Friday, January 22, 2016

Paseos londinenses: St. Pancras Old Church

Hasta una acción tan sencilla como salir a dar una vuelta parece haber caído en las garras de la teoría: el andar como acto estético, como herramienta crítica, como arquitectura del paisaje, como forma de intervención humana en la naturaleza, como interpretación laberíntica de los contextos urbanos… Todo se tematiza. Se hace carnaza especulativa de cualquier cosa. Habrá que rendirse a la intelectualización omnímoda de la experiencia.
No me considero un flâneur baudeleriano, ni soy un mitómano del dandismo, ni me interesa el lado esotérico de la psicogeografía. De la colisión entre la psicología y la geografía no deduzco una metafísica especial. La única forma de antiarte que proclamo es la de mi propia insatisfacción. La teoría de la deriva me parece una hinchazón exagerada y vacía, fruto muerto de una mecánica superficial. Y sus implicaciones políticas me resultan, en el mejor de los casos, un fatuo brindis al sol.
No sigo método alguno ni me atengo a reglas preestablecidas. No trazo círculos sobre los mapas para después reproducirlos en la realidad de los barrios y calles, con sus muros invisibles o fronteras inconscientes. Simplemente me gusta pasear por las ciudades, como a casi todo el mundo. Y Londres es, quizá, el mejor campo de pruebas para estos delirios pacíficos.

"Paseos londinenses: St. Pancras Old Church", en El Estado Mental.


Saturday, January 16, 2016

En el Panteón de Hombres Ilustres

Inspirado en el camposanto de la plaza del Duomo de Pisa, el Panteón de los Hombres Ilustres fue un proyecto iniciado en 1890 a instancias de la reina regente María Cristina y que, tras sucesivas negligencias y decisiones absurdas por parte de las autoridades públicas, quedaría truncado en sus ambiciosas intenciones iniciales. El proyecto original, de estilo neobizantino, incluía una basílica y un campanile con un reloj de cuatro esferas y tres campanas. La basílica estaba destinada a ser el templo de la Corte y sede de las ceremonias religiosas reales.
En 1891 se empezó a ejecutar el proyecto, del que finalmente sólo se construirían el panteón y el campanile. El claustro del Panteón es de planta cuadrada, con tres galerías con arcadas y vidrieras y dos cúpulas semiesféricas en las esquinas. Sobre la puerta de entrada hay un frontón. En el interior hay un pequeño jardín donde se ubica el mausoleo conjunto. Cada galería tiene una puerta central para acceder al jardín.
Destacan en el interior los grupos escultóricos de Mariano Benlliure para los sepulcros de José Canalejas, Eduardo Dato y Mateo Sagasta. También están el sepulcro del Marqués del Duero, obra de Arturo Mélida y Alinari y Elías Martín, y el de Cánovas del Castillo, obra de Agustín Querol. En el patio, subida en lo alto del Mausoleo, hay una estatua de la libertad acompañada de un gato. 










(Madrid, 26-12-2015)