Todas las tormentas son la misma.
Voy corriendo entre la gente, esquivando paraguas, saltando los charcos de las aceras, acometiendo al viento que me grita que estoy vivo (quiere que yo también lo grite: "¡Estoy vivo!", para que resuene en todo el vecindario, en todo el universo, y me devuelva el sonido de una carcajada hueca).
Llego a casa empapado, jadeando, me seco el pelo con la toalla, me cambio de ropa, me tumbo en la cama -a oscuras- a escuchar los truenos lejanos. Se dibujan las sombras del cuarto, la vaca de peluche me sonríe, los ojos de la Esfinge se me clavan desde la pared (lejanos y felices días de Florencia)... De repente, llega de la cocina un olor antiguo, a tortilla francesa con canela. Voy a cumplir doce años un día de éstos.
Me incorporo. Iluminada por un relámpago, veo mi cara de loco en el cristal de la ventana. No sé si aún no he nacido o si he muerto.
La lluvia torrencial nos lleva...
10 comments:
Sí que te ha quedado nostálgico...
¿tortilla francesa con canela? Me preguntó cómo sabrá... aunque qué tonteria, seguro que el toque a canela es inconfundible, ¿receta familiar?
Pues no creo que sea receta familiar. De hecho, yo pensaba que era algo normal, pero al irlo comentando con la gente me he dado cuenta de que no. Pero no sé de dónde habrá salido la idea.
Se trata simplemente de echarle un poquito de canela por encima a la tortilla francesa cuando ya está hecha. Hace tiempo que no lo hago. Es un sabor de infancia, sobre todo -no sé por qué- de noches de lluvia, de salir recién duchado con las toallas en el cuerpo y en la cabeza y, de repente, notar ese olor inconfundible a tortilla de canela. Vamos, como la dichosa madalena de Proust.
mi noche de lluvia
Abrazos.
(lo de la tortilla con canela,ni lo dudes que la pruebo)
Mar, muy bonita la noche de lluvia. Es como ver lo mismo por la pantalla que por la ventana...
mmmmmmmm tortilla con canela.mmm
por cierto yo tambien tengo una vaca de peluche jajaja.
y por cierto odio la lluvia grrrrr
Tortilla con canela....!!.Lo pruebo el próximo domingo que llueva.
Yo, que soy un gran tortillero, es decir, amante de la tortilla, no la conocía, y prometo probarla. Y la lluvia en la ciudad es una maravilla, el olor a persianas amarillas mojadas, el sabor a los truenos...
Siempre llueve en la infancia.
julionarrow
Buenísimo, conde-duque. Qué maravilla de texto.
Yo también creo que todas las tormentas son la misma.
Un saludo.
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