"No soy nada. Nunca seré nada. No puedo querer ser nada. Esto aparte, tengo en mí todos los sueños. [...]
Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad. Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morir y no tuviera más hermandad con las cosas que una despedida, convertidos esta casa y este lado de la calle en hilera de vagones de un tren, silbada su salida desde dentro de mi cabeza, y sacudidos mis nervios y chirriantes los huesos en la marcha. Hoy estoy perplejo, como quien pensó y halló y olvidó. Hoy estoy dividido entre la lealtad que debo al Estanco del otro lado de la calle, como cosa real por fuera, y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.
Fracasé en todo. Como no tenía propósito alguno, todo tal vez fuese nada. Del aprendizaje que me dieron me descolgué por la ventana de las traseras de la casa. Fui hasta el campo con grandes propósitos. Mas allí sólo encontré hierbas y árboles, y gente, cuando la había, igual a la otra. Dejo la ventana, me siento en una silla. ¿En qué he de pensar?
¡Qué sé yo lo que seré, yo que no sé lo que soy! ¿Ser lo que pienso? ¡Pienso ser tanta cosa! y tantos hay que piensan ser la misma cosa que no podrán serIo tantos. ¿Genio? En este momento cien mil cerebros se conciben en sueños tan genios como yo, y la historia no marcará, ¿quién sabe?, ni a uno sólo, ni quedará más que estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí. ¡En todos los manicomios hay locos descabalados por tantas certezas! Yo, que de nada estoy cierto, ¿soy más cabal o soy menos cabal?
No, ni en mí... ¿En cuántas buhardillas y no-buhardillas del mundo no habrá a estas horas genios-para-sí-mismos soñando? ¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas -sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas- y quién sabe si realizables, nunca verán la luz del sol real ni hallarán los oídos de nadie?
El mundo es de quien nace para conquistarlo y no del que sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón. He soñado más que cuanto Napoleón hizo, he estrechado contra el pecho hipotético más humanidades que Cristo, he hecho en secreto filosofías no escritas aún por ningún Kant. Mas soy, y tal vez seré siempre, el de la buhardilla, aunque no viva en ella; seré siempre el que no nació para eso; seré siempre tan sólo el que tenía cualidades; seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta junto a una pared sin puerta y cantó la cantinela del Infinito en un gallinero y oyó la voz de Dios en un pozo cegado.
¿Creer en mí? No, ni en nada. Derrámeme la Naturaleza sobre la cabeza ardiente su sol, su lluvia, el viento que me busca el cabello, y lo demás, que venga si es que viene o ha de venir, o que no venga. Esclavos por el corazón de las estrellas, conquistamos todo el mundo antes de levantarnos de la cama; pero despertamos y es opaco, nos levantamos y es ajeno, salimos de casa y es la tierra entera más el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido. [...]".
(Álvaro de Campos / Fernando Pessoa)
Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad. Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morir y no tuviera más hermandad con las cosas que una despedida, convertidos esta casa y este lado de la calle en hilera de vagones de un tren, silbada su salida desde dentro de mi cabeza, y sacudidos mis nervios y chirriantes los huesos en la marcha. Hoy estoy perplejo, como quien pensó y halló y olvidó. Hoy estoy dividido entre la lealtad que debo al Estanco del otro lado de la calle, como cosa real por fuera, y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.
Fracasé en todo. Como no tenía propósito alguno, todo tal vez fuese nada. Del aprendizaje que me dieron me descolgué por la ventana de las traseras de la casa. Fui hasta el campo con grandes propósitos. Mas allí sólo encontré hierbas y árboles, y gente, cuando la había, igual a la otra. Dejo la ventana, me siento en una silla. ¿En qué he de pensar?
¡Qué sé yo lo que seré, yo que no sé lo que soy! ¿Ser lo que pienso? ¡Pienso ser tanta cosa! y tantos hay que piensan ser la misma cosa que no podrán serIo tantos. ¿Genio? En este momento cien mil cerebros se conciben en sueños tan genios como yo, y la historia no marcará, ¿quién sabe?, ni a uno sólo, ni quedará más que estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí. ¡En todos los manicomios hay locos descabalados por tantas certezas! Yo, que de nada estoy cierto, ¿soy más cabal o soy menos cabal?
No, ni en mí... ¿En cuántas buhardillas y no-buhardillas del mundo no habrá a estas horas genios-para-sí-mismos soñando? ¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas -sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas- y quién sabe si realizables, nunca verán la luz del sol real ni hallarán los oídos de nadie?
El mundo es de quien nace para conquistarlo y no del que sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón. He soñado más que cuanto Napoleón hizo, he estrechado contra el pecho hipotético más humanidades que Cristo, he hecho en secreto filosofías no escritas aún por ningún Kant. Mas soy, y tal vez seré siempre, el de la buhardilla, aunque no viva en ella; seré siempre el que no nació para eso; seré siempre tan sólo el que tenía cualidades; seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta junto a una pared sin puerta y cantó la cantinela del Infinito en un gallinero y oyó la voz de Dios en un pozo cegado.
¿Creer en mí? No, ni en nada. Derrámeme la Naturaleza sobre la cabeza ardiente su sol, su lluvia, el viento que me busca el cabello, y lo demás, que venga si es que viene o ha de venir, o que no venga. Esclavos por el corazón de las estrellas, conquistamos todo el mundo antes de levantarnos de la cama; pero despertamos y es opaco, nos levantamos y es ajeno, salimos de casa y es la tierra entera más el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido. [...]".
(Álvaro de Campos / Fernando Pessoa)
2 comments:
La última entrada ede mi blog, con todos los respetos, está inspirada por una anterior tuya. Dicho lo cual, aprovecho para felicitarte el año muy afectuosamente :-)
Gracias, Miguel.
Muy buena entrada.
Feliz Año a Ud. también.
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