Sunday, March 18, 2012

Los Panero, un fin de raza literario (I)

Variante letraherida y astorgana de Los Monster, los Panero sirvieron de emblema propicio de la Transición española. Aquellos niños bien que aireaban los trapos sucios de la familia y se burlaban de su padre muerto simbolizaban a la perfección el asesinato freudiano de la dictadura, la caída estrepitosa de una época, el ajuste de cuentas con el pasado reciente de cuarenta largos y oscuros años de franquismo. Una nueva generación, algo pasada de drogas y literatura, escupía a la cara de sus padres sin el menor recato. La alegoría era demasiado fácil para ser puesta en cuestión, aunque, como todo simbolismo, se amparase en la mitología.

Los Panero, un fin de raza literario (I), en Jot Down

4 comments:

Portarosa said...

Me encantó El desencanto (anda, qué juego de palabras), me encantó.

También a mí fue Michi el que mejor me cayó. Aunque la verdad es que me deslumbraron todos.

Claro que, por mucho que uno mitifique la cultura y la inteligencia, esos extremos mejor de lejos.

Un abrazo.

conde-duque said...

¿No te quedó después de verlo una sensación de tristeza?

Portarosa said...

Sí, bueno, triste sin duda es.
El encanto consistió en ver, a salvo, de lejos, el atractivo de esa lucidez desmoralizada, de esa genialidad que no se distingue muy bien de la locura.

Un abrazo.

Anonymous said...

La melancolía más absoluta, será que yo también me siento un poco fin de raza. Creo que es la obra que más me ha emocionado en mi vida.