"Era un hombre cuyos auténticos sentimientos, miedos y anhelos, e incluso sus habituales reacciones cotidianas, resultaban difíciles de medir, y raras veces eran expresadas directamente. Eran controladas, calculadas, medidas, para conseguir el mayor efecto con el mínimo esfuerzo. Y las más profundas zonas de su vida interior se veían siempre refractadas por los ángulos y sombras de una narrativa fílmica, enfocadas y concentradas en una serie alternativa de imágenes violentas y tiernas. […]
Había en efecto muchos aspectos que conformaban el complejo carácter de Alfred Hitchcock. Estaba el poeta visual de la ansiedad y el accidente que evitaba ambas cosas y que, según muchos, merece un lugar junto a Kafka, Dostoyevski y Poe. Estaba el obsesionado técnico que trabajaba en el negocio del cine puro, intentando a lo largo de más de medio siglo hacer películas populares pero perfectas. Estaba el desvergonzado imitador de un burgués inglés. Estaba el publicista que se dedicaba a la mejora de su propia causa. Estaba el modesto hombre familiar que parecía encarnar los valores de la clase media pese a que él viajaba en primera clase. Estaba el mago, trabajando con luces y espejos con mano despreocupada y negro humor. Estaba el cronista de poco comunes estados emocionales. Estaba el excelente magnate comercial y el sufrido artista.
Había en efecto muchos aspectos que conformaban el complejo carácter de Alfred Hitchcock. Estaba el poeta visual de la ansiedad y el accidente que evitaba ambas cosas y que, según muchos, merece un lugar junto a Kafka, Dostoyevski y Poe. Estaba el obsesionado técnico que trabajaba en el negocio del cine puro, intentando a lo largo de más de medio siglo hacer películas populares pero perfectas. Estaba el desvergonzado imitador de un burgués inglés. Estaba el publicista que se dedicaba a la mejora de su propia causa. Estaba el modesto hombre familiar que parecía encarnar los valores de la clase media pese a que él viajaba en primera clase. Estaba el mago, trabajando con luces y espejos con mano despreocupada y negro humor. Estaba el cronista de poco comunes estados emocionales. Estaba el excelente magnate comercial y el sufrido artista.
Su vida fue una incansable persecución de la mejor comida y vinos y comodidades y colaboradores, pero fue también una incansable búsqueda de la mujer ideal a la que adorar, el complemento perfecto del frustrado chico gordo que siempre se consideraba ser. Showman y artista, melancólico aislado y charlista divertido, gentil romántico e inflexible manipulador, se había convertido en un depositario de todo lo contradictorio que hay en la naturaleza humana. Sus sentimientos eran vertidos en la creación de sorprendentes imágenes, donde ponía sus desarticulados anhelos en labios de muchos personajes distintos; y sus más fuertes y auténticos impulsos ―aquellos que corresponden a lo demoníaco y aquellos que corresponden a lo divino― eran transmutados del caudal de su propia frustrada y contradictoria vida."
(Donald Spoto, Alfred Hitchcock. La cara oculta del genio, T&B Editores, Madrid, 1998, pp. 18 y 19.)
Con ustedes, el más grande:
7 comments:
Me lo he pasado muy bien leyendo este post y disfrutando del personaje "en" sus películas:)En cada post sugieres una cosa nueva y voy a tener que ir acotando los deseos!, ¿eh?:)
Buen fin de semana.
Me encantan las películas de Hitchcock...podrían poner episodios de sus series...
No voy a poner en duda que Hitch ha sido un grandísimo director de cine. Uno de los realizadores mas experto, ocurrente y pleno de soluciones visuales para cualquier reto dramático. Además comprendía a la perfección las necesidades de un determinado tipo de público y sabia manipularlo y complacerlo como nadie lo ha hecho. Se supo rodear de grandísimos guionistas (varió poco). Con todo esto no seria difícil colocarle en lo mas alto del podium cinematográfico. Ocurre que la mayoría de las veces (no siempre) esa obsesión por demostrar su habilidad técnica, por impresionar a base de golpes de efecto al público y a su gremio, le impidió adentrarse en las historias, en los personajes, en las atmosferas, en el ritmo, en los detalles... Y con todo esto otro, al lado de los verdaderos “grandes” como Ford, Wyler, Walsh, Lang, etc... Alfred Hitchcock es un gran director algo sobrevalorado. Sus mejores películas para mi gusto: Rebeca y Vertigo en realidad no son del todo suyas. Pero esto es otra historia.
Aunque sea otra historia nos la puede contar, don Belfagor niño, que estaremos encantados de escucharla (supongo que Rebeca era más del productor, Selznick, ¿no? ¿Y Vértigo?). ¡Queremos saber más sobre Hitchcock!
A mí las que más me gustan son "La ventana indiscreta" y "Treinta y nueve escalones", pero me gustan todas, o casi todas (de las 60 que he visto). Los argumentos suelen ser muy tontos e inverosímiles, pero la verdad es que me da igual. Es cine puro... Algunas las he visto un montón de veces y no me canso. Soy un fan total.
Sin duda mi director favorito, por muchas razones...
Me ha encantado el vídeo, a veces aparece en sus películas de una manera muy evidente, y otras no tanto...
Siempre me alegro de ver a Hitchcock, cualquier cosa suya o sobre él me interesa. Leí ese libro unas 300 veces, una vez de principio a fin, y las restantes releyendo y rebuscando, pues se quedó en mi mesita de noche durante meses, y siempre lo he pasado en grande. Por ejemplo, ver una película y correr al libro a por los datos, o a por las anécdotas de su rodaje, y viceversa, leer alguna indicación sobre cualquier película y buscar corriendo la película y volverla a ver. No sé... a mí me resulta inagotable, nunca lo he visto todo, siempre hay mil detalles en una escena de cualquiera de sus películas, y parece mentira recordar que según Spoto Hitchcock se aburría mucho en los rodajes. Para Hitchcock la película estaba completamente realizada en su cabeza, para ello podía tirarse meses y años enteros, estudiando y preparando el guión y los diálogos, buscando localizaciones, decidiendo qué actores, negociando sueldos, diseñando decorados, vestuarios... Todo estaba al completo antes de rodar. Y rodar, parece ser, era su cruz.
A mí los libros que más me gustan sobre Hitchcock son el de Truffaut (famosísimo libro de conversaciones con Hitchcock) y el de José María Carreño (que nadie recuerda).
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