Discurso de entrada en la RAE de Miguel Mihura, elegido para ocupar el sillón K mayúscula:
"Soy un escritor que ha vivido mucho en la calle,
en las barras de los bares y en los cafés. Pero sin tertulias. A mi
aire. A pecho descubierto. Prefiero conocer al pueblo sencillo, a los
hombres, a las mujeres de toda condición social y escuchar sus
problemas, antes de perder el tiempo charlando con un señor que a lo
mejor me suelta una palabra en latín y me habla de humanidades. Siempre
he rehuído integrarme en un grupo de escritores, sea cual fuese. Se
habla siempre de una literatura de compromiso y el que no se compromete
a nada, el hombre libre, está considerado como sospechoso o como
cobarde. En muchos años de vida literaria no he encontrado una sola
camarilla que de cualquier modo fuese gratuita. No. Para entrar en ella
hacía falta renunciar a su propia personalidad y a sus convicciones. Por
otra parte ante un hombre o una mujer me siento cómodo. Nadie
particularmente me es extraño. Pero en cuanto estos hombres y mujeres
forma un grupo me entra un miedo tremendo. Detesto los grupos y las
camarillas. (...)
Soy un hombre sencillo que solo conoce su
oficio. El de creador, el de inventor de personajes, el de humorista.
Una palabra importante hace años que ha ido degenerando hasta
convertirse en vulgar y al alcance de todas las fortunas. La definición
de humorista, que aún no está muy clara, ha ido perdiendo valor y
prestigio. Hoy se les llama humoristas a esos cómicos de teatro y salas
de fiesta que dicen chistes de actuación y hacen imitaciones. Esto es lo
que antes llamábamos caricatos o excéntricos. Yo no tengo nada contra
ellos. Admiro a algunos pero se han apropiado de una definición que no
les corresponde. El humorismo es otra cosa y trataré de definirlo a lo
largo de este discurso en el que he decidido hablar un poco de mí, de
mis ideas, de mis experiencias, de mi manera de ser y de pensar. Del
humorismo, del teatro, de la inspiración, de la vejez. De todo un poco y
sin un orden previamente establecido. Será como un cajón de sastre en
el que todo tendrá cabida."
Nunca llegó a pronunciarlo, pues falleció poco antes de la fecha en que estaba programado el evento.
Nunca llegó a pronunciarlo, pues falleció poco antes de la fecha en que estaba programado el evento.
2 comments:
Le gustaba recoger el viento del pueblo. Un maestro y su escuela era enorme. Sí, el humor en la literatura se mira con lupa y es sospechoso de vulgaridad siempre. Pero la poesía está en todas partes como bien sabía Miguel Mihura.
Saludos desopilantes.
Manuel Marcos
Saludos, Manuel Marcos.
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