No sé qué tiene la fotografía antigua que me deja anestesiado -boquiabierto, babeante y meditativo, que si el paso del tiempo etcétera-, como si fuese un alma sin cuerpo. A veces me pregunto cómo se le ocurriría a Walter Benjamin decir esa tontería -tan repetida desde entonces- de que la fotografía acababa con el aura de la obra de arte, cuando es evidente que sucede todo lo contrario: es la fotografía (sobre todo la antigua, la pionera) la que llena de aura cualquier imagen de la vida corriente que atrape dentro de su encuadre. Pura magia. Misterio extraño. Valor de culto.
En la Fundación Telefónica vimos hace unos días la exposición de Josep Brangulí, fotorreportero industrial y documentalista, memoria viva -en blanco y negro- de la primera mitad del siglo XX español. Brangulí capturó durante varias décadas la sociedad de su tiempo, concretamente la de Barcelona, en todos sus elementos imaginables: desde innumerables oficios, talleres e industrias hasta los distintos acontecimientos o conflictos sociales, pasando por los edificios, las calles, las fiestas, las veladas de boxeo, las señoritas en las playas, los políticos, la gente anónima... Una maravilla.
Entre foto y foto nos asomábamos a los ventanales y contemplábamos la Gran Vía de noche, iluminada, llena de coches y de gente, y era una sensación bonita y rara a la vez: como estar todos en otro tiempo, antiguo y más brillante, pero también como estar todos un poco muertos.
Me impactó muchísimo la imagen de las momias de las monjas salesas a la puerta de una iglesia, unas de pie, otras tumbadas, con sus ataúdes abiertos, durante la Semana Trágica. También la del cuerpo de un suicida en el suelo con un reguero de sangre y tres policías posando. Pero no sólo me llamaron la atención las instantáneas gore. Pongo otros ejemplos:
8 comments:
la del tranvía mola, futurista para nuestra ciudad
Misterio extraño, eso es.
La primera de las de abajo es espectacular.
Besos
Misterio extraño, eso es.
La primera de las de abajo es espectacular.
Besos
No sé que tiene el blanco y negro que le da una dimensión emocional a las fotos que no se la dan las fotografías en color. El color deja una impresión más estética, más impactante pero en superficie - estoy hablando genéricamente, claro - sin embargo el bw, al menos a mí, siempre me repercute de otra manera que creo que acierto al decir emotiva, tal vez melancólica. ¿una dimensión temporal?
Me gusta la de la nave vacía. Tiene algo entre desolador y misterioso.
¿Sigue la expo?
A mí me ocurre lo mismo con las fotos antiguas, y ya no te digo esas primeras películas que se ven casi a saltos. Me dejan completamente fascinado.
Buenas a todos. Me alegro de que os hayan gustado las fotos de Brangulí, que tiene nombre de personaje de cuento para niños.
Sí, sigue la expo, Ariadna, en Gran Vía.
Abrazos.
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