Se acabó Roma. ROMA, la infinita, è finita. Han sido cinco días de belleza continua. Aparte de lo consabido (el Panteón, Trastévere, Navona), la villa/circo de Masenzio, la tumba de Cecilia Metella, el claustro de San Onofre, las catacumbas de Priscilla, la exedra de Villa Giulia... Iremos recuperando las palabras que trataron de fijar las sensaciones sobre un cuaderno.
[En cuanto a la película, para mí valen mucho más los 10 últimos minutos que las dos horas anteriores, recargadas y excesivas. Un final maravilloso. Los mejores títulos de crédito finales que recuerdo.]
3 comments:
Totalmente de acuerdo con lo del final aunque a mí los excesos si son de belleza... y en Roma...
Saludos.
Confieso que me costó entrar en la película. Es más, la primera vez que lo intenté, desistí. Sin embargo, con él ánimo adecuado, resulta una película hermosa.
Enlazo una crítica que creo acierta bastante en lo que dice sobre ella: http://blogs.elconfidencial.com/cultura/iluminaciones/2013-12-21/la-gran-belleza-una-autopsia-festiva_67443/.
Un abrazo.
Diarios de Rayuela
Hola Lula, Diarios.
Gracias por el enlace al artículo de Salmón, está muy bien.
Pero no puedo evitar pensar en la película que podía haber sido...
Un abrazo.
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