Thursday, July 10, 2008

Sergio Algora, el rey de los juguetes

“A todos los que prendimos de las ramas para ser frutas y acabamos ahorcados: mañana adquiriremos palabras que por fin serán iguales a nosotros y se les concederán a las yemas de nuestros dedos, siempre a punto de morir, todas las orillas desconocidas”.
Sergio Algora, Otro rey, la misma reina.

Tras el último infarto, Nerón ha vuelto al desván de los juguetes, de donde sólo salió porque un día lo soñó alguien que no tenía cabeza. Nerón desfilará sonriente junto al soldadito de plomo, fingirá pitidos con la boca desde el tren de hojalata (agitando los brazos para saludarnos) y boxeará de broma con el osito de los parches escoceses en el culo. Cada noche promoverá revoluciones de un mundo mejor y todos los juguetes saldrán de sus cajas bebiendo vino, cantando y gritando: “¡Nos faltan piezas!”. Nerón inventará nuevos personajes felices y estrambóticos que se harán realidad a medida que él los vaya imaginando. En una esquina del Reino se dispondrá una hilera de camas para hacer mucho el amor. Nerón se asomará a la ventana, quitando las telarañas con la mano, y divisará al fondo el desierto gris de los Monegros. Cada viaje será como un crucero invernal, como un bar oscuro y vacío donde los seres fracasados no terminan nunca de tomar la última.

Quien inventó mi nombre ya no está. La última vez que lo vi bajaba sin tridente por las escaleras del Low Club, como un neptuno entre las aguas, como un emperador romano que se toma a broma la decadencia de su imperio. Sirva ahora de epitafio aquella frase inolvidable de El Niño Gusano: “Tengo un podio en mi casa, soy el primero cuando quiero”.

6 comments:

M. said...

Vine ayer aquí al saber de la noticia. Vuelvo hoy, esperando encontrarte con el asunto. Fuiste lo primero que me vino a la cabeza (no olvido tu admiración por él). Y vaya si estás. Pedazo texto te has marcado, deslumbrante. Y la última frase de Algora es buenísima, un epitafio perfecto. Abrazos.

desconvencida said...

Precioso homenaje, Conde-Duque, no esperaba menos de ti, sabiendo lo fan que eras de él...

conde-duque said...

Gracias, Manuel, Descon. No soy muy partidario de los homenajes póstumos, porque prefiero hacerlos en vida. Me alegro de que en este caso a Algora también pude darle las gracias y homenajearle mientras vivía.
Después de todo, Conde-Duque era uno más de sus personajes surrealistas, como Madame Dos Rombos, el Hombre Bombilla, el Capitán Mosca, La Mujer Portuguesa, Yukón, Tolkas... Ahora estará feliz feliz con todos sus juguetes.
Un genio de verdad, de los que no se lo creía, con pinta de hombre bueno. Siempre soñando.
En música ya ha pasado a la historia (El Niño Gusano y La Costa Brava), pero yo quería verlo dando más en literatura. Lástima.

Mabalot said...

Sí, sabía que lo admirabas, y hoy que vuelvo al ordenador lo primero que hago es venir aquí, aunque ya me me enteré ayer. Tan joven, joder, qué putada.Vaya mazazo para su familia, y un poco para todos...

Tu texto, precioso. Un abrazo.

narrow said...

Sí, lo suscribo, tienes el temple y el buen gusto que a otros nos faltan en este momento. Habrá libro pronto de Sergio, aunque no nos lo ha pasado a los amigos para que lo corrigiéramos y dsifrutáramos antes. Y hay una novela que dio por acabada pero luego se arrepintió. Y sí, además de genial era muy buen tío, sin ningún "estiramiento", generoso como pocos, bueno, lo dejo, que se me hace un nudo otra vez. Un abrazo lento.

Riforfo Rex said...

Hasta el viernes desconocía a El niño Gusano. Después de haberme pasado todo el sábado y el domingo escuchando sus canciones he de decir que ¿dónde coños he estado metido yo todo este tiempo? Este tipo (tal vez le atribuyo injustamente todo el mérito a Sergio Algora) había creado un mundo fantástico con sus letras perfectamente arropadas con esas guitarras y algún violín que presta de vez en cuando sus delicados toques. Pero las letras, joder, hiptnóticas.
No debe ser tan mala la muerte si este hombre ha decidido practicarla.