Creo que por fin podré disfrutar a Proust sin obstáculos ni artificios. Lo estaba deseando. Hasta ahora tenía que hacer primero una titánica labor de desbrozo, lápiz en mano, subrayando, poniendo paréntesis, haciendo señales en el margen. Después, en una segunda lectura (parcial, sólo de lo señalado), podía ya disfrutarlo. Es decir, leía a un Proust editado por mí. Pero la labor de desbrozo siempre me acababa cansando y saltaba de tomo en tomo sin orden ni criterio. Alguno ni lo rocé.
Saturday, June 26, 2010
El tiempo recobrado
Creo que por fin podré disfrutar a Proust sin obstáculos ni artificios. Lo estaba deseando. Hasta ahora tenía que hacer primero una titánica labor de desbrozo, lápiz en mano, subrayando, poniendo paréntesis, haciendo señales en el margen. Después, en una segunda lectura (parcial, sólo de lo señalado), podía ya disfrutarlo. Es decir, leía a un Proust editado por mí. Pero la labor de desbrozo siempre me acababa cansando y saltaba de tomo en tomo sin orden ni criterio. Alguno ni lo rocé.
Tuesday, June 22, 2010
O libro dos amigos
Los abro y empiezo a hojearlos. Primero de pie; después sentado; finalmente tumbado en el sofá. El primero es un libro de viaje por Buenos Aires. Casi mejor lo dejaré para otro día, porque el segundo me ha atrapado: O libro dos amigos. Como declara el título, se trata de una sucesión de retratos emocionados de sus amigos, entre los que figuran algunos personajes gallegos conocidos, como Castelao o Bóveda. Salen en sus páginas muchos recuerdos, bastantes cafés, algunos entierros. No entiendo todas las palabras, pero me gusta cómo suenan. El ejemplar que tengo entre las manos está fechado en 1953 y fue publicado por Ediciones Galicia del Centro Gallego de Buenos Aires.
Wednesday, June 09, 2010
"Historias de Roma" de Enric González
Tras unas primeras páginas caóticas y absurdas de síntesis histórica, que me hicieron pensar en lo peor, Historias de Roma remonta el vuelo por el lado del costumbrismo y de las anécdotas periodísticas: cuenta, enseña y entretiene, que es de lo que se trata. Pero uno se pregunta si no hay editor de estos libros, alguien que sepa aconsejar y orientar, al menos en cuanto a orden y estructura. La respuesta seguramente es que el editor sea simplemente ese pelmazo de RBA que mete mucha prisa. El resultado es digno, sí, pero demasiado poca cosa. Roma tiene muchísimo más (y mejor) que contar. Ya sé que contarlo todo es imposible, porque sería infinito, pero el tema merecía más esfuerzo, más tiempo, más calma, más páginas. Y de este autor esperábamos más. En fin, olvidemos las pegas por culpa de las expectativas, que el libro está bastante bien (seguro que con el tiempo, pasado el desengaño, lo iré apreciando más). Además, espero algún día poder escribir mi prometido libro sobre Roma y resarcirme de todas las carencias.
Lo cierto es que Historias de Roma contiene páginas muy buenas. Cuando Enric González hace de Enric González, cuando se olvida de los nombres de los emperadores y de las fechas antes o después de Cristo (que parecen traídas sólo para rellenar páginas) y simplemente nos habla de su casa, del restaurante al que solía acudir o de un personaje romano que conoció en tal sitio, sale lo mejor de su estilo. No necesitamos más que verlo saboreando un capuchino en una plaza o elucubrando sobre los complots vaticanos, con eso nos llega. Por otra parte, la semblanza que hace de Alberto Sordi es inolvidable (para mí lo mejor del libro), al igual que la historia del marqués Casati Stampa, que “sólo disfrutaba del sexo por persona impuesta: le gustaba que su esposa fornicara con jóvenes desconocidos, mientras él fotografiaba, filmaba y anotaba en su diario”. En un alarde de síntesis oratoria, el autor confecciona un monólogo hilarante con frases literales tomadas de Berlusconi:
"Quiero empezar saludando a los asistentes a esta Cumbre contra el Hambre, y muy especialmente a las bellísimas delegadas. Soy el ungido del Señor. Cargo con la cruz, aunque no me gusta mucho hacerlo. Y cada año practico un retiro espiritual, en las Bermudas. El referéndum, sépanlo, será un juicio de Dios. Y beberé el amargo cáliz de volver a gobernar. Vivo bajo el terror de un Estado policial. Acusarme a mí de corrupción es como acusar a la Madre Teresa de Calcuta. También Jesús fue traicionado, y no soy mejor que Jesús. Por supuesto, soy éticamente superior a cualquier otro político europeo. Estoy en contacto permanente con la Divinidad. He escrito las tablas de la ley, como Napoleón o Justiniano. A veces noto que me asalta un complejo de superioridad, pero entonces me digo: menos mal que soy yo. Soy el único italiano que escribe sambas en napolitano. Me han envenenado con armas bacteriológicas. Nunca salgo en televisión. Mi vida está llena de sacrificios. ¿Saben que Margaret Thatcher me dijo que habríamos hecho una gran pareja?"
El capítulo 4, en el que nos guía en un paseo por el centro histórico, me ha llenado de nostalgia y de la necesidad de volver pronto a Roma. Es como estar allí caminando: visualizas perfectamente todos los lugares (si los conoces, claro). No, definitivamente no puedo estar más tiempo sin volver. Ya son casi tres años. Una eternidad, una condena.
Sunday, June 06, 2010
Diarios de Iñaki Uriarte
“Es evidente que cualquiera de los que están arriba ha tratado a los otros como un medio y no como un fin. Sea lo que sea eso de Kant de tratar a las personas como un fin, así solo se va cuesta abajo”. No pasará el tiempo para genialidades como ésta.
El personaje-narrador de estos diarios nos cae bien. Es un hombre que no trabaja, porque no lo necesita, y que presume de vago: “¿Qué has hecho hoy? Fumar”; “Trabajar es como estar enfermo. En cuanto se te pasa, te pones contento”. Por supuesto, nos da envidia de esta posibilidad de vivir sin trabajar. Gran admirador de Montaigne, sabe captar con gran inteligencia los movimientos de la psicología. Realismo sin prejuicios ni corrección política: “Hasta que no desaparezcan las joyerías habría que mantener un poco en cuestión todo eso del feminismo”. Además, una visión profundamente antirretórica de la literatura: “Pla dice que hay que escribir como se escribe una carta a la familia, pero con un poco más de cuidado. Aquí voy a hacerlo como si hasta las cartas fueran un alarde de retórica. Como si hablara solo”.
La siempre agradecida concisión. La siempre bendita contradicción. Aquí, un hombre. Un estilo sencillo, un tono amable, una mirada llena de humor, a veces cínica. “Ni espíritu de sacrificio, ni afán de superación, ni aspiración a la excelencia. Ni ningún respeto o simpatía por tales cosas”. Y cierta misantropía: “Uno de los secretos del placer estético que produce la naturaleza es que no hay gente”. Muchas dosis de Montaigne, Proust y Borges. Los maestros, los gustos, son los mismos.
Cuando se habla de la literatura de entretenimiento, yo pienso en este tipo de libros. Salir a la terraza con una coca-cola y leer los Diarios de Uriarte. No se necesita más. ¿A qué esperáis para conseguirlo?
Tuesday, June 01, 2010
Conde-duque's Photostream
Es la primera vez que me he atrevido a hacer un poco de postproducción. Básicamente le he dado a algunas fotos algo más de contraste, saturación o agudización. Y en un par de ellas me he permitido alguna mayor frivolité. Son las mismas que subí hace tres años. Varias las he pasado a blanco y negro.