Inspirado en el camposanto de la
plaza del Duomo de Pisa, el Panteón de los Hombres Ilustres fue un proyecto
iniciado en 1890 a instancias de la reina regente María Cristina y que, tras sucesivas
negligencias y decisiones absurdas por parte de las autoridades públicas, quedaría truncado en sus ambiciosas
intenciones iniciales. El proyecto original, de estilo neobizantino, incluía una basílica
y un campanile con un reloj de cuatro esferas y tres campanas. La basílica
estaba destinada a ser el templo de la Corte y sede de las ceremonias
religiosas reales.
En 1891 se empezó a ejecutar el
proyecto, del que finalmente sólo se construirían el panteón y el campanile. El
claustro del Panteón es de planta cuadrada, con tres galerías con arcadas y
vidrieras y dos cúpulas semiesféricas en las esquinas. Sobre la puerta de
entrada hay un frontón. En el interior hay un pequeño jardín donde se ubica el
mausoleo conjunto. Cada galería tiene una puerta central para acceder al jardín.
Destacan en el interior los grupos escultóricos de Mariano Benlliure para los sepulcros de José Canalejas, Eduardo Dato y Mateo Sagasta. También están el sepulcro del Marqués del Duero, obra de Arturo Mélida y Alinari y Elías Martín, y el de Cánovas del Castillo, obra de Agustín Querol. En el patio, subida en lo alto del Mausoleo, hay una estatua de la libertad acompañada de un gato.
Destacan en el interior los grupos escultóricos de Mariano Benlliure para los sepulcros de José Canalejas, Eduardo Dato y Mateo Sagasta. También están el sepulcro del Marqués del Duero, obra de Arturo Mélida y Alinari y Elías Martín, y el de Cánovas del Castillo, obra de Agustín Querol. En el patio, subida en lo alto del Mausoleo, hay una estatua de la libertad acompañada de un gato.
(Madrid, 26-12-2015)
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