Saturday, February 23, 2008

El puchero humano

"Madrid se presenta a los geógrafos como un bubón en la meseta de Castilla. Su diseño no es ilustrado y francés, sino angustiado y ruin, y por eso a los literatos no les cautiva tanto su esqueleto como sus contenidos, lo que Vélez de Guevara llama el puchero humano, un burbujeo que define, a falta de otra singularidad, este antro de insatisfechos.
Para la vista de lince que a la distancia de Vallecas o Pinto traspase la polvareda alzada en la Corte por ciudadanos y carruajes, lo que se cuece en el Madrid de Cervantes, Góngora y Tirso de Molina recuerda una olla con garbanzos. Como ingredientes de esta cazuela, desvelados por los escritores costumbristas, figuran las artesanías. [...]


Vive el madrileño en confrontación verbal permanente. Gracioso con Lope, majo con don Ramón de la Cruz y menestral en zarzuelas y entremeses, pierde con los años el pelo de la dehesa para lucir su condición urbana de curioso parlante con Mesonero Romanos, o burócrata con Larra. [...]
Tres siglos después de aquella metáfora del puchero, la olla continúa hirviendo. Corte y suburbio, autopista y callejuela, buhardilla y corrala, soledad y vecindario sustancian ese caldo."

(Manuel Longares, La ciudad sentida, Madrid, 2007)

3 comments:

narrow said...

La próxima vez que vaya a Madrid, te pido consejo para un buen cocido, que El Bola me pareció carero y pujo y del Llardhy ni se me ocurre. Buena cita.

narrow said...

Pujo no, pijo. Qué dedazos los míos.

conde-duque said...

No soy un experto en cocidos. El de mi madre me gusta mucho.
Nunca he estado en el Bola ni el Lhardhy: tienen pinta de muy careros.
Sé que en muchos bares tienen el día del cocido, normalmente el miércoles o el jueves. Alguno he tomado de menú del día.
Me informaré y si eso te acompaño, a darme yo también el homenaje.