Niño que llega tarde. El reloj parece estropeado por su culpa. Da las "demasiado tarde".
Cerrado por obras. Soñé que me quitaba la vida con un fusil. Cuando salió el disparo, no me desperté, sino que me vi yacer, un rato, como un cadáver. Sólo entonces me desperté.
Armas y municiones. Había llegado a Riga para visitar a una amiga. Su casa, la ciudad, el idioma me eran desconocidos. Nadie me esperaba, nadie me conocía. Deambulé dos horas solo por las calles. Nunca he vuelto a verla así. De cada portal brotaba una llamarada, cada guardacantón lanzaba chispas, cada tranvía surgía de improviso como un coche de bomberos. Sí, bien podía salir ella de este portal, doblar la esquina y sentarse en el tranvía. De los dos tenía que ser yo, a toda costa, el primero en ver al otro. Pues de haberme rozado ella con la mecha de su mirada, yo habría volado por los aires como un depósito de municiones. (Walter Benjamin, Calle de dirección única)
1 comment:
Hay que ver lo bueno que es este Benjamin. No me extraña que le pusieran su nombre a esas botellas pequeñas de cava, jeje.
Saludos again
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