas genios-para-sí-mismos soñando? ¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas -sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas- y quién sabe si realizables, nunca verán la luz del sol real ni hallarán los oídos de nadie?
El mundo es de quien nace para conquistarlo y no del que sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón. He soñado más que cuanto Napoleón hizo, he estrechado contra el pecho hipotético más humanidades que Cristo, he hecho en secreto filosofías no escritas aún por ningún Kant. Mas soy, y tal vez seré siempre, el de la buhardilla, aunque no viva en ella; seré siempre el que no nació para eso; seré siempre tan sólo el que tenía cualidades; seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta junto a una pared sin puerta y cantó la cantinela del Infinito en un gallinero y oyó la voz de Dios en un pozo cegado.
¿Creer en mí? No, ni en nada. Derrámeme la Naturaleza sobre la cabeza ardiente su sol, su lluvia, el viento que me busca el cabello, y lo demás, que venga si es que viene o ha de venir, o que no venga. Esclavos por el corazón de las estrellas, conquistamos todo el mundo antes de levantarnos de la cama; pero despertamos y es opaco, nos levantamos y es ajeno, salimos de casa y es la tierra entera más el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido. [...]".
(Álvaro de Campos / Fernando Pessoa)