Thursday, April 03, 2008

La envidia del maestro

"Llegué finalmente a París, ciudad en que ya hacía tiempo que esta disciplina [la Filosofía] se cultivaba floreciente­mente. Allí me establecí al lado de Guillermo, el Capellense, mi preceptor, que por aquel entonces era fa­moso y realmente eminente en este magisterio.
Por algún tiempo permanecí escuchándole. Al prin­cipio me tenía simpatía, pero después se puso molestísimo conmigo. Esto aconteció cuando me atreví a refutarle alguna de sus sentencias y opiniones, cuando comencé a razonar contra lo que él sostenía y a ma­nifestarme en el curso de las polémicas, algunas ve­ces, superior a él.
Esto mismo hizo también que algunos que gozaban de fama de sobresalientes entre más condiscípulos se indignasen contra mí que era más joven y con menos tiempo de estudios que ellos.De aquí en verdad data el principio de mis cala­midades que continúan hasta el día de hoy; pues, cuanto más se extendía mi fama, más me socavaba la envidia ajena".
(Pedro Abelardo, Historia de mis desventuras)

5 comments:

princesa del vértigo said...

La eterna historia. La vida es difícil para aquellos que se atreven a cuestionar, los combativos, los que pueden suponer una amenaza para los que se establecen como cabezas pensantes que dirigen a las masas, yendo a muerte a por cualquiera que ose poner en duda su supremacía y, por lo tanto, el poder sobre el resto de los mortales.

¡Ay, qué no sabré yo de estas penalidades! Desde que nací, muy provocadora yo, he sido perseguida por impecables féminas envidiosas de mis naturales cualidades para encontrarme inmersa en multitud de tragi-cómicas-situaciones inimaginables en su perfecta y previsible vida. Insufrible les resulta que alguien pudiera tomar conciencia de mi existencia-y-posibilidad-de-ser-existir bajándolas del pedestal en el que creen estar. Pero lo más insufrible es no atreverse a bajarse ellas mismas y auto-cautivarse con todas sus naturales-imperfecciones.

Y me persiguen a muerte, yo, que no me meto con nadie, que sólo voy a mi aire, que pienso, que opino, que disfruto de lo que puedo y me dejan, eso sí, siempre a contracorriente, al parecer. Es que no lo puedo remediar, siempre he sido reaccionaria desde pequeñita, cuando le plantaba cara a mi autoritario-padre rebatiendo toda teoría sobre los deberes y obligaciones de una buena-mujercita, mientras mis santas-hermanitas esperaban la hecatombe escondidas debajo de la mesa (en mi familia la vida ha girado siempre alrededor-encima-debajo de enormes mesas, centros neurálgicos de nuestra existencia. Espero poder hablar algún día sobre esto en mi reino, ¿pronto?).

Interesantes tus lecturas.

Abrazo

conde-duque said...

Es que es muy mala la envidia...
Doña Vértigo, yo creo que deberías resucitar tu blog. ¿Por qué no te pones? Seguro que tienes mucho que contar...
Un saludo.

princesa del vértigo said...

No puedo todavía. Allí solo me sale el dolor que siento desde hace ya tiempo. He pasado este último año sumida en una relación imposible que me ha robado toda mi energía. En teoría se ha terminado definitivamente hace 3 semanas. Libro una lucha constante por sobreponerme al dolor, llevo demasiado tiempo así. Lo estoy intentando con todas mis fuerzas, pero en mi reino sólo me sale amargura, aunque algo se empieza a remover dentro de mi. El que escriba aquí (todavía no sé exactamente por qué, me siento cómoda supongo, lo que expones me saca cosas...)es una buena señal, creo. Sobre todo porque sale de nuevo algo de mi sentido del humor.

SAludos

conde-duque said...

Vaya, mujer. No sé qué decir.
Al menos me alegro de que pueda aflorar un poco el sentido del humor leyendo este blog, porque a veces me pongo muy trágico. Intentaré ser más gracioso, aunque si no lo consigo no me lo tengáis en cuenta.

Divina nena said...

Primero de todo, que tras unos días que he estado despistada veo que estás muy activo, me alegra, pues fijese a que horas ando por acá. Y me encuentro entre tanto con este texto, hoy, a esta hora tan extraña, y me parece revelador, aunque como dice princesa, es la historia de siempre. Me hace reflexionar sobre el mal que debemos causar las personas reaccionarias en la sociedad que nos rodea a cada uno de nosotros, que siendo seguramente tan diferentes, nos traten de la misma forma. Leyendo el texto me sentía por momentos hinchada por que un escritor anónimo para mi (disculpen mi ignorancia en ciertas ocasiones)describe unos sentimientos universales, por lo visto, que sentimos de vez en cuando ciertos personajes como yo, y aún más cuando princesa describe su mini historia.

Muy acertada su lectura Sr. Conde, voy a intentar seguir, aunque acabo de llegar y es viernes ;-D