Thursday, October 27, 2011

Monday, October 24, 2011

La trama

Pasaron tantas cosas, y tan seguidas, que no sé por dónde empezar a contarlas. No es fácil tomar una decisión, el momento del inicio lo determina todo en una historia, su alcance, su sentido, su evolución, hasta su desenlace, no es lo mismo lanzarse de cabeza in media res que hacer un análisis detallado de los antecedentes, lo que -si fuéramos puntillosos- podría llevarnos siglos. ¿Dónde poner el principio, dónde sacar la navaja y cortar la cuerda de las causas de la que tiramos con tan desmedido afán? ¿Y dónde sellar la conclusión, dónde poner punto-y-final si no es en el ahora, el siempre-ahora permanente que nunca se calla (y por tanto tendríamos que seguir hablando sin parar hasta el fin de los tiempos para poder contarlo todo, es decir, para poder contar esto, aquello, algo)? Quizás sea verdad lo que defienden algunos y esta idea del tiempo como línea no sea más que un prejuicio, un engaño, un remedio espiritual para tranquilizar a los cobardes, a los temerosos. Hay que aprender a vivir en el caos perpetuo, en un instante absoluto que perdura eternamente. Sólo sabemos que alguien quería matarle y que lo consiguió. Ahí se acaba todo. Poco más que decir. Ni una sentencia, por muy firme que sea, podrá desdecir lo que ha ocurrido. Lo demás sólo sirve para que algunos carroñeros rellenen los periódicos. No, no existe el antes y el después, eso es algo que ponemos nosotros, que no sabemos vivir sin nuestro pequeño orden que comunica sentido. Queremos ser los dioses de las horas, los creadores de lo que es, porque se van haciendo los hechos con las palabras. Se va pronunciando el mundo a medida que lo inventamos, contando lo que creemos, lo que imaginamos. Sí, ya sé, cada uno tiene derecho a dar su punto de vista, pero quizás ni siquiera hay algo sobre lo que formarse una opinión o tener una perspectiva. El vacío es irrepresentable. El que vio la pistola no vio al asesino, el que recogió el cadáver no estaba en el momento del disparo, el que cree que lo sabe todo resulta que está equivocado. Lo importante es lo que queda sin narrar. Ahí está lo decisivo.
Me niego a contar mi versión, no la diré por mucho que me insistan, por mucho que la ausencia de palabras se vuelva en mi contra y me haga sospechoso de algo tan desagradable, por mucho que me aprieten las tuercas, uno tras otro, todos los fiscales de este mundo. No hablaré, mi voz será el silencio, hasta evitaré los gestos en respuesta a las preguntas (si las hubiera). Nada tengo que ocultar, soy inocente, por eso mismo renuncio a mostrarme, a decirlo, a decirme, pues la penitencia está en el delito y no hay mayor delito que la palabra dicha. Todos se agarran a la palabra dicha. La desfiguran, la tergiversan, la multiplican. Sé que callando todo irá mejor, nos ahorraremos el disgusto, unos y otros y los de más allá, las cosas seguirán su marcha lenta, sostenida, implacable, sin la influencia del maldito charlatán que lo cuenta todo sin pararse siquiera a respirar. El mundo es muy cotilla. Doy mi palabra de que no diré nada. Doy mi palabra, la entrego, me rindo, me deshago de ella. Estoy cansado y solo y derrotado. Nada tengo, ni siquiera hambre. Sólo me queda este silencio ensordecedor, este frío que quema, estas palabras que, al no ser nunca dichas, resuenan sin eco en la boca de todos los estómagos vacíos. Los hechos se crean con las palabras. Se les da vida a los seres a fuerza de nombrarlos. Y yo siempre tuve alma de sepulturero.

Friday, October 21, 2011

Larvatus prodeo

"La Novela es una Muerte; transforma la vida en destino, el recuerdo en un acto útil y la duración en un tiempo dirigido y significativo. Pero esta transformación sólo puede darse ante los ojos de la sociedad. La sociedad impone la Novela, es decir un complejo de signos como trascendencia y como Historia de una duración. Por la evidencia de su intención, captada en la claridad de los signos novelísticos, reconocemos el pacto que une con toda la solemnidad del arte, al escritor con la sociedad. El pretérito indefinido y la tercera persona de la Novela, no son más que ese gesto fatal con el cual el escritor señala la máscara que lleva. Toda la literatura puede decir: “Larvatus prodeo”, me adelanto señalando mi máscara con mi mano. Ya se trate de la experiencia inhumana del poeta, que asume la más grave de las rupturas, ya la mentira creíble del novelista, la sinceridad necesita aquí signos falsos, y evidentemente falsos, para durar y ser consumida. El producto, y finalmente la fuente de esta ambigüedad, es la escritura. Ese lenguaje especial cuyo uso da al escritor una función gloriosa pero vigilada, manifiesta una especie de servilismo invisible en los primeros pasos, que es propia de toda responsabilidad: la escritura, libre en sus comienzos, es finalmente el lazo que encadena el escritor a una Historia también encadenada: la sociedad marca con los signos claros del arte, con el objeto de arrastrarlo con más seguridad en su propia alienación."

(Roland Barthes, El grado cero de la escritura)

Thursday, October 13, 2011

Sevilla 1896



Me voy a una Sevilla sin procesiones, ferias ni toros. Menos typical, espero, que la de los hermanos Lumière. Aunque el calor no nos lo quita nadie: más de 30 grados a mediados de octubre.

Friday, October 07, 2011

Dos muertes, dos estilos

Si pones en Google “Steve Jobs” y “visionary” te salen 200 millones de resultados. Si pones “Steve Jobs” y “genius” más de 88 millones. Más de 27 millones si pones “Steve Jobs” y “guru”. Y si pones “Steve Jobs” y “change the world” más de 3 millones y medio. Parece que los tópicos han sepultado al mago de la innovación y el marketing tecnológico. Sería absurdo negar su valía en todos esos aspectos, y sobre todo su condición modélica de “self made man”, tan adorado en EEUU, pero a mí había algo que no me acababa de convencer de este hombre, algo que me daba mala espina, no sé por qué. Vamos, que no me fiaba. Quizás era esa obsesión por el éxito, esa desmedida avaricia, ese oscurantismo ególatra, ese acaparamiento febril de los hallazgos…
Me interesa, sobre todo, su dimensión estética, como diseñador. En su famoso discurso en la Universidad de Stanford daba algunas claves de esto: “En aquella época la Universidad de Reed ofrecía la que quizá fuese la mejor formación en caligrafía del país. En todas partes del campus, todos los pósters, todas las etiquetas de todos los cajones, estaban bellamente caligrafiadas a mano. Como ya no estaba matriculado y no tenía clases obligatorias, decidí asistir al curso de caligrafía para aprender cómo se hacía. Aprendí cosas sobre tipografías serif y sans serif, sobre los espacios variables entre letras, sobre qué hace realmente grande a una gran tipografía. Era sutilmente bello, histórica y artísticamente, de una forma que la ciencia no puede capturar, y lo encontré fascinante. Nada de esto tenía ni la más mínima esperanza de aplicación práctica en mi vida. Pero diez años más tarde, cuando estábamos diseñando el primer computador Macintosh, recordé todo eso. Y diseñamos el Mac con eso en su esencia. Fue el primer computador con tipografías bellas. Si nunca me hubiera dejado caer por aquel curso concreto en la universidad, el Mac jamás habría tenido múltiples tipografías, ni caracteres con espaciado proporcional. Y como Windows no hizo más que copiar el Mac, es probable que ningún computador personal los tuviera ahora. Si nunca hubiera decidido dejarlo, no habría entrado en esa clase de caligrafía y los computadores personales no tendrían la maravillosa tipografía que poseen”.

Las comparaciones son odiosas e imposibles, pero ahora que todo el mundo llora la pérdida del cofundador de Apple, a mí me gustaría recordar a Michael S. Hart, el creador del Proyecto Gutenberg, que murió hace un mes (se le considera también el inventor del libro electrónico). No recuerdo haber visto ninguna noticia de su muerte en los medios españoles. Tampoco conozco nada del personaje, pero su proyecto borgiano me parece una de las ideas más hermosas que se han concebido: una biblioteca digital universal a disposición de todo el mundo. A diferencia de los productos de Jobs, el Project Gutenberg no tiene ningún objetivo comercial. Frente al sistema cerrado, exclusivista y endogámico de Apple, el Proyecto Gutenberg se concibe de forma totalmente abierta, para el uso gratuito de todo el mundo contando con su participación desinteresada: simplemente toma lo mejor de la humanidad para ponerlo al servicio de ella misma con la ayuda de quien se preste voluntariamente. Ya sé que no son dos modelos comparables, por muchas razones. Pero a mí me gusta mucho más éste.
Desde luego, para mí ha sido mucho más útil el Proyecto Gutenberg de Hart que todos los inventos de Jobs. No tengo iPod ni iPhone, ni interés alguno por tenerlos. Estuve a punto de comprarme un MacBook Air cuando estuve en la famosa tienda de Nueva York, pero al final no me decidí (por cuestiones prácticas, de trabajo). Me quedé con las ganas. Y todavía no tengo un iPad, aunque me gustaría (a ver si me lo regalan). En cambio, gracias a la idea de Hart, puedo leer (y escuchar) miles de libros siempre que quiera, desde donde quiera, simplemente haciendo clic.

Sunday, September 25, 2011

John Cheever en misa

"De rodillas en la iglesia (incluso en la catedral) nos enfrentamos a los hechos elementales de nuestra humanidad. Lo alabamos, lo bendecimos, lo adoramos, lo glorificamos y nos preguntamos quién es el barítono del otro lado del pasillo y esa mujer hermosa de nuestra derecha que huele a manzano".
"Mamá murió el 22 y no le presto más atención que a los bordes de un cáliz lleno de vino".
"Primero, el Miércoles de Ceniza e la calle 125. La luz del sol primaveral se difunde sobre las calles alejadas del centro. Es una luz conmovedora y turbadora, y, Dios mío, qué depresión".
"Esta mañana a misa. Creo que voy a confirmarme. Mi idea, esta mañana, es que hay amor en nuestra concepción, que no nos amasó una pareja en celo en un hotel de segunda".
"¿Y qué importa si un domingo, al entrar en nuestra iglesia de piedra sin calefacción, el sacerdote con sus velas y campanillas os recuerda algún rito iniciático de la infancia, una ceremonia en el granero o el cobertizo para ingresar en la misteriosa orde de la Avispa Verde? ¿Qué importa si nuestras mentes divagan por asuntos indignos de la oración, si nos concentramos en los almohadones rotos, aspiramos el perfume de la mujer que está delante, analizamos nuestra vida sexual, soñamos con un café bien caliente o pronunciamos las contestaciones con voz más fuerte que la del hombre que está al otro lado del pasillo? ¿Qué importa todo eso?"
(John Cheever, Diarios)

Saturday, September 10, 2011

Diarios II, de Iñaki Uriarte

Acaba de salir el segundo volumen de los Diarios de Iñaki Uriarte, correspondiente a los años 2004-2007. El primero fue una revelación, un descubrimiento, un rotundo éxito. Las frases elogiosas de la faja (esto siempre suena a señora gorda) lo ratifican: Vila-Matas, Muñoz Molina, Trapiello, García Martín, Jordi Gracia... Grandes expertos en el género "diarios" y autores de referencia que demuestran que, pese a lo que dice su lema, la editorial Pepitas de Calabaza tiene ya más proyección que un Cinexín.
Al igual que Gesualdo Bufalino, Uriarte se ha destapado como escritor con más de sesenta años. Es algo así como el equivalente en literatura a esos actores curtidos durante décadas en la oscuridad de los teatros que, de repente, a la edad en que los demás se jubilan, hacen una película y reciben el Óscar al Mejor Actor Revelación. Uriarte, como nunca ha trabajado, no puede jubilarse, y ha decidido ofrecer a la sociedad una pensión de alegría en forma de libros. Imagino que ha debido de ir curtiéndose la prosa por dentro a lo largo de muchos años (como quien hace un plan de pensiones, por seguir con la tontería), a base de lecturas desordenadas, ociosas, casuales, gozosas, de digestión reposada, sin ansia ni obligaciones ni prisa, quizás con cierta pereza, anotando algunas citas en la libreta del cerebro, y sobre todo asistiendo al espectáculo de la vida con esa sabiduría que da observar las cosas sin darles demasiada importancia. Quizás es la única forma de que salga la escritura tan natural, tan precisa, tan fluida.
Empieza Uriarte este volumen diciendo que a veces vuelve a sus anotaciones “como quien vuelve a casa, y soy yo mismo el que me abro la puerta y me recibo y me doy conversación". Y así es también como se siente el lector: como ante un amigo que le recibe en casa en zapatillas y le da conversación en el sofá mientras se toman un café tranquilamente. Es un estilo amigable, cálido. Una ironía sonriente. En vez de llamar a la puerta, sólo tienes que abrir las páginas de sus diarios, y vuelven a la conversación los otros compañeros de siempre: Montaigne, Nietzsche, Borges (más el gato que el escritor ciego)... Sale uno de allí contento, reposado, sobre todo porque ha pasado muy buen rato. Has disfrutado, has aprendido, te has reído. Y también te llevas la tarea de algunas lecturas pendientes, como Mi vida, de Girolamo Cardano, que estoy deseando atacar.
Os dejo algunas perlas:
-“Por rica en espiritualidad que sea su conversación, acabas siempre perdiendo el hilo y fijándote en su chaqueta, sus pantalones, su gabardina”.
-“‘Yo soy muy discreto’. Es verdad, no habla más que de él”.
-“En cualquier nacionalista hay algo de turista del propio país”.
-“El tiempo más perdido de mi vida son esos eternos minutos que transcurren desde que comienzas a despedirte de una reunión hasta que por fin consigues irte de una vez”.
-“Cada vez que nos vemos me reprocha que una vez le dije que me parece demasiado susceptible”.
-“Yo también pienso que el mundo, la vida, o lo que sea, me ha tratado injustamente. Pero a mi favor”.
*****
Hoy se cumplen cinco años de este blog. Sólo mirando el número de entradas por año (aquí, a la derecha) se puede apreciar el imparable proceso de decadencia... Es normal, supongo, no tiene mayor importancia, pero no puedo dejar de preguntarme: si seguimos la misma proporción deflacionista, ¿cuándo llegará el día de la consunción?

Tuesday, August 30, 2011

Ambrose Chapel

No he estado nunca en el lugar que para mí mejor representa -significa, simboliza, encarna, materializa- la ciudad de Londres. Ese lugar no está propiamente en Londres, sino en una película de cine. Apenas ocupa unos segundos, unos fotogramas.


Sale en El hombre que sabía demasiado, de Hitchcock. La segunda versión, la "americana", con Doris Day y James Stewart. Como me pasa con todas las películas de Hitchcock, me ha marcado profundamente el haberlas visto por primera vez de pequeño. Las imágenes se quedan ahí, incrustadas en un lugar extraño del subconsciente, entre el miedo y el sueño y el sexo y la violencia y la esperanza y la angustia. Este verano pensé en visitar esa calle mágica, con sus farolas y ladrillos que representan para mí el más puro Londres. Ese punto de fuga ocre -los tejados, las ventanas, las nubes- que son como un espejo raro que llevamos dentro. Buceé por internet y descubrí que se trata de Vicary Street, en Brixton. La Ambrose Chapel de la película (los exteriores) es en realidad St. Saviour's Church. Al final decidí no buscarla, por varias razones: quedaba un poco lejos, me sentiría muy friqui paseando por allí y sería como destrozar de un plumazo las ensoñaciones de la infancia. Mejor que siga así, intacta.

Monday, August 29, 2011

Retomar el tono

Se acabó el verano y, aunque hay cosas que contar, no hay ganas de contar nada. Cuestión de ánimo, supongo. Un mes, o más, trampeando con las palabras, evitándolas, refugiándome en las imágenes. En realidad me gustaría trocear las ciudades, recorrerlas calle a calle, repasarlas edificio a edificio, como un mapa plegable de recuerdos, pero no hay humor para aburrir. Incluso hay miedo de aburrirse a uno mismo, que quizás es peor. La escritura es un tono. Contar que no hay ganas de contar quizás sea la única forma de retomar el tono, aunque en el trance es inevitable aburrir, aburrirse. Esta parte, escalera necesaria, hay que saltársela, hacer como si no existiese, hacerla para olvidarla, subirla pero no leerla. De Beckett para abajo, más allá del grado cero. Bajo cero.
*****
Refugiarse en los libros es, quizás, la mejor solución. Schopenhauer y los años salvajes de la filosofía, de Rüdiger Safranski. “Una filosofía entre cuyas páginas no se escuche las lágrimas, el aullido y el rechinar de dientes, así como el espantoso estruendo del crimen universal de todos contra todos, no es una filosofía”. Son los años salvajes de la filosofía: Kant, Fichte, Schelling, el Romanticismo, Hegel, Feuerbach, el joven Marx… Según se dice, nunca hasta entonces se había depositado tanta pasión en el pensamiento filosófico. La causa principal fue el descubrimiento del YO.
Schopenhauer pensó las tres grandes humillaciones de la megalomanía humana:
-La humillación cosmológica: nuestro mundo no es más que una de las innumerables esferas que pueblan el espacio infinito.
-La humillación biológica: la inteligencia sirve únicamente para compensar la falta de instintos y la inadecuada adaptación al medio.
-La humillación psicológica: nuestro yo consciente no manda en su propia casa.
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Ni siquiera esta vez he contado la cena gallega del Círculo Solana. La crónica repetida de todos los años, como un eterno retorno de lo bueno, mientras el cuerpo aguante. Mejor no estropear la postal nocturna con palabras: a nuestros pies, la playa de Areas; las luces al fondo, tras la oscuridad del mar, como estrellas que se han caído; en la mesa, vino, palabras, navajas (de mar). Sólo hay que pulsar el botón de debajo de la mesa y empiezan los fuegos artificiales por el horizonte.

Tuesday, August 16, 2011

Londres 1903



Filmado por Thomas Edison.
It's like time traveling: you get up close and personal with ordinary people going about their daily business, like taking a taxi at one of the entrances to Hyde Park and catching boats at the Embankment on the Thames - perhaps to work. There's the general bustle of the traffic, with individuals occasionally moving into the middle or into the foreground to make a more human connection. There are familiar landmarks, such as the Law Courts, Sir Christopher Wren's St Mary-Le-Strand and Westminster Abbey and Big Ben. Familiar brand names flash up every so often, like old friends - just to bring this world a little closer to our own - such as Nestles and Lipton's Tea. And there's the (perhaps unexpected) chaos of the traffic in often dust-clogged streets.

Sunday, August 14, 2011

La piscina

Es bonito el azul de la piscina. Tiene algo poderoso, contundente.
Los pájaros atravesando el cielo, la respiración entrecortada, el ocre del ocaso en la fachada que se aleja mientras te alejas nadando a espalda, lentamente.
El silencio de Dios bajo el agua, cuando no hay más que una figura cúbica desierta y todos están fuera, remotos, invisibles, con sus afanes, y uno escucha la nada de su cuerpo sin peso, como un cadáver flotante y mudo.
La nada sorda, el silencio azul de una piscina... mística.
*****
Era uno de esos domingos de mediados del verano, cuando todos se sientan y comentan “Anoche bebí demasiado”. Así empieza el famoso relato "El nadador" de John Cheever. Podría ser hoy, podría ser cierto. Cuando a Neddy Merrill, sentado al borde del agua verdosa (una mano sumergida, la otra sosteniendo un vaso de ginebra), se le ocurrió que dirigiéndose hacia el suroeste podía llegar a su casa por el agua. Le parecía ver, con el ojo de un cartógrafo, esa hilera de piscinas, esa corriente casi subterránea que recorría el condado.

Wednesday, August 03, 2011

El nº 15 de Usher Island


Hay que dejar reposar el viaje, antes de adentrarse de nuevo en él.

Wednesday, July 13, 2011

There is an End - The Greenhornes

Words disappear, Words once so clear, Only echos passing through the night. The lines on my face, Your fingers once traced, Fading reflection of what was. Thoughts re-arrange, Familar now strange, All my skin is drifting on the wind. Spring brings the rain, With winter comes pain, Every season has an end. I try to see through the disguise, But the clouds were there, Blocking out the sun (the sun). Thoughts re-arrange, Familar now strange, All my skin is drifting on the wind. Spring brings the rain, With winter comes pain, Every season has an end. There's an end...

Saturday, July 02, 2011

Paisaje invisible de calle conocida

"Nadie, supongo, admite verdaderamente la existencia real de otra persona. Puede conceder que esa persona esté viva, que sienta y piense como él; pero habrá siempre un elemento anónimo de diferencia, una desventaja materializada. Hay figuras de tiempos idos, imágenes espíritus en libros, que son para nosotros realidades mayores que esas indiferencias encarnadas que hablan con nosotros por cima de los mostradores, o nos miran por casualidad en los tranvías, o nos rozan, transeúntes, en el acaso muerto de las calles. Los demás no son para nosotros más que paisaje y, casi siempre, paisaje invisible de calle conocida.

Tengo por más mías, con mayor parentesco e intimidad, ciertas figuras que están escritas en los libros, ciertas imágenes que he conocido en estampas, que muchas personas, a las que llaman reales, que son de esa inutilidad metafísica llamada carne y hueso.
Y "carne y hueso", en efecto, las describe bien: parecen cosas recortadas puestas en el exterior marmóreo de una carnicería, muertes que sangran como vidas, piernas y chuletas del Destino. "
(Fernando Pessoa, Libro del desasosiego, trad. de Ángel Crespo)

Tuesday, June 28, 2011

"Irse a Madrid", de Manuel Jabois

Desde que me llegó al buzón el libro no he parado de reírme: en el sofá, junto a la piscina, en el autobús, hasta en el hospital… Lo que yo echaba de menos en su novela aquí rebosa desde la primera página: su personalísimo sentido del humor.
En Irse a Madrid y otras columnas Manuel Jabois ha reunido un buen número (casi 200 págs.) de sus artículos. Están, por un lado, los textos de su columna en Frontera D, una lección magistral sobre cómo elevar la autoparodia a una de las bellas artes: sirva de ejemplo esa maravilla titulada "Morir en Caneliñas". También encontramos algunos de sus artículos del Diario de Pontevedra, más informativos y/o periodísticos, con preferencia por los personajes curiosos de la actualidad, la política gallega y el fútbol universal, como esta joya sobre Ronaldo.
Y como es un todoterreno de la prosa periodística y de los géneros (sus entrevistas me parecen especialmente logradas), ahora también descarga sus pregones en Jot Down.
Jabois, moderno provinciano con ADSL (leído en toda la Península), acaricia las teclas del ordenador como un piano de prosa que va desparramando su música, pues el escritor fácil escribe como mea. Con el tiempo su estilo ha sabido ir despojándose de adornos y, quizás bajo la mirada protectora del patrón Solana, ha ganado en sobriedad y contundencia. La gracia y la inteligencia venían ya de fábrica.

Una de las cosas que más me gustan de la escritura de Jabois son esas frases escuetas que condensan toda la ironía y el escepticismo de la calle, esa sabiduría descreída que suele dar en el clavo con la mayor concisión: "Yo me hice periodista porque no quedaba otra", “No lo abro por el qué dirán”, “era un poco mi guerra”, “lo vi marcharse con la libreta bajo el brazo, alma de Dios”, “que ya eran ganas de enredar”, “Era oficial: me había cubierto de gloria”, “que tampoco era cosa de andarse con confianzas”, “Fue, la verdad, montarla por montarla”… En ellas lo coloquial se funde con lo mejor de la literatura, como en un Twitter inspirado.

El título del libro hace referencia a la tabarra que le dan en Pontevedra desde que empezó en esto de juntar letras, pues consideran que para no desperdiciar tanto talento y dar un impulso a su carrera tiene que venirse a Madrid. No sé, al menos mientras no sea fichado como un galáctico por alguno de los grandes grupos de la capital del reino, yo casi prefiero seguir viéndolo feliz subiéndose a las mesas de la Verdura para contar chistes malos con el segundo gin tonic en la mano y poniendo vocecitas con el globo de helio. Aquí la vida es más dura y las copas mucho más caras.
Ya no hace falta insistir en lo mismo porque lo que algunos sabíamos hace años ahora es sabido por muchos (de ahí el éxito de su blog, que se ha vuelto inhabitable): estamos ante una de las mejores prosas del periodismo español. Así que esta vez no aconsejo ni recomiendo: os impelo-exhorto-conmino (sólo me salen verbos pedantes) a que compréis el libro de Jabois. Me lo agradeceréis más que nunca. No dejaréis de reír... incluso en los días de tristeza.

Sunday, June 26, 2011

Blas, tengo sed!!!

El diálogo más repetido en casa (de gran calado intelectual) es:
-Tengo sed.
-Pues bebe.
No sé qué me pasa, que aunque beba litros y litros de agua, cerveza, tinto de verano, gazpacho y cocacola (más o menos por ese orden) no dejo de tener sed a todas horas del día. Mi boca, mi garganta, están permanentemente secas. Qué sed tengo, Blas. Tengo sed. Qué sed tengo... Sí, soy más cansino que Epi.
La Esfinge, que tiene menos paciencia que el Santo Job, o que el Santo Blas, está ya harta de mi sed. Más que de mi sed, está cansada de mi persistente queja por la sed. Dice que cuando uno tiene sed bebe y ya está, que no dice nada. Que me calle y beba. Que no hace falta martirizar al personal con la sed propia, como en aquellos muñecos naranja y limón de Barrio Sésamo, que tenían los nombres claramente al revés (para que encajasen con las iniciales del original inglés: Ernie & Bert), pues por lógica Epi debería ser el alargado y Blas el redondo. Y lo peor es que nunca llega para mí ese momento cumbre en el que, después de saciar su sed, Epi exclama: "¡¡¡Ay, Blas, qué sed... tennnííííaa!!!!".
Por cierto, que yo de pequeño decía: "Tengo ces". Así que todo encaja. No hay remedio. Mi sed y mi queja por la sed son inherentes a uno, inevitables.

Sólo lo he encontrado en inglés: "Am I Thiiiiiiiirrrrrsstyyyyyy!!!!!"


Saturday, June 25, 2011

Ceniza en la manga de un viejo (II)

Continúa el misterio de la novela fantasma -¿perdida, inexistente, pura ficción o juego?- de Cunqueiro: ya hablé aquí del tema.
Anoche pusieron en La 2 un documental bastante flojo sobre Cunqueiro dirigido por Antón Reixa con motivo del centenario del nacimiento del autor. Qué pena que las subvenciones públicas siempre acaben en manos de la misma gente sin talento... Aquí se puede ver. La mayoría de los participantes no dice más que obviedades o tonterías, sin aportar nada interesante, aunque sólo por los trozos en los que se leen sus textos o sale hablando el propio Cunqueiro merece la pena verlo.
Hacia el final del reportaje César Antonio Molina cuenta que la última vez que fue a visitar a Cunqueiro éste estaba volviendo a teclear en la máquina de escribir un libro cuyo original la editorial Destino había perdido, y no tenía copias... Quizás se trataba de Ceniza en la manga de un viejo. Pero el presentador del reportaje (que durante todo el rato da la sensación de estar leyendo el texto detrás de la cámara) dice que el libro no existe. Pero, claro, también dice que es uno de los títulos más hermosos de la literatura gallega (cosa cierta) sin añadir que se trata de un verso de T. S. Eliot, seguramente porque lo desconoce, así que no sabe uno de quién fiarse... Ante la mera posibilidad de que el libro esté traspapelado en algún cajón o desván de Destino, sólo nos queda pedir que alguien investigue un poco.
Aquí aparecen unas declaraciones de Cunqueiro en el Abc, 13 de julio de 1975, cinco años y medio antes de su muerte. Y en este artículo de El País de 27 de junio de 1979 se anunciaba la inminente publicación en castellano del libro.

Saturday, June 18, 2011

Tuesday, June 14, 2011

Life of Johnson

"Indeed I cannot conceive a more perfect mode of writing any man's life, than not only relating all the most important events of it in their order, but interweaving what he privately wrote, and said, and thought; by which mankind are enabled as it were to see him live, and to 'live o'er each scene' with him, as he actually advanced through the several stages of his life. Had his other friends been as diligent and ardent as I was, he might have been almost entirely preserved. As it is, I will venture to say that he will be seen in this work more completely than any man who has ever yet lived.
And he will be seen as he really was; for I profess to write, not his panegyrick, which must be all praise, but his Life; which, great and good as he was, must not be supposed to be entirely perfect. To be as he was, is indeed subject of panegyrick enough to any man in this state of being; but in every picture there should be shade as well as light, and when I delineate him without reserve, I do what he himself recommended, both by his precept and his example."
(Life of Johnson by James Boswell)

Monday, May 30, 2011

Thursday, May 19, 2011

La Buena Vida

Me acabo de enterar de que el bajista (y compositor) de La Buena Vida, Pedro San Martín, murió el pasado domingo en un accidente de coche. Han sido cientos de horas de buena música, decenas de canciones, varios conciertos (inolvidables)... Gracias.


Otras canciones: En bicicleta, Magnesia, Buenas cosas mal dispuestas, Qué nos va a pasar, Viaje por países pequeños, Nada debería fallar, Calles y avenidas...
Y la que para mí una de las canciones más bonitas de toda la historia del pop español: Sólo tienes lo que das (lástima que el sonido esté un poco mal):

Wednesday, May 11, 2011

David Foster Wallace por Jonathan Franzen

Un alegato de Jonathan Franzen contra la impostura, contra la beatería, contra la mitificación literaria. Yo creo que da en el clavo:

"Estaba enfermo, desde luego y, de alguna manera, la historia de nuestra amistad es que yo queria a una persona mentalmente perturbada. Esa persona acabó suicidandose, de manera premeditada para inflingir el mayor dolor posible en aquellos a los que mas quería, dejando a los que más le queríamos furiosos y traicionados. Traicionados no sólo por la pérdida de una inversión emocional sino por la manera en que ese suicidio nos quitó a la persona amada para convertirla en leyenda. Gente que nunca leyó sus relatros, que jamás oyó hablar de él, había leído su discurso en Kenyon College y lamentó la pérdida de un alma grande y gentil. La oligarquía literaria que jamás seleccionó ninguno de sus libros para el premio nacional se unía para declararle tesoro nacional. Como escritor, sé que no le pertenece a sus lectores más de lo que me pertenece a mí. Pero cuando sabes que su carácter era mucho más complicado y equívoco de lo que la gente se cree, que era mucho más adorable -divertido, payaso, necesitado, más decididamente en guerra con sus propios demonios, más perdido, más infantil en sus mentiras y contradicciones- que ese beatífico y clarividente artista-santo que han hecho de él, es mucho más duro no sentirse traicionado por la parte de él que prefirió la adulación de extraños al amor de aquellos más cercanos a él.
Son aquellos que le conocieron menos los más proclives a hablar de él en términos de santidad. Esto es esecialmente extraño dada la ausencia casi absoluta del amor ordinario en su ficción. Las relaciones de amor profundo, que para casi todos nosotros son una fuente fundamental de significado, no tenían lugar en el universo Wallace. Nos ofrece, en su lugar, personajes que ocultan sus frías obsesiones de sus seres queridos, personajes que maquinan la apariencia del amor o que se convencen a sí mismos de que aquello que parece amor no es más que un velado egoísmo. O, como mucho, personajes que dedican un amor abstracto o espititual hacia alguien profundamente repulsivo, como el cerebro chorreante que es la esposa de "La broma infinita" o el psicópata de la última entrevista con hombres repulsivos. La narrativa de David (Foster Wallace) está poblada por fraudes, manipuladores y autistas emocionales y, sin embargo, la gente que sólo le conoció de manera oficial o anecdótica tiende a tomarse su extrema consideración y su sabiduría moral de manera absoluta.
Algo curioso sobre la narrativa de David es lo reconocidos e identificados, lo amados que se sentían sus más devotos fans al leerlo. Si es verdad que cada uno de nosotros está atrapado en su propia isla existencial- y creo que es aproximadamente correcto afirmar que sus lectores más sensibles han sido aquellos familiarizados con los efectos socal y espiritualmente aislantes de la adicción, la obsesión o la depresión- - todos esperábamos agradecidos cada nueva entrega de aquela isla lejana que era David. En cuanto al contenido, él siempre nos dió lo peor de sí mismo: desplegó, con una intensidad de autoanálisis comparable a la de Kafka, Kierkegaard o Dostoyevsky, los extremos de su propio narcisismo, misogina, obsesión, decepción, moralismo deshumanizante y su constante teologizar, sus dudas en torno a la existencia del amor y la trampa de sus notas-dentro-de-más-notas. En cuanto a la forma y la intencion, sin embargo, el mero catalogo de su deseperar acerca de su verdadera bondad ha sido recibido por el lector como el regalo de su bondad genuína: sentimos el amor en el hecho de su escritura, y le amamos por eso."
(Texto traducido por la Petite Claudine)

Sunday, May 08, 2011

Tres vídeos

Gehen. A Thomas Bernhard's Perspective.



Dos de mayo, de Rafael Trapiello.



Un mes!, de Mariona Guiu.

un mes! from Mariona Guiu on Vimeo.

Monday, May 02, 2011

Bin Laden y Pepe

Las manifestaciones de alegría de miles de personas en Estados Unidos celebrando la muerte de un feo barbudo escuchimizado con chilaba después de estar perseguiéndolo sin descanso durante diez años son el síntoma más inequívoco del fin del Imperio americano. Sus gritos de "¡¡¡U-S-A!!!" en las calles suenan a rotunda decadencia.

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La mejor noticia para el Real Madrid es que mañana no estará entre sus filas ese tarado llamado Pepe, al que deberían haber echado del club hace dos años, cuando se le fue la cabeza y se puso a darle patadas a Casquero que estaba caído en el suelo. También que falte Sergio Ramos es una buena noticia, porque el coeficiente de inteligencia del Madrid en el campo será claramente superior al del Barça (Alves, Piqué, Valdés...). En el caso de Messi no importa tanto que sea encefalograma plano, porque es el mejor futbolista del mundo.
Mañana vamos a sufrir lo indecible. Podremos perder de goleada, podremos ver a los actores culés retorciéndose de dolor en el césped y agarrándose la cara cuando nadie les haya ni rozado, pero jugando al ataque -¡por fin!- quizás tendremos alguna posibilidad de protagonizar el milagro. Recemos por que Mou no deje a Özil en el banquillo.

Wednesday, April 27, 2011

Indignaos (Día del Libro)

Indignaos de que ¡Indignaos!, ese panfletillo de cuatro páginas que encabeza la lista de libros más vendidos, valga cinco euracos. Deberían regalarlo lanzándolo desde avionetas a las ciudades. Digo yo.
Indignaos por los precios inflados de los libros. Indignaos por que hasta en el dichoso Día del Libro (coincidente con el Madrid-Barça, ¿quién es el lumbreras que elige las fechas?) sólo se permita un ridículo diez por ciento de descuento en las librerías.
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"Él es el puto jefe, él es el puto amo"... Si antes lo digo antes salta de su guarida el rabioso, el verdadero Pep.

Saturday, April 23, 2011

Libros en Gran Vía / La casa de muñecas

Como es la semana del libro (o algo parecido), han dejado sacar por toda la Gran Vía tenderetes donde venden libros de saldo y de viejo. Deberían dejarlos todo el año, aunque son un peligro. Si te gustan tantas cosas como a mí, puedes acabar comprándote tres libros tan dispares como estos: Los fantasmas de mi cerebro, de Gironella; uno de un periodista argentino poniendo a caldo a Borges y a Kodama; y uno de filosofía del gran Víctor Gómez Pin. Los tres al precio de tres cañas.
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Anoche fuimos al teatro a ver La casa de muñecas, de Ibsen. Qué cosa más ridícula. En los momentos supuestamente más dramáticos te entraba la risa floja.
Los cuatro amigos que soportáis mis arbitrariedades sabéis que en general el teatro no me gusta mucho (me parece todo artificial, forzado, fingido, los actores siempre haciendo de actores, etc), pero si encima ésta es considerada una de las obras más importantes del teatro universal, no tengo más remedio que ratificarme. Y si la protagonista, esa mema integral, es un modelo heroico del feminismo, no me extraña que el feminismo sea lo que es.

No creo que fuera todo culpa de los actores, aunque me parecieron tremendamente malos (sólo se salvaba el señor mayor, que lo hacía muy bien). Tampoco creo que fuera culpa de la directora, aunque sus decisiones resultan incomprensibles (para poner la guinda al desaguisado, al final quiere dárselas de guay, de original, y evita dar el famoso portazo. Menuda gilipollez). No sé si es culpa del espíritu escandinavo, tendente -como el drama sureño norteamericano- a la pornografía sentimental, pero no creo: al menos tenemos al gran Knut Hamsun. Será una mezcla de todo...

Y después está el penoso márketing: en el folleto de la obra ponen una foto de Silvia Marsó enseñando la pechuga, a ver si al menos los salidos acuden a verla desesperados.
Salimos del teatro, en plena plaza de Colón, y había parado de llover. Casi no había gente por la calle. Pasaban algunos coches. El suelo mojado. Por fin, la vida.

Friday, April 22, 2011

Mourinho Vs Guardiola

A mí no me la das con queso, Pep.


En este post no voy a hablar de fútbol ni de estilos de juego (por si acaso, aclaro: no me gusta el catenaccio de Mou), sino de personalidades, de formas de ser.

Los periodistas, esos seres básicamente idiotas, no se enteran de nada. Mourinho les pone el cebo y ellos pican como lerdos. Guardiola ("el filósofo") les vende la moto y ellos se lo tragan gustosamente. Y aplauden.
Ya sabéis: Mou es el chulo, el soberbio, el maleducado, el navajero. Guardiola es el caballero, el humilde, el respetuoso, el elegante. ¡JA!
No digo que Mourinho no sea chulo y soberbio, cosa que parece bastante acreditada, sino que Guardiola lo es mucho más. Guardiola es un chulo y un soberbio de narices, pero finge para que no se le note. De humilde, nada de nada. Cero. De caballeroso, tampoco. Intuyo que es capaz de apuñalarle la espalda a cualquiera con tal de conseguir un traje chic. Es muy fácil ser elegante cuando ganas. Ya veremos su verdadero ser. Esa sonrisilla hipócrita le delata (esas patas de gallo, sobre todo). Esa carita de "niño bueno" ensayada cien mil veces ante el espejo...
Guardiola se toma tan en serio a sí mismo que da repelús. Esa seriedad tan consciente de sí misma da vergüenza ajena. Mou se ríe de todo, incluido su personaje. Cuando llega a casa Josep se arrodilla ante su retrato y se reza un aveguardiola (idolatra a su personaje, como en ese anuncio de un banco); Mou, en cambio, se tira en el sofá y se descojona de su foto en el Marca.
Mourinho es un gladiador, un marrullero de la lucha, un estratega de la victoria, pero estoy seguro de que es un gran amigo, un tío noble. De Guardiola no diría lo mismo. De hecho, fijaos en la actitud de sus jugadores, que son quienes conviven a diario con ellos: los jugadores de Mou le quieren, le respetan, le admiran; los de Guardiola se van echando pestes (véase Etoo, Ibrahimovic...). En un mundo en el que los jefes son la mayoría gentuza de lo peor y cabrones sin escrúpulos, es algo que hay que destacar.

Thursday, April 21, 2011

Semana Santa en Madrid

Para mí el mejor momento del año en Madrid es la Semana Santa. Es cuando más gente se va a la vez (en verano se reparten más las huidas) y nos dejan las calles casi vacías para disfrutar de largos paseos. La Esfinge va tan contenta por la ciudad con las torrijas en el estómago (es fan de las torrijas), aunque me obliga a ir a alguna procesión, donde me dedico a observar a la gente y hacer alguna foto.
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Los telediarios de Semana Santa son exactamente los mismos año tras año. Los tienen grabados y le dan al replay: los muertos en la carretera, los cofrades llorando por la lluvia... Que digo yo que si son "penitentes" deberían tener un poco más de espíritu de sacrificio, y no llorar como niños por unas gotas de más.
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Anoche estuve en una procesión de otro tipo en Cibeles. Ya sabemos que lo importante es la Copa de Europa, pero, bueno, no estuvo mal dar el primer paso. Os dejo una imagen del transatlántico merengue iluminado con el escudo.

Monday, April 11, 2011

Algunos viajes con La Esfinge

Este verano, aprovechando unos días de lluvia en Galicia, me puse a revisar los archivos de vídeo que tenía en el portátil, seleccioné algunas imágenes e hice dos vídeos: uno ya os lo puse en su día (aquí) y otro os lo pongo ahora. El otro era triste y melancólico. Este no. Este es más alegre y festivo. Salen algunas ciudades como Estocolmo, Valencia, Viena, Salzburgo, Londres...

Los que se merecen un premio son los bailongos suecos del final. Me puedo quedar viéndolos durante horas a cámara lenta con la música de Air. Cada uno baila a su manera: la pareja mayor, la joven, la madre con su bebé, etc. Os recuerdo que son imágenes grabadas con mi pequeña cámara de fotos, así que no se puede pedir mucha calidad.

Espero que os guste.

Friday, April 08, 2011

El obispo Atilano (o Berlanga en Sigüenza)

El sábado pasado fuimos a pasar el día a Sigüenza. Yo tenía la idea de haber estado de pequeño, porque teníamos en casa de mis padres un pisapapeles del Doncel, pero les pregunté el otro día y no se acordaban de habernos llevado de pequeños. Tendré que preguntarles a mis hermanos. El pisapapeles, por cierto, desapareció misteriosamente un día. No creo que todo sea un sueño.

Nada más entrar en Sigüenza nos encontramos con un montón de pancartas que colgaban de los balcones: “Sigüenza quiere su obispo. Don Atilano quédese con nosotros”; “Sigüenza ciudad episcopal desde el 589. Bienvenido Don Atilano”, etc. Lo primero que pensé fue en Berlanga y Bienvenido Mr. Marshall. Era como haber retrocedido sesenta años en la historia de España. A continuación vimos que en la calle principal estaban haciendo una alfombra larguísima con serrín de colores (o algún producto similar). Ya entonces le dije a La Esfinge: “Aquí va a pasar algo espectacular, digno de ser contado en el blog”. Pero la verdad es que estos días no he tenido ganas de contarlo… Ni ahora me apetece mucho, pero en fin, espero no destrozar mucho la historia.

Visitamos la catedral, saludamos al Doncel, nos tomamos un refresco en la plaza del ayuntamiento (hacía un día de sol estupendo) y subimos al castillo-parador. Después volvimos a bajar la cuesta y fuimos a comer a un mesón del centro. Especialidades del lugar: migas con chorizo y cabrito. Con el estómago hinchado volvimos a la calle principal y vimos que el espectáculo estaba a punto de comenzar. Cientos de personas flanqueaban la alfombra de colores, esperando la llegada del obispo para aclamarle. También había mucha gente en los balcones, con las imprescindibles banderas. Aquello prometía, parecía aún más surrealista de lo esperado. Me pedí un heladito de ron con pasas para desengrasar y disfrutar más, si cabe, del momento. Un grupo de gaiteros asturianos amenizó la espera.

Se empezó a ver cómo por el principio de la cuesta subía la comitiva: una hilera de monaguillos y curas y, después, bajo la sombra del palio, el aclamadísimo Don Atilano.

Cuando la comitiva se aproximaba a nuestra zona, le dije a La Esfinge: “Esto no me lo pierdo, yo me pongo en primera fila”. Me situé junto a la vallas, al lado de unas señoras mayores, y saqué la cámara de fotos, por lo que pudiera pasar. Cuando el obispo estaba apenas a unos metros, las señoras que tenía a mi lado se pusieron a gritar como histéricas: “¡¡¡¡¡Moonsseññoooorr, Atilaaaaaannooo, Atilaaaaannnnooo!!!!”. Que ni las fans de Bisbal se desgarran tanto la voz. Me entró la risa floja al ver a las señoras enloquecidas, y más cuando vi al dichoso Atilano, abotargado y narigudo, sonriendo a las masas con toda la pinta de sátiro. Ni Berlanga hubiese elegido mejor esa cara... Las señoras seguían gritando “¡¡¡Atilaaaaaannooo, Atilaaaaannnnooo!!!!” hasta que el obispo se percató y se acercó a saludarlas. Las conocía de algo. Yo veía al obispo acercándose a donde estaba yo y no podía parar de reírme y de hacer fotos.

Dejo aquí la secuencia (fijaos en el hilillo de saliva entre los dientes... puaggg):

Thursday, March 31, 2011

San Francisco 1905

(Vía Memento) Imágenes grabadas en Market Street, San Francisco, antes del incendio que devastó la ciudad en 1906. Música de Air (La Femme d'Argent), la misma canción que utilicé este verano para un vídeo de viajes con La Esfinge.

Monday, March 28, 2011

Poetas en guerra y un plagio (mío)

"Domingo, 19 de julio de 1910, dormir, despertar, dormir, despertar, perra vida" (Kafka, Diarios).

Quizás si pensásemos en Kafka como un workaholic que añora la oficina de Seguros en los domingos de tedio, la interpretación de sus escritos daría un vuelco impredecible.
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"Justicia infinita" (Irak, 2003), "Tormenta del desierto" (Kuwait, 1991), "Restaurar la esperanza" (Somalia, 1993)... y ahora, en Libia, "Odisea del amanecer". ¿Quién será el poeta cursi y pomposo (valga la redundancia) del Pentágono que inventa los nombres de las guerras?
***
Estoy colocando unos libros en la estantería de la habitación. Cojo los Diarios de Uriarte y los abro por la parte final. Leo: "Coetzee: no creo que me gustara conocerle. Y sin embargo me parece un buen escritor. Esto contradice esa opinión de Holden Caufield, el protagonista de El guardián entre el centeno, que he repetido tantas veces para mostrarme de acuerdo con ella: 'Los escritores que más me gustan son aquellos que me gustaría que fueran amigos míos para poder llamarles por teléfono cuando quisiera'." Pienso: esto me suena mucho. Coño, si yo escribí casi lo mismo en un post: este. Coetzee, la frase de Holden... Es evidente que plagié a Uriarte (sin ser consciente de ello, de veras), pues entonces ya había leído su libro dos veces. A pesar del retraso, quede constancia aquí de la deuda absoluta.

Sunday, March 20, 2011

Bufalino y Ginzburg: luminosos y exactos

Los dos autores que más he disfrutado leyendo en italiano han sido Gesualdo Bufalino y Natalia Ginzburg. Son dos estilos totalmente opuestos: el de Bufalino es barroco, metafórico, alusivo, culturalista, intelectual, suntuoso, apasionado, a veces clásico, a veces recovecoso; el de Ginzburg es sencillo, sobrio, directo, realista, familiar, cotidiano, descriptivo, sentimental. Pero los dos son igualmente luminosos y exactos. Son una maravilla.
Leer en italiano me turba y me apacigua al mismo tiempo, me relaja y me emociona. Es un idioma tan agradable, susurrante, armonioso...

Il mio mestiere è quello di scrivere e io lo so bene e da molto tempo. Spero di non essere fraintesa: sul valore di quel che posso scrivere non so nulla. So che scrivere è il mio mestiere. Quando mi metto a scrivere, mi sento straordinariamente a mio agio e mi muovo in un elemento che mi par di conoscere straordinariamente bene: adopero degli strumenti che mi sono noti e familiari e li sento ben fermi nelle mie mani. [...] Quando scrivo delle storie sono come uno che è in patria, sulle strade che conosce dall’infanzia e fra le mura e gli alberi che sono suoi. Il mio mestiere è scrivere delle storie, cose inventate o cose che ricordo della mia vita ma comunque storie, cose dove non c’entra la cultura ma soltanto la memoria e la fantasia. Questo è il mio mestiere, e io lo farò fino alla morte. Sono molto contenta di questo mestiere e non lo cambierei per niente al mondo.
Natalia Ginzburg, "Il mio mestiere" (Le piccole virtù)


La verità di un corpo è la sua nudità. Allo stesso modo la verità di un luogo è la sua complessione fisica, lo scheletro, l'epidermide, la muscolatura; tutto quel che appare, cioè, "naturale", non dovuto a nessuna plastica e chirurgia, a nessun sopruso dell'intelligenza e del braccio; che non ha valore di cosmesi o di pròtesi (strada, argine, porto, canale, casa, coltivazione...) ma è roccia primitiva, gioco spontaneo di venti e acque lungo una costa, azione di caldi e geli, meteore e solleoni su una compiacente, virginea materia...
Gesualdo Bufalino, "L'isola nuda" (Saldi d'autunno)

Wednesday, March 16, 2011

La nube radiactiva

Enciendo la televisión y me encuentro con la amenaza de la nube tóxica, la nube radiactiva como una mancha vaporosa que se acerca a las ciudades y va provocando cánceres, asesinando árboles, matando vacas, calcinando los huesos de las personas japonesas... La nube radiactiva a todas horas, una y otra vez la amenaza de la nube radiactiva. Una nube radiactiva viajando por el aire, suspendida en el sueño de la lluvia, humedeciendo las cosas con su aliento viciado, sus cenizas enfermas y sus vapores mohosos. Contaminándolo todo.

Tuesday, March 15, 2011

La ola negra

Enciendo la televisión y me encuentro con la imagen de la ola negra, la ola negra como una ballena alargada que se acerca a la costa y va devorando las casas, engullendo los coches, ahogando a las personas japonesas... La ola repetida a todas horas, una y otra vez la ola negra. Una ola negra como hervida en sangre de petróleo, emborronando las cosas con sus dientes podridos, con su espuma grisácea y sus pompas tan fúnebres. Inundándolo todo.

Friday, February 25, 2011

La vida breve de David Hume

La vida de David Hume es muy breve. Dura apenas diez páginas de una edición de bolsillo.
Me refiero a su autobiografía, titulada Mi vida. La escribió poco antes de morir y es un ejemplo de sobriedad. En realidad sólo habla de los libros que escribió (y del nulo éxito que cosecharon), pues considera que toda su vida se ha consumido en proyectos literarios, su gran pasión. También menciona los lugares en que vivió, algunos puestos que ocupó, el dinero (generalmente escaso) del que disponía y las enfermedades que le atacaron al final de sus días.
Como sólo le interesaba la filosofía y no tenía dinero suficiente para dedicarse felizmente al estudio, resolvió adoptar un plan de vida que mantendría invariable a lo largo de su vida: "una rígida frugalidad para compensar mis pobres recursos económicos, mantener incólume mi independencia y despreciar todo, a excepción del desarrollo de mis talentos en el campo de las letras".
La mayoría de sus escritos fueron un auténtico fracaso: o nacieron muertos de la imprenta (Tratado de la naturaleza humana), o pasaron desapercibidos (Investigación sobre los principios de la moral), o fueron vapuleados sin misericordia por tirios y troyanos (Historia de la Casa Estuardo). Tiene gracia, por ejemplo, cómo cuenta lo que ocurrió con su Historia natural de la religión: "Su recepción por el público fue bastante oscura, si se exceptúa que el Dr. Hurd escribió contra el libro un panfleto, ejemplo de toda esa mezquina petulancia, arrogancia y chabacanería que caracterizan a la escuela Warburtoniana. Este panfleto me dio algún consuelo frente a la indiferencia general con que la obra había sido recibida".
En la primavera de 1775 empezó a tener una dolencia en los intestinos que acabaría finalmente con su vida. Sin embargo, nunca se encontró tan bien en su estado de ánimo como durante esta época de enfermedad: "Es difícil estar más desprendido de la vida de lo que yo lo estoy al presente". El epitafio que el propio David Hume escribió para su tumba decía escuetamente: "Nació en 1711. Murió en 1776. Deja a la humanidad que añada el resto”.
El último párrafo de Mi vida no tiene desperdicio:
"Concluyo, pongamos que históricamente, con mi forma de ser: soy, o fui (porque así, en tiempo pasado, debo hablar de mí mismo: expresa con exactitud lo que siento en estos momentos), un hombre de carácter dócil, con fuerza de mando, de humor abierto y risueño, con capacidad para los afectos y de pasiones muy moderadas. Ni siquiera la inquietud por mi fama literaria, sin lugar a dudas mi deseo dominante, fue capaz de amargar mi carácter, y eso a pesar de las reiteradas desilusiones. Mi amistad no fue rechazada ni por los jóvenes y los rebeldes ni por los estudiosos y los conservadores. Si experimenté una curiosa atracción por las mujeres humildes, no tengo razones para sentirme decepcionado con el recibimiento que ellas me proporcionaron. En suma, que nunca la calumnia me tocó, con su maligna voz, como lo hizo infortunadamente con otros hombres (por cierto, algunos de ellos notables). Y a pesar de que con deliberación me opuse a la animadversión militante de las distintas facciones civiles y religiosas, unas y otras parecieron desmoronarse por mi indiferencia hacia sus furias. Mis amigos jamás me reprocharon rasgo alguno de mi carácter o de mi conducta. Los propios difamadores no encontraron oportunidad de inventar o difundir, con posibilidad de confirmase en los hechos, ninguna historia capaz de desprestigiarme. No puedo negar que sobrevuela alguna vanidad en esta oración fúnebre que de mí mismo escribo. Confío en que ella no sea tenida por extemporánea y se la sepa situar en su lugar exacto, como una licencia personal que adopto, acepto y firmo.
18 de abril de 1776."

Su estatua en la Royal Mile de Edimburgo lo representa como a un clásico griego. (Verano de 2010)

Wednesday, February 02, 2011

La teoría de todo

La teoría-M. Una teoría que consigue reconciliar la relatividad general y la mecánica cuántica conjugando las cinco teorías de las supercuerdas. Explicada visualmente: Dios soplando pompas de jabón.
Todas las fuerzas y toda la materia son cuerdas vibrantes (como notas que emanan de la guitarra: el universo es una sinfonía y las leyes de la física son armonías de una supercuerda), no partículas (billones de veces más pequeños de un átomo). Toda la materia del universo está conectada por una vasta estructura: una membrana. La fuerza de la gravedad es muy débil porque proviene de otra brana, de otro universo paralelo. Colisiones de membranas produjeron todos los efectos del universo inicial (el Big Bang). O el Big Bang como la colisión entre dos universos paralelos.
Si existían branas antes del BB, existía el tiempo antes del BB.
Nuestro universo no es más que una de las infinitas membranas, uno de los infinitos universos que forman el multiverso (cada uno con sus leyes físicas). Una burbuja en un océano de burbujas. Creados a partir de la nada.
Hace más de dos semanas que no escribía aquí.

Sunday, January 16, 2011

Links & News

Ayer, inauguración de la librería de Xavie: La Independiente. Os recomiendo pasar por allí (c/ Espíritu Santo, 27): tiene una estupenda selección de libros. La gente fumando y bebiendo vino fuera, en la estrecha acera. Los coches pasaban rozando y algún camión podía segar las cabezas con los retrovisores. Algunos amigos me dijeron que ya casi no escribo en el blog. Que sólo pongo vídeos. Es verdad, ando bastante desganado últimamente. Por eso hoy me he aplicado: dos posts.
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Veo tan fascinado como horrorizado Apocalipsis. La Segunda Guerra Mundial, uno de los mejores documentales que he visto en mi vida. Todas las imágenes son reales, parece increíble, lo grababan todo; muchas tienen una extraña belleza, y la narración es muy efectiva. Tantas brutalidades y sufrimientos, millones de muertes, muestras de valentía, de odio, de locura, politiqueos, venganzas, estrategias… Es impresionante. Te quedas aturdido, noqueado.
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Los bombardeos alemanes de Londres me recuerdan a la película El discurso del rey, de Colin Firth, que vimos el otro día. Nos gustó, es muy entretenida.
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Human, All Too Human: documentales sobre filósofos en la BBC: Nietzsche, Heidegger, Sartre, etc.

La doble avería y el humor berlanguiano

La Esfinge me dejó por Reyes Troppo vero, el último de los diarios de A.T.
Troppo vero es troppo grande, por lo que a veces le tienta a uno dar saltitos de párrafo en párrafo, como los gorriones en las ramas de los árboles, para tener al menos la sensación de que algún día llegará al final.
A lo largo de los años se han ido haciendo famosos los pasajes humorísticos en los que A.T. deja en situación risible a algunos de sus contrincantes literarios, pero hay que reconocerle también que el sentido del humor es casi omnipresente y en bastantes ocasiones se dirige hacia sí mismo. En esos momentos de autoparodia se sale.
A.T. escribe mucho mejor con el humor en la mano que enfadado o con el orgullo herido. Cuando está de buen humor tiene más ocurrencias felices, y sabe contagiarlo. Hay algunas situaciones de pura estirpe berlanguiana.
Al principio de este tomo se le aparece un Dios mendicante entre las zarzas de Las Viñas y le insta a ser buena gente y abandonar la esgrima literaria, y en esa lucha de santidad imposible se debate en todo el libro.
Esta mañana me he estado riendo con un pasaje en el que nos cuenta su doble avería en la carretera, cuando se le estropean dos coches camino de Madrid con la familia en pleno. Son unas páginas antológicas (pp. 366-375), llenas de exagerada autoparodia: "La gente de la gasolinera nos miraba como si fuésemos la familia Manson. Veníamos sucios, con las ropas viejas, con los zapatos llenos de polvo, los chicos con los pelos largos [...] Me veía todo el mundo con las manos en la cabeza, agarrándome el pelo como quien teme despeñarse en la sima profunda del nihilismo".
Como estos días no estoy muy optimístico (que diría Clarence Seedorf), agradece uno estos buenos ratos.

Wednesday, January 12, 2011

Friday, December 31, 2010

Nochevieja o el eterno retorno de lo mismo

Uvas, campanadas, fuegos artificiales, confetti, champán...
Fantasmas de un pasado idéntico (no menos idéntico que el futuro), aprendices de cadáveres simulando una borrachera de alegría, celebrando -supongo- que aún estamos aquí, que no nos hemos ido, que no han dicho nuestro nombre en la sala de espera.
Sólo eso. Lo mires como lo mires, es absurdo... extraño... irreal.

Friday, December 24, 2010

Cuaderno de Talamanca

"8 de agosto. Me he levantado hacia las 4 de la madrugada y he ido a pasear por la orilla del mar. Me he sentado sobre una roca a esperar que se hiciera de día. Cuando empezó a clarear, la luz no venía de arriba, sino de las rocas de los alrededores, como si estuviera oculta tras ellas y esperara la mañana para salir. Esta transfiguración de la materia, tan bella, tan irreal, hizo que olvidara las amargas reflexiones con las que suelen iniciarse todos mis insomnios.
En los paisajes que amamos, nuestras debilidades toman otro cariz.
Aquí, el insomnio no es un mal, sino únicamente una cierta imposibilidad.
***
10 de agosto. Griposo. Me he pasado todo el día en la cama. Han vuelto las viejas obsesiones, el sentimiento de que para mí nada es posible. Vaya donde vaya, mis males me acompañan. Ése es el regalo capital de mi existencia. Se diría incluso que mis males me preceden, que despejan el terreno a fin de que pueda ser desdichado sin dificultad, sin obstáculos. Si se me transportara al Paraíso, el fenómeno se repetiría ineluctablemente.
Durante toda la tarde he estado pensando en Keats en Roma. Por mucho que cambie de paisaje, no puedo cambiar de destino. Y, mala señal para mí, todavía no he conseguido resignarme al mío a pesar de todos mis esfuerzos en ese sentido, y de todas mis teorías al respecto. Me desasosiega y me exaspera, me arranca continuas lamentaciones, como si fuera posible tener otro o modificar sus circunstancias. Sufrir tranquilamente es un secreto que aspiro en vano a poseer y sin el cual los temperamentos como el mío están condenados al infierno."
(E. M. Cioran, Ibiza, 1966)

Sunday, December 19, 2010

Mis diez de 2010

Al ver las listas de Mabalot, Ordaz y Mal-herido me he dicho: voy a intentar hacer también mi lista de diez libros de 2010. De aquellos que haya leído este año por primera vez, no importa cuándo fuesen publicados. Pero no ha sido tan fácil. En primer lugar, porque la mayor parte de los libros que leo son de la biblioteca, y ya no me acuerdo de cuáles son ni cuándo los leí. He tenido que buscar en mis propios posts el rastro de alguno, pero la mayoría no los comento aquí, así que muchos se han perdido para siempre (quizás debería llevar una lista para el año que viene).
Tras curiosear en estanterías, mesillas y posts, ésta es la lista que me ha salido:
1. Atlas Mnemosyne, de Aby Warburg.
2. París, de Julien Green.
3. Acontecimientos y relatos, de Thomas Bernhard.
4. Esto no es música. Introducción al malestar de la cultura de masas, de J. L. Pardo.
5. Venice. Pure city, de Peter Ackroyd.
6. Los conceptos fundamentales de la metafisica: mundo, finitud, soledad, de Heidegger.
7. Temperamentos filosóficos. De Platón a Foucault, de Peter Sloterdijk
8. Viaje en autobús, de Josep Pla.
9. Hiroshima, de John Hersey.
10. Memorias de la casa muerta, de Dostoievski.
Pensando las razones de esta elección, creo que, aparte de que me gusten por sí mismos, en algunos casos es porque los asocio a ciertos lugares, momentos y sensaciones. En cierto modo forman parte de la autobiografía de uno.
[Algunas relecturas: Juventud, de Coetzee, Obras reunidas, de Alejandro Rossi, Diarios, de Iñaki Uriarte, Surely You're Joking, Mr Feynman!, de Richard P. Feynman]

Wednesday, December 08, 2010

Brangulí (1879-1945)

No sé qué tiene la fotografía antigua que me deja anestesiado -boquiabierto, babeante y meditativo, que si el paso del tiempo etcétera-, como si fuese un alma sin cuerpo. A veces me pregunto cómo se le ocurriría a Walter Benjamin decir esa tontería -tan repetida desde entonces- de que la fotografía acababa con el aura de la obra de arte, cuando es evidente que sucede todo lo contrario: es la fotografía (sobre todo la antigua, la pionera) la que llena de aura cualquier imagen de la vida corriente que atrape dentro de su encuadre. Pura magia. Misterio extraño. Valor de culto.
En la Fundación Telefónica vimos hace unos días la exposición de Josep Brangulí, fotorreportero industrial y documentalista, memoria viva -en blanco y negro- de la primera mitad del siglo XX español. Brangulí capturó durante varias décadas la sociedad de su tiempo, concretamente la de Barcelona, en todos sus elementos imaginables: desde innumerables oficios, talleres e industrias hasta los distintos acontecimientos o conflictos sociales, pasando por los edificios, las calles, las fiestas, las veladas de boxeo, las señoritas en las playas, los políticos, la gente anónima... Una maravilla.
Entre foto y foto nos asomábamos a los ventanales y contemplábamos la Gran Vía de noche, iluminada, llena de coches y de gente, y era una sensación bonita y rara a la vez: como estar todos en otro tiempo, antiguo y más brillante, pero también como estar todos un poco muertos.
Me impactó muchísimo la imagen de las momias de las monjas salesas a la puerta de una iglesia, unas de pie, otras tumbadas, con sus ataúdes abiertos, durante la Semana Trágica. También la del cuerpo de un suicida en el suelo con un reguero de sangre y tres policías posando. Pero no sólo me llamaron la atención las instantáneas gore. Pongo otros ejemplos: