El 18 de febrero de 1953 Ramón Gaya escribía en su Diario: "Toda obra suprema parece estar asomada a una especie de... abismo. Incluso la de Velázquez -tan firme, tan segura, tan... justa- parece estar al borde de algo sin fondo, sin fin, que no acaba, que no concluye".
Hoy, exactamente 55 años después de esta anotación, he podido ver -gracias a la amabilidad de Juan Ballester- el documental La Serenissima, en el que la voz de Gaya nos acompaña por los canales y plazas de Venecia:
-"Venezia es líquida, transparente, di vetro".
-"Las gentes están en las plazas de Venezia como en ninguna otra parte. Suprimida la rueda, el hombre parece recobrar aquí un aplomo que ha perdido, una dignidad que ha perdido. Las personas, con una mezcla de sabiduría y capricho, se distribuyen con gracia por todo el espacio de la Piazza y la Piazzetta; van de un lugar a otro con esa misma solemnidad natural que vemos en las figuras de Carpaccio".
-"Atravesar la Piazza, de noche, con luna -con un poco de niebla iluminada por la luna-; las personas vagando, yéndose fantasmales; el frío, la soledad (mía); todo me produce algo así como una felicidad dolorosa".
-"Amanece con tanta niebla que no veo, al abrir el balcón, no ya la orilla de enfrente, sino las góndolas o las barcazas que pasan por el centro del Canal Grande. Salgo y voy al Florian a tomar un café; San Marcos y el Ducale están maravillosos. Parecen, no algo corpóreo que la niebla lograra borrar en unos instantes, sino algo ideado, pensado, y que empezara, de pronto, a tomar cuerpo, a convertirse en piedra. Siempre, por lo demás, se está aquí en una extraña situación, diríamos, de metamorfosis inminente, acechante. Todo aquí parece estar a punto de volverse otra cosa".
-"La Serenissima no es sólo una ciudad, un lugar, sino una... existencia, y nos hace, armoniosamente, ser personas de esa existencia suya. Porque si a Venezia le damos tiempo puede empujarnos, enseñarnos a ser, a ser nosotros... en ella, desde ella. Nos ofrece una posibilidad del ser y del vivir; nos da como un... sentimiento de vida, de la vida, un sentimiento nuevo, inesperado -o perdido- de vida. Porque Venezia es, ante todo, un espacio, una concavidad; es la palma de una mano -una mano extendida al aire, a la lluvia, a la luz-; es un refugio abierto, expuesto a la intemperie. Nos acoge en su regazo, nos educa, nos madura; y nos regala una forma de estar, del estar, del sentirnos sin apenas movernos, ya que ese punto en donde por casualidad estamos, en donde por casualidad nos encontramos, es como un centro, un centro... suficiente".
(Ramón Gaya, Diario de un pintor, Pre-Textos, 1984)
1) la puesta de sol vista desde La Giudecca (allí sentados, la Esfinge y yo, durante horas, con los pies colgando en el aire), con ese horizonte que enseguida parecería una batalla sangrienta de Turner;
2) el gondolero cantante, como un eco que se va apagando con la distancia, perdiéndose en el dédalo de los canales;
y 3) la triste despedida de la laguna, a medida que me iba alejando de ella; porque, como dice R. G., "irse de Venezia es sólo eso, no puede ser más que eso: irse de Venezia y... basta, es decir, es algo que termina, radicalmente, en ese punto".
6 comments:
Siempre digo lo mismo, pero es que es un lugar mágico, qué ganas tengo de regresar!
A mí es que me impresiona su forma de hablar/escribir. Vaya tío. Es un placer leerlo, casi sin tener en cuenta lo que dice, pero casi, porque lo que dice, tiene una magia, una seducción extraña.
Vi la exposición en el reina Sofía en su día, con Bonet de comandante del museo. Es un pintor de susurros, y claro, entre tanto grito, lo suyo a la fuerza es periférico.
Precioso post.
Grazie tante per questo post e per la notizia del documentario.
Sai che quest' estate andró a Venezia?
Un bacio mascherato nella giudecca.
Siempre hay que volver, Descon. Una y otra vez.
Tiene una forma de escribir muy peculiar, aproximativa y sugerente (cómplice con el lector). Va dando pasos para ir atrapando lo que quiere comprender, rodeándolo. Pero no como el que sentencia, aunque a veces lo parezca, sino como el maestro que acaricia la idea y duda (de ahí tantos puntos suspensivos, que significan "esto es lo que quiero decir... en este sentido... entendido así"). La idea la tiene clara pero duda cómo expresarlo; por eso van saliendo tantos adjetivos aproximativos al paso.
Todas las ideas le salen de dentro, de verdad. Son IDEAS VIVIDAS, como os dije una vez.
En su día me perdí la exposición del CARS. A ver si pronto puedo ver una, donde sea.
Prego, Lula, sempre è un piacere scrivere sull' Italia. A Venezia quest' estate? Che envidia!!!
Baci.
Pero, qué tienes con Italia
qué bonitos fragmentos
Se llama amor (creo).
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