Friday, January 22, 2016

Paseos londinenses: St. Pancras Old Church

Hasta una acción tan sencilla como salir a dar una vuelta parece haber caído en las garras de la teoría: el andar como acto estético, como herramienta crítica, como arquitectura del paisaje, como forma de intervención humana en la naturaleza, como interpretación laberíntica de los contextos urbanos… Todo se tematiza. Se hace carnaza especulativa de cualquier cosa. Habrá que rendirse a la intelectualización omnímoda de la experiencia.
No me considero un flâneur baudeleriano, ni soy un mitómano del dandismo, ni me interesa el lado esotérico de la psicogeografía. De la colisión entre la psicología y la geografía no deduzco una metafísica especial. La única forma de antiarte que proclamo es la de mi propia insatisfacción. La teoría de la deriva me parece una hinchazón exagerada y vacía, fruto muerto de una mecánica superficial. Y sus implicaciones políticas me resultan, en el mejor de los casos, un fatuo brindis al sol.
No sigo método alguno ni me atengo a reglas preestablecidas. No trazo círculos sobre los mapas para después reproducirlos en la realidad de los barrios y calles, con sus muros invisibles o fronteras inconscientes. Simplemente me gusta pasear por las ciudades, como a casi todo el mundo. Y Londres es, quizá, el mejor campo de pruebas para estos delirios pacíficos.

"Paseos londinenses: St. Pancras Old Church", en El Estado Mental.


2 comments:

NáN said...

Hermosote artículo. Muchas veces, los londinenses me suenan tan lejanos como tribus de islas remotas.

conde-duque said...

Gracias, Nán. No son tan raros, no.
De hecho son una mezcla de muchos de nosotros.
Abrazo.