"Cuando en el curso de un diálogo de Platón uno de los personajes reclama de otro el asentimiento o el disenso con respecto a lo que él, el preguntante, ha dicho, es muy frecuente cierta situación en la que nuestras traducciones no pueden evitar una distorsión sin la cual simplemente no podría haber traducción; dicen, en efecto, algo del tipo "¿Digo algo acertado?", y tenemos que aceptarlo así, aunque sabemos perfectamente que el texto griego no dice eso, sino meramente "¿Digo algo?" (légo ti;). Este uso es, por otra parte, especialmente consistente, pues, para la declaración que constituiría respuesta negativa a la mencionada pregunta, no se emplea "Lo que dices no es cierto" o cosa parecida, sino sencillamente "No dices nada" (oudien légeis)."
(Felipe Martínez Marzoa, El decir griego, A. Machado Libros, Madrid, 2006)
Esto es: para los griegos el "objeto directo" del verbo "decir" no es un "dicho" que pudiese concertar o no con la cosa, sino que es la cosa misma. Ahí estaría resumido, quizás, nuestro ideal regulativo en torno a la escritura (imposible de conseguir sin escribir o pensar en griego clásico). Aunque esa quimera nos conduzca sin remedio al aserto final del Tractatus.
PD: En el ámbito dialéctico, este "No dices nada" podría servir de preámbulo cortés o variante filosófica de la ya mítica expresión regia: "¿Por qué [coño] no te callas?".
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