A diez minutos del final, cuando el Madrid marcó, se produjo una de esas experiencias increíbles, epifánicas, de locura,
que sólo el Bernabéu puede propiciar: por su arquitectura, por el efecto
embudo de sus gradas, por el envoltorio espacial, por la pasión
desatada de sus gentes.
Las remontadas épicas.
Las remontadas épicas.
Es ese momento blanco del Vincerò!!,
de la epifanía madridista, de la iluminación profana, de la revelación
absoluta que provoca una euforia sin límites. En esos trances del
espíritu lo lógico sería meter diez goles en cinco minutos. Ahí todo es
posible.
A Jabois, madridista de pro, que me hizo un estupendo regalo de Reyes.
1 comment:
J'ai trouvé ce post plus tôt aujourd'hui alors que dans le bureau très utiles envoyé le lien à moi-même et sera très probablement signet conde-duque.blogspot.ru lorsque je faire à la maison
Post a Comment