Friday, March 30, 2007

Desaparecidos

Ayer vi en el telediario una noticia que me dejó pasmado. Ya sé que no hay que creerse mucho lo que dicen los periodistas, pero digo yo que el dato lo habrán sacado de algún lado: más de doce mil personas desaparecen en España... ¡¡¡cada año!!! La mayoría lo hace voluntariamente. Se bajan a comprar tabaco... y no vuelven. No avisan a sus familias ni les explican el porqué de su huida; simplemente se van... y empiezan una nueva vida.
El otro día hubo un congreso nacional en Bilbao o por ahí en el que se reunieron los familiares de desaparecidos. Están todos destrozados. Como decía una de las afectadas, "es peor que si supieras que está muerto": ese no saber por qué (si se ha ido voluntariamente o le ha pasado algo), ese no saber si está vivo o muerto, ese no saber si puedes hacer algo o no, si podías haberte dado cuenta antes de que sucediera, en fin, esa incertidumbre permanente, brutal, martilleante... debe de ser horrible.
Cabe la posibilidad de que la noticia fuese una simple excusa de Antena 3 para hacer un anuncio subliminal de la serie que ponían a continuación en esa misma cadena (una serie sobre gente desaparecida) y que el dato estuviese un poco inflado (me parece excesivo: ¡doce mil al año!), pero la verdad es que me dejó muy pensativo y por la noche he tenido varios sueños/pesadillas que trataban sobre el tema. Kafka era el guionista.
Padres, hijos, hermanos, maridos... que de repente cogen la puerta y se largan. Y nunca más vuelven a dar señales de vida.
No sé, todavía estoy un poco noqueado, no lo asimilo del todo. O hay gente muy rara por el mundo, o es que todo -en general- es muy extraño... Qué se le va a hacer, c'est la vie. Bueno, me voy a comprar tabaco. Ahora vuelvo.

Wednesday, March 28, 2007

George Santayana

Me emplaza Portorosa a hacer un "memis" de esos, y yo, que soy muy diplomático y obediente, le sigo la corriente al amigo cunqueirista. (Es broma, siempre es un placer).
Gracias a Dios no tenía a mi lado una de esas revistas de moral relajada que a veces hojeo en mis ratos libres, sino un estupendo libro del escritor y filósofo George Santayana (1863-1952), uno de mis ídolos desde hace bastante tiempo (de esos ídolos que tengo yo, a los que en realidad me habría gustado tener como amigo para charlar un rato con él, tomando tranquilamente una pinta en Princess Louise). Se trata de Personas y lugares. Fragmentos de autobiografía, publicado en 2002 por la Editorial Trotta. Como digo, un libro maravilloso, sobre todo cuando habla de sus viajes por Europa. Los recuerdos de sus estancias en Londres o en Roma, por ejemplo, son inolvidables.


A ver. Os sitúo rápidamente. Aunque Santayana nació en Madrid, enseguida se fue a vivir fuera de España. Escribió todas sus obras en inglés, frecuentó a personajes ilustres como William James o Bertrand Russell y fue durante muchos años catedrático de Filosofía en la Universidad de Harvard.
En este capítulo está hablando sobre Ávila, una ciudad a la que tenía un especial cariño y admiración, por vínculos familiares, intelectuales y afectivos. Pues bien, allá voy:
En esta dirección existía una meta interesante para un largo paseo en el tiempo fresco; y un paseo es más agradable cuando se dirige hacia algún sitio concreto, donde uno puede detenerse, mirar alrededor y descansar un poco, antes de dar la vuelta satisfecho hacia casa. Esto era la ermita de Nuestra Señora de Sonsoles, una amplia capilla de piedra con una casa de labranza anexionada, construida sobre una eminencia al pie de las sierras, con una arboleda delante, una fuente y algunos bancos de piedra. En tiempos de mi padre, rara vez la visitamos, porque mis visitas caían entonces en pleno verano y el camino a través de todo el valle era largo y polvoriento bajo el sol; pero posteriormente, cuando podía quedarme con mi hermana en el otoño, me iba andando hasta allí solo, o acompañado a veces de mi cuñado, quien iba no obstante en mula, mientras su hijo Rafael (mi compañero habitual) y yo íbamos a pie.
Celedonio, de cierta edad y pesado, no iba por mí, aunque así aparentaba hacerlo. Él iba en peregrinación religiosa.
Y le paso la bola a Desconvencida, Mabalot (que está en Japón y seguro que tiene al lado un libro muy curioso) y Manuel Jabois. Se trata de coger el libro que tengas más cerca, abrirlo por la página 139 y escribir las cinco primeras frases del segundo párrafo.

Tuesday, March 27, 2007

Hollywood

Miles de imágenes, historias, personajes, emociones...

Monday, March 26, 2007

Tres estampas cordobesas



Fotos: el patio de la Mezquita, un caballo despeluchado y una estatua del Alcázar.

Córdoba o el jardín de los senderos que se bifurcan

"A los que corren en un laberinto, su misma velocidad los confunde" (Lucio Anneo Séneca).
Ya he vuelto del paraíso de los paseos laberínticos: callejuelas largas y estrechas, increíbles senderos que se bifurcan, plazas, fuentes, jardines, patios, torreones, pozos... y un asombrado etcétera.
Tierra de grandes filósofos (Séneca, Averroes, Maimónides) y poetas desiguales (Lucano, Juan de Mena, Góngora, el duque de Rivas), Córdoba fue en su día la ciudad más grande del mundo y sigue siendo, para mi gusto, una de las más bonitas del Reino. Más allá de sus riquezas históricas, artísticas y religiosas, que son ciertamente apabullantes, para mí Córdoba es el lugar sagrado de los flaneurs que, como yo, fatigamos a diario las calles de la gran ciudad en busca de no se sabe muy bien qué.
Del Cristo de los Faroles a la entrada de la Sinagoga, de la Puerta de Almodóvar a la Torre de la Malmuerta... somos vagabundos irredentos en pos de nuestra propia sombra.
Nunca olvidaré nuestro paseo del sábado por la noche por el barrio de la Judería. Estaba todo oscuro y en silencio, no había nadie, ni un alma (y cuando digo "nadie" significa nadie), sólo se oía el eco de nuestros pasos y las respiraciones de los muertos. A veces nos parábamos y mirábamos hacia delante y hacia atrás, hacia el infinito. Era como contemplar de frente la nada, los ojos vacíos de Dios. (Y cuando digo "Dios" me refiero al Dios de los cristianos, musulmanes y judíos.)

Saturday, March 24, 2007

A Córdoba me voy



Fotos: mayo de 2006, en la semana de los patios.

Friday, March 23, 2007

Don Hamlet y el Diluvio Universal II

Los libros van y vienen, vienen y van, huyen, regresan, se escurren, marean, impactan, desaparecen, unos dejan huella profunda, otros son simples suspiros que se lleva el viento, los libros se sumergen, corretean, claman por su vida, y al final se esconden en el limbo de las cosas muertas... Hasta que llega un golpe de suerte que las resucita.
Recuerdo que tendría doce o trece años. Era una madrugada de insomnio o de pesadillas, una maldición constante en esta mi puñetera vida de alelado insomne. Me fui al cuarto de estar (¡qué gran nombre: cuarto de estar!) y encendí la luz. Cogí un libro de la estantería y lo empecé a leer. No sé si entendería bien lo que leí (estaba en gallego y el estilo era difícil), pero lo cierto es que sentí muchas cosas que no son fáciles de nombrar y que se me quedaron grabadas para siempre: era como meterse en una fantasía a través de unas páginas amarillentas con dibujos fantasmagóricos, caminar entre personajes legendarios, dejarse mecer por las palabras y habitar felizmente un mundo de ensueño (yo, que no conseguía dormir ni a tiros).
Años después estuve buscando aquel libro por toda la casa, pero nada, no lo encontré. Le pregunté a mi padre pero no él no lo recordaba (tanto libro en gallego distorsiona la mente). Yo tenía la sospecha -equivocada- de que se trataba de una obra teatral primeriza de Gonzalo Torrente Ballester sobre un personaje shakespeariano (sigo sin estar muy seguro de que no exista también ésta, porque juraría haberla leído en otra noche de insomnio).
Pues bien: el otro día lo encontré y es O incerto señor Don Hamlet, príncipe de Dinamarca, de Álvaro Cunqueiro. Es una edición de 1958, de la editorial Galaxia, con ilustraciones de Xoan Ledo, que se terminó de imprimir en los talleres Peón, de Pontevedra, el 16 de febrero de 1959 (será que primero se registraban los libros y varios meses después se imprimían, no sé). Al final del libro he encontrado un verdadero tesoro: tres recortes de periódico de esa misma época (imagino que son del Faro de Vigo y que los recortaría mi abuelo, o mi padre de jovencito) con artículos de Cunqueiro: "El diluvio universal", "De que los peces oyen" y "Las noches salmantinas".
Está bien, no os ofusquéis, transcribiré unas líneas del primero:
Pocas veces he visto caer de las negras nubes tanta agua como el martes y miércoles pasados. El miércoles, en Lugo, a las doce de la mañana, estaban las bien abastecidas nubes tan cerca de la tierra, y traía el poderoso vendaval tan apretada el agua sobre la ciudad, que si fueran antiguos tiempos y la muralla se cerrase con fuertes puertas, yo, Regidor Mayor, mandara abrirlas en seguida, de miedo que la taza de la que son borde las murallas romanas se llenase y revertiera. Y regresando por la noche a Mondoñedo, otra que tal. "Memorable fecha, 15 de abril de 1959. Comenzó el Diluvio Universal II. Que la recuerde quien se salve". Y me sorprende a mí mismo recordando que según el arzobispo de Usher, de la Iglesia de Inglaterra, el Diluvio Universal I terminó precisamente un 15 de abril, el del año 2730 antes de Cristo, a las doce de la mañana.
De nada. Ha sido un placer.

Wednesday, March 21, 2007

Un cuadro cubista

Ya puse en su día un cuadro abstracto y uno impresionista. Este paraíso del cubismo es el cementerio judío de Praga (diciembre, 2006).

Tuesday, March 20, 2007

Las pildorillas del Padre García

Escritor serio, elegante y erudito, don Juan Valera (1824-1905) recorrió el Viejo y el Nuevo Continente como diplomático. También dirigió periódicos, fue diputado en el Congreso y académico de la Española. Se dedicó con especial fortuna a la crítica literaria y, como podéis ver a continuación, también hizo sus pinitos en el humor surrealista:
El benéfico prurito de educar y de corregir que había en el alma de Rafaela llegó a tener influjo hasta en su confesor y director espiritual el Padre García.
Era éste un venerable siervo de Dios, diserto y suave en sus coloquios, notable teólogo dogmático y severo moralista, cuyos consejos y advertencias valieron mucho a Rafaela, aunque a menudo, y muy a pesar suyo, no los seguía: culpa acaso del irresistible ímpetu de su apasionado carácter.
Sólo deslustraba el indiscutible mérito del Padre García una inveterada y perversa maña, que desde la infancia había en él, y que le había valido entre sus condiscípulos del seminario el farmacéutico apodo de Pildorillas. Era prodigiosa la inagotable fecundidad del filón de donde el Padre García las sacaba y las fabricaba. Sus narices eran venero inexhausto. Eran como los encantados cubiletes del prestidigitador más aplaudido. En cuanto cabe en lo humano, daban una idea aproximada del milagro de pan y peces. ¡Pues bien: apenas parece creíble! Rafaela, con gracioso talento, con amistosa delicadeza, sin dar a conocer que notaba en el Padre aquel vicio y censurándole sólo en los otros, logró curarle de él radicalmente, y esto, hasta tal extremo de perfecta curación, que, según los informes que he podido adquirir, el Padre García en los muchos años, que para bien y provecho de las almas, ha vivido después, no ha fabricado una sola píldora siquiera.
(Juan Valera, Genio y figura)

Monday, March 19, 2007

La Mala Vieja

En verdad os digo, amigos, que se nos ha escapado la primavera. Ha sido un visto y no visto que nos deja con la cara al ralentí, a expensas del biruji.
La nieve, el viento y la lluvia han llenado la Península de abrigos, paraguas y bufandas que no nos dejan caer en la tentación, mas nos libran del mal, amén.
Por cierto, ya que estoy tan eclesiástico, os confesaré una cosa: cuando de pequeño oía en misa lo de la plaga de langostas, siempre pensaba: "Joe, qué suerte tenían los tíos, se ponían tibios de marisco..." Y me los imaginaba ahí a todos sentados con sus platos en mitad del desierto, arremangados y con la servilleta en el cuello (como Carpanta), pelando langostas. De verdad, no es coña.
Y lo del "acto de contricción" me sonaba a diarrea.
Eso sí: no creo que hubiera una frase más hermosa y anhelada que el "Podéis ir en paz" del final de la misa, seguido del novamás de la ironía: "¡Damos gracias a Dios!"
Y no sigo, que no acabo...

Sunday, March 18, 2007

Nuestro Café de Pombo


Mientras Diarios nos invita a su maravillosa jornada campestre y Jabois se erige en Sumo Pontífice del Culo Prieto, Portorosa intenta moderar -con infinita paciencia- un diálogo razonable en esta nuestra maldita Guerracivilandia, que (no lo olvidéis nunca) es sólo el país de los políticos. Por su parte, Narrow y Mabalot se unen para cantar las glorias de la patria lusa, Descon nos recuerda la lágrima final de Leonard Cohen y Logan nos hace revivir el gran día de Los Planetas. Etcétera.
Así se va tejiendo esta Red de voces, de vidas, de imágenes, de ideas, de opiniones, de palabras... que siempre nos conforta y nos clarifica. De Galicia a Madrid, pasando por Pamplona, Gijón, Mallorca, Cádiz, Valencia, Zaragoza, Barcelona, Almería... Ésta es nuestra nación, nuestro particular Café de Pombo. Sus enlaces, aquí, a la derecha.

Friday, March 16, 2007

Tolstoi guionista

Toma 1. Exterior. Día. El amanecer de una ciudad gloriosa en un frío día de invierno:

Moscú estaba en calma. Sólo se dejaba sentir de tarde en tarde el crujir de algunas ruedas sobre la nieve. No había luz en las ventanas y hacía rato que los faroles habían sido apagados. Se oían las campanas de las iglesias anunciando la llegada del día. No había nadie por las calles; únicamente el cochero, intentando mantenerse despierto, permanecía a la espera de algún rezagado. En la iglesia, débilmente iluminada por la luz de algunos cirios (que se reflejaban en los dorados de las imágenes), había alguna vieja que otra.
La población trabajadora, después de una larga noche de reposo, se disponía a emprender las rudas faenas del día. Pero para los señores era de noche aún.
Por una de las ventanas del hotel Chevalier se filtraba la luz (que prohibía el reglamento) a través de las rendijas. Ante la puerta del hotel permanecía un coche y una troica de postas. El portero, acurrucado y envuelto en su pelliza, parecía estar escondido en el portal de la casa.
De la habitación vecina llegan las voces de tres jóvenes. Están sentados a la mesa, en la que aparecen restos de la cena y del vino.
(León Tolstoi, Los cosacos)



El conde Tolstoi, que escribió unas cuantas obras maestras (mis preferidas son las narraciones cortas, como La muerte de Ivan Illich y La sonata a Kreutzer), empezó llevando una alocada vida de joven juerguista, metido hasta las trancas en esa Santísima Trinidad del catecismo hedonista que son las mujeres, el alcohol y el juego. No sé si sería por la ingesta excesiva de vodka, pero el caso es que se le acabó yendo la cabeza: se dejó barba de profeta bíblico y decidió tomar partido por la Utopía, esto es, por el fracaso más absoluto. De ahí que proclamara a los cuatro vientos los principios del cristianismo libertario, se convirtiera en vegetariano y pacifista recalcitrante y defendiera enérgicamente el esperanto como lengua oficial de la humanidad. Acabó viviendo solo en el campo, donde se afanó en un oficio más honrado que el de novelista: el de zapatero remendón. Como digo, se le fue bastante la olla.
Murió heroicamente, como sólo los grandes pueden hacerlo, en el lugar más hermoso que hay para decir adiós a la vida: una estación de ferrocarril perdida en la estepa rusa. La causa: una neumonía. La fecha: 20 de noviembre de 1910.
[Addenda de Mabalot: Tolstoi se larga de casa, a sus ochenta y tres años, por una discusión con su mujer, que debió ser de escándalo para que el viejo, ya gloria nacional, se las pire como un vagabundo aristócrata. La primera noche la pasa en un monasterio. A la mañana siguiente se va en dirección a Rostov, que es no sé dónde, pero que debía ser lejos, y no llega, se pone malo en Astàpovo, donde no hay nada, ni fonda, ni hotel ni nada de nada. No habría ni fuente. Lo meten en el cuarto del jefe de estación, y allí pasa sus dos últimos días el más grande escritor ruso del momento. Acuden periodistas, curiosos, escritores... y su mujer e hijos. Palma después de una lenta agonía de dos días, según el tomo de Ana Karenina que tengo delante, el 7 de noviembre de 1910. Será calendario ruso. Ya sabemos que la Revolución de Octubre no fue en octubre.]
[Addenda 2, de Martín L. L.: Una estación ferroviaria en medio de la estepa rusa, finis vitae de León Tolstoi; perdido en el pacifismo, en un cristianismo propio de primeros tiempos, y de máxima espera. Yo entiendo que Tolstoi se pierde en lo utópico, aquello que no va a ninguna parte: allí, un sitio admirable, ha encontrado el lugar de una paz aún mejor que el pacifismo que predica ad usum de las masas. Si ha encontrado la esperanza, la propia y de nadie más, no sé si se puede decir que haya perdido la razón, a no ser que ésta haya de abonarse al escepticismo. Me imagino al viejo Tolstoi arrastrando a ninguna parte la razón suya que por fin ha encontrado.]

Wednesday, March 14, 2007

Tres escenas de cine

La de los espejos de La dama de Shanghai (Orson Welles):

La de la Fontana de Trevi de La dolce vita (Federico Fellini):


Y la del final de El tercer hombre (Carol Reed):

Monday, March 12, 2007

La Buena Nueva

En verdad os digo, amigos, que ha llegado la primavera...
¡He visto los primeros escotes de la temporada!
Salid y contadlo, pues.

Sunday, March 11, 2007

11-M

Todo el día buscando una palabra, una sola palabra, pero nada, no sale nada. Ni una gota; estás seco. Sólo un nudo de angustia en la garganta, dolor -imaginado- por la ausencia.
Lo más indigno de ser hombre: la mentira hecha tiempo, la traición de las horas, día a día... Tres años de vacío en el recuerdo.
Y, mientras tanto, todos gritan. ¡Qué pena que no sea eterno el minuto de silencio!

Thursday, March 08, 2007

Una protesta contra Pre-Textos

Antes de nada, que quede claro que no tengo nada personal contra Pre-Textos (es una de las mejores editoriales que tenemos en España, si no la mejor), pero es que vengo de ver en El Corte Inglés el último de los diarios de Andrés Trapiello, que ya ha salido a la venta, y me he puesto de mala hostia: ¡¡¡Pretenden cobrarnos 35 euros y no se han molestado ni en corregir el texto de las solapas!!! Yo es que lo flipo... Como dirían Fernán Gómez o Panero de sus fans: "¡A la mierda!".
Diréis que soy un tiquismiquis, pero es que a mí ver un Berckeley con "ck" me sienta como una patada en los cojones (con "c" y con "j"). Más o menos me ha pasado lo mismo que a A.T. cuando se encuentra con un escritorcillo pedante y comenta en su diario (es una de sus frases antológicas): "Hoy me he encontrado con uno de esos que escriben empero". (Jajaja... El tío da en el clavo. ¿A que los que escriben "empero" tienen una pinta especial? Supongo que muchos de ellos fuman en pipa.)
En fin. Que una editorial que hace alarde de buen gusto (y pretende cobrárnoslo) no puede permitirse estas cosas. Creo yo.
Esperaré a que lo tengan en la biblioteca. Lo mismo algún usuario bondadoso le quita la "c" con típex.

Capra Vs Hitchcock

¿Cómo sería Qué bello es vivir en versión de Alfred Hitchcock?

Wednesday, March 07, 2007

Contra Roma

"Mediocre hasta la opresión",
dijo Melville de Roma.
A Longfellow le deprimía.
Joyce dijo: "Roma es como un hombre
que se ganase la vida enseñando
el cadáver de su abuela" [...].
Roma que te meas
en las puertas de las iglesias,
Roma abarrotada de gatos
como una casa abandonada
o como una vieja solterona,
Roma en la que el cardenal
folla con el monaguillo
y la matrona con el hijo de la portera,
te pareces demasiado a los hombres.
(Martín López Vega, Elegías romanas)

...Y otras tres

El Tíber por la noche

Una casa del Trastevere

El Vittoriano desde arriba

Tuesday, March 06, 2007

Tres estampas romanas

Como este blogger no me deja subir más fotos, por ahora os enseño estos tres lugares que no había visto en mis otros viajes a Roma y que me han encantado. Como podéis ver, ha hecho un tiempo estupendo:

La basílica de San Paolo Fuori le Mura

Los jardines de Villa Médici

El lago de Villa Borghese

Thursday, March 01, 2007

A Roma

Con permiso de las desgracias y miserias que corroen los sótanos del mundo, voy a intentar ser feliz durante cuatro días: me voy a Roma.
Salimos mañana temprano y volvemos el lunes por la noche.
Es lo bueno de ser un fracasado y tener la vida en el aire: que te puedes permitir estos lujos de vez en cuando.
Si no se cae el avión de bajo coste (toquemos madera), dentro de unas horas estaré paseando por la via Giulia, la Villa Borghese, la piazza Navona... Me emociono sólo de pensarlo.
Con la cantidad de trattorías que me ha recomendado el amigo Jacopo, no creo que pasemos hambre.
Prometo volver con muchas fotos y alguna historia que contar.
Hasta pronto.