Monday, May 30, 2011
Thursday, May 19, 2011
La Buena Vida
Me acabo de enterar de que el bajista (y compositor) de La Buena Vida, Pedro San Martín, murió el pasado domingo en un accidente de coche. Han sido cientos de horas de buena música, decenas de canciones, varios conciertos (inolvidables)... Gracias.
Otras canciones: En bicicleta, Magnesia, Buenas cosas mal dispuestas, Qué nos va a pasar, Viaje por países pequeños, Nada debería fallar, Calles y avenidas...
Y la que para mí una de las canciones más bonitas de toda la historia del pop español: Sólo tienes lo que das (lástima que el sonido esté un poco mal):
Wednesday, May 11, 2011
David Foster Wallace por Jonathan Franzen
Un alegato de Jonathan Franzen contra la impostura, contra la beatería, contra la mitificación literaria. Yo creo que da en el clavo:
"Estaba enfermo, desde luego y, de alguna manera, la historia de nuestra amistad es que yo queria a una persona mentalmente perturbada. Esa persona acabó suicidandose, de manera premeditada para inflingir el mayor dolor posible en aquellos a los que mas quería, dejando a los que más le queríamos furiosos y traicionados. Traicionados no sólo por la pérdida de una inversión emocional sino por la manera en que ese suicidio nos quitó a la persona amada para convertirla en leyenda. Gente que nunca leyó sus relatros, que jamás oyó hablar de él, había leído su discurso en Kenyon College y lamentó la pérdida de un alma grande y gentil. La oligarquía literaria que jamás seleccionó ninguno de sus libros para el premio nacional se unía para declararle tesoro nacional. Como escritor, sé que no le pertenece a sus lectores más de lo que me pertenece a mí. Pero cuando sabes que su carácter era mucho más complicado y equívoco de lo que la gente se cree, que era mucho más adorable -divertido, payaso, necesitado, más decididamente en guerra con sus propios demonios, más perdido, más infantil en sus mentiras y contradicciones- que ese beatífico y clarividente artista-santo que han hecho de él, es mucho más duro no sentirse traicionado por la parte de él que prefirió la adulación de extraños al amor de aquellos más cercanos a él.
Son aquellos que le conocieron menos los más proclives a hablar de él en términos de santidad. Esto es esecialmente extraño dada la ausencia casi absoluta del amor ordinario en su ficción. Las relaciones de amor profundo, que para casi todos nosotros son una fuente fundamental de significado, no tenían lugar en el universo Wallace. Nos ofrece, en su lugar, personajes que ocultan sus frías obsesiones de sus seres queridos, personajes que maquinan la apariencia del amor o que se convencen a sí mismos de que aquello que parece amor no es más que un velado egoísmo. O, como mucho, personajes que dedican un amor abstracto o espititual hacia alguien profundamente repulsivo, como el cerebro chorreante que es la esposa de "La broma infinita" o el psicópata de la última entrevista con hombres repulsivos. La narrativa de David (Foster Wallace) está poblada por fraudes, manipuladores y autistas emocionales y, sin embargo, la gente que sólo le conoció de manera oficial o anecdótica tiende a tomarse su extrema consideración y su sabiduría moral de manera absoluta.
Algo curioso sobre la narrativa de David es lo reconocidos e identificados, lo amados que se sentían sus más devotos fans al leerlo. Si es verdad que cada uno de nosotros está atrapado en su propia isla existencial- y creo que es aproximadamente correcto afirmar que sus lectores más sensibles han sido aquellos familiarizados con los efectos socal y espiritualmente aislantes de la adicción, la obsesión o la depresión- - todos esperábamos agradecidos cada nueva entrega de aquela isla lejana que era David. En cuanto al contenido, él siempre nos dió lo peor de sí mismo: desplegó, con una intensidad de autoanálisis comparable a la de Kafka, Kierkegaard o Dostoyevsky, los extremos de su propio narcisismo, misogina, obsesión, decepción, moralismo deshumanizante y su constante teologizar, sus dudas en torno a la existencia del amor y la trampa de sus notas-dentro-de-más-notas. En cuanto a la forma y la intencion, sin embargo, el mero catalogo de su deseperar acerca de su verdadera bondad ha sido recibido por el lector como el regalo de su bondad genuína: sentimos el amor en el hecho de su escritura, y le amamos por eso."
(Texto traducido por la Petite Claudine)
Son aquellos que le conocieron menos los más proclives a hablar de él en términos de santidad. Esto es esecialmente extraño dada la ausencia casi absoluta del amor ordinario en su ficción. Las relaciones de amor profundo, que para casi todos nosotros son una fuente fundamental de significado, no tenían lugar en el universo Wallace. Nos ofrece, en su lugar, personajes que ocultan sus frías obsesiones de sus seres queridos, personajes que maquinan la apariencia del amor o que se convencen a sí mismos de que aquello que parece amor no es más que un velado egoísmo. O, como mucho, personajes que dedican un amor abstracto o espititual hacia alguien profundamente repulsivo, como el cerebro chorreante que es la esposa de "La broma infinita" o el psicópata de la última entrevista con hombres repulsivos. La narrativa de David (Foster Wallace) está poblada por fraudes, manipuladores y autistas emocionales y, sin embargo, la gente que sólo le conoció de manera oficial o anecdótica tiende a tomarse su extrema consideración y su sabiduría moral de manera absoluta.
Algo curioso sobre la narrativa de David es lo reconocidos e identificados, lo amados que se sentían sus más devotos fans al leerlo. Si es verdad que cada uno de nosotros está atrapado en su propia isla existencial- y creo que es aproximadamente correcto afirmar que sus lectores más sensibles han sido aquellos familiarizados con los efectos socal y espiritualmente aislantes de la adicción, la obsesión o la depresión- - todos esperábamos agradecidos cada nueva entrega de aquela isla lejana que era David. En cuanto al contenido, él siempre nos dió lo peor de sí mismo: desplegó, con una intensidad de autoanálisis comparable a la de Kafka, Kierkegaard o Dostoyevsky, los extremos de su propio narcisismo, misogina, obsesión, decepción, moralismo deshumanizante y su constante teologizar, sus dudas en torno a la existencia del amor y la trampa de sus notas-dentro-de-más-notas. En cuanto a la forma y la intencion, sin embargo, el mero catalogo de su deseperar acerca de su verdadera bondad ha sido recibido por el lector como el regalo de su bondad genuína: sentimos el amor en el hecho de su escritura, y le amamos por eso."
Sunday, May 08, 2011
Tres vídeos
Gehen. A Thomas Bernhard's Perspective.
Dos de mayo, de Rafael Trapiello.
Un mes!, de Mariona Guiu.
Dos de mayo, de Rafael Trapiello.
Un mes!, de Mariona Guiu.
un mes! from Mariona Guiu on Vimeo.
Monday, May 02, 2011
Bin Laden y Pepe
Las manifestaciones de alegría de miles de personas en Estados Unidos celebrando la muerte de un feo barbudo escuchimizado con chilaba después de estar perseguiéndolo sin descanso durante diez años son el síntoma más inequívoco del fin del Imperio americano. Sus gritos de "¡¡¡U-S-A!!!" en las calles suenan a rotunda decadencia.
*****
La mejor noticia para el Real Madrid es que mañana no estará entre sus filas ese tarado llamado Pepe, al que deberían haber echado del club hace dos años, cuando se le fue la cabeza y se puso a darle patadas a Casquero que estaba caído en el suelo. También que falte Sergio Ramos es una buena noticia, porque el coeficiente de inteligencia del Madrid en el campo será claramente superior al del Barça (Alves, Piqué, Valdés...). En el caso de Messi no importa tanto que sea encefalograma plano, porque es el mejor futbolista del mundo.
Mañana vamos a sufrir lo indecible. Podremos perder de goleada, podremos ver a los actores culés retorciéndose de dolor en el césped y agarrándose la cara cuando nadie les haya ni rozado, pero jugando al ataque -¡por fin!- quizás tendremos alguna posibilidad de protagonizar el milagro. Recemos por que Mou no deje a Özil en el banquillo.
La mejor noticia para el Real Madrid es que mañana no estará entre sus filas ese tarado llamado Pepe, al que deberían haber echado del club hace dos años, cuando se le fue la cabeza y se puso a darle patadas a Casquero que estaba caído en el suelo. También que falte Sergio Ramos es una buena noticia, porque el coeficiente de inteligencia del Madrid en el campo será claramente superior al del Barça (Alves, Piqué, Valdés...). En el caso de Messi no importa tanto que sea encefalograma plano, porque es el mejor futbolista del mundo.
Mañana vamos a sufrir lo indecible. Podremos perder de goleada, podremos ver a los actores culés retorciéndose de dolor en el césped y agarrándose la cara cuando nadie les haya ni rozado, pero jugando al ataque -¡por fin!- quizás tendremos alguna posibilidad de protagonizar el milagro. Recemos por que Mou no deje a Özil en el banquillo.
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