Monday, June 15, 2009

My Brightest Diamond, Kenzaburo y el niño Apollinaire

Llevo varios días escuchando a todas horas esta canción: Gone Away. La voz de Shara Borden es espectacular. Me recuerda a la de Beth Gibbons, de Portishead.

Se puede escuchar, por ejemplo, mientras se relee Una cuestión personal, de Kenzaburo Oé. Sin ir más lejos, la escena tremenda de la ambulancia, del niño Apollinaire:
El doctor se puso de pie y se dio la vuelta para controlar el tubo de goma. Bird vio por primera vez a su hijo.
Un bebé feo, de cara apretada, colorada, llena de arrugas y residuos de grasa. Tenía los ojos completamente cerrados, como las conchas de un bivalvo, y unos tubos de goma penetraban por las fosas nasales; la boca permanecía abierta en un grito mudo, y podía verse la mucosa interior, color perla rosáceo. Bird se levantó a medias de la banqueta y logró ver la cabeza vendada. Bajo el vendaje, el cráneo estaba recubierto de algodón ensangrentado. Pero no había manera de ocultar que allí había algo anormal.
Bird apartó la mirada y se sentó. Apretó la cara contra el cristal de la ventanilla y vio cómo se alejaban de la ciudad. Los peatones, alarmados por la sirena, se quedaban mirando con curiosidad y expectación la ambulancia, tal como habían hecho los ángeles embarazados. Daban la impresión de haberse detenido en medio de un movimiento, como un fotograma inmóvil: vislumbraban un fallo infinitesimal en la superficie plana de la vida cotidiana y eso les inspiraba un candido respeto.
Mi hijo tiene la cabeza vendada como Apollinaire cuando fue herido en el campo de batalla. Mi hijo fue herido en un campo de batalla oscuro y silencioso que nunca he visto, como Apollinaire, y ahora grita sin sonidos...
De pronto, Bird comenzó a llorar. La cabeza vendada, como Apollinaire: la imagen simplificó y orientó sus sentimientos. Se dio cuenta de que estaba convirtiéndose en una gelatina sentimental; pero al mismo tiempo se sentía justificado: incluso descubrió cierta dulzura en las lágrimas.
Como Apollinaire, mi hijo fue herido en un campo de batalla oscuro y silencioso que no conozco, y ha llegado con la cabeza vendada. Tendré que enterrarlo como a un soldado muerto en combate.
Bird continuó llorando.

2 comments:

Miguel Baquero said...

Aunque de forma tangencial, me impactó mucho cuando leí sobre la muerte de Apollinaire: el hombre murió el mismo día que acabó la Gran Guerra y, en su delirio, al oir las voces en la calle creía que de pronto se había reconocido su poesía y le estaban aclamando.

conde-duque said...

De Apollinaire siempre me gustó su poema "El puente Mirabeau" recitado por él:
http://www.youtube.com/watch?v=eCpg6SMzXC4&feature=related

Y en canción:
http://www.youtube.com/watch?v=gJTTOBz7W6E&feature=related