Thursday, March 27, 2008

La palabra que sostiene

Último post filosófico durante un tiempo (volveré a mis novelas, pelis, fotos y paseos, que son menos aburridos, ¿no?). Después de haber buceado un poco en la cuestión de la condición humana (al menos, lo que resulta imposible negar es que somos una especie que parece llamada a reflexionar sobre su propia naturaleza), veamos una de las posibles hipótesis de trabajo. Hay otras muchas, pero ésta me parece particularmente interesante:
"Para estimar que la dignidad de la condición humana está garantizada y en consecuencia -entre otras cosas- que la ética tiene un sentido, no es necesario -contrariamente a lo que afirma cierto héroe de Dostoyevski- recurrir a la hipótesis de Dios. Es suficiente tener una base sólida para sostener que se da en la vida humana y como rasgo fundamental de la misma aquello que designamos por el término palabra. [...]
La palabra, en suma, redime de la finitud inherente a la condición natural, no por ser trascendente a la naturaleza, sino por ser un fruto perturbador e intrínsecamente subversivo de la misma. [...]
Determinaciones (triviales para cualquier estudiante de lingüística) como la vinculación meramente opositiva y la arbitrariedad hacen de la palabra algo potencialmente infinito y con ello del ser de palabra un posible demiurgo de un universo ilimitado."
"No hay proyecto de mayor dignidad que el consistente en asentar sobre base racional el singularísimo hecho del lenguaje, es decir: un conjunto limitado de elementos fonéticos que abre la vía a un conjunto potencialmente infinito de elementos de significación; una suerte de filtro que mediatiza toda presencia exterior o interior y que, en razón de ello, parece realmente tener la dignidad de ese verbo que, según el mito, un día tomó forma de hombre.
No cabe racionalmente discutir si el verbo se hizo carne, pero siendo, como es, indiscutible que la carne se hizo verbo, cabe perfectamente preguntarse cómo tal cosa ocurrió. Cabe preguntarse por la razón de que en el registro genético se operara esa revolución por la cual a los instintos que reflejan simplemente la tendencia de la vida a perseverar diversificándose, se sumó ese "instinto de lenguaje" al que se refiere Steve Pinker, es decir: tendencia no meramente a perseverar sino a perseverar loquens; tendencia no tanto a conservar la vida como a conservar una vida impregnada por la palabra.
El carácter subversivo de este nuevo instinto se refleja en el hecho de que puede llegar a no ser compatible con los instintos directamente vitales, tal como sucede cuando, bajo amenaza de tortura o muerte, un hombre no traiciona convicciones forjadas a través de una palabra compartida."
(Víctor Gómez Pin, El hombre, un animal singular)

5 comments:

El Solico said...

im-presionante, si, un texto de una riqueza en su contenido, brutal, pero me pregunto ¿se puede escribir de manera mas compleja y enmarañada? A mi me deslumbran las pocas personas que en un supuesto caso supieran sintetizar este bello texto en un breve parrafo. De forma Clara, clarisima, ¿sabes quien lograba eso, en mi opinion? Antonio Machado

conde-duque said...

Buenas, Ignacio.
Es cierto que este hombre tiene un estilo muy proustiano, una sintaxis recovecosa y laberíntica, pero también creo que en cada requiebro aporta un matiz. No creo que se deje llevar por la palabrería, sino que utiliza esos meandros para ir profundizando, matizando, distinguiendo, relacionando...
Yo soy siempre partidario de la sencillez y la claridad. Pero en ese caso no soy muy coherente con mis propios gustos porque tengo que reconocer que disfruto leyéndolo. No es un estilo sencillo pero sí claro y razonado, lo entiendo bien... y me gusta. Es precisamente una aproximación más literaria -a veces- a la filosofía, pero sin perder rigor científico.

Reb said...

Se nota que es un filósofo que disfruta usando las palabras ;-) Me gusta lo que dice del lenguaje como posible demiurgo de un universo. ¿Será la capacidad de abstracción lo que separa al hombre de sus instintos? Yo creo que no es el lenguaje lo que hace que un hombre no hable ante un torturador, es la catadura moral que siempre permanece (frase de Shopenhauer que alguien escribió en mi blog)

conde-duque said...

Buena frase la de Schopenhauer...
Lo que viene a decir el texto es que la palabra -que permanece idéntica, fiel a sus principios- sería en el fondo el soporte material de esa conciencia moral (que es algo intangible, vaporoso). Un ser sin capacidad lingüística no tiene conciencia.

Divina nena said...

Pues si, este Sr. sin duda alguna se recrea en baños de palabras, no digo que no lo haga con raciocinio,pero he de reconocer que lo he leído dos veces para no perderme :-D

Ahora bien, si del contenido he de opinar,discierno de la idea del texto, no puedo ser tan engreída al considerar que "un ser sin capacidad lingüistica no tiene conciencia". Uf este es un tema sobre el que se podría decir demasiado y al principio de esta entrada comentabas que por un tiempito aparcarías los temas filosóficos.