Wednesday, August 06, 2008

El Madrid literario, según Clarín

"Todos los literatos de Madrid acuden a una cervecería; todos se conocen, todos se tratan; todos se despellejan verbalmente y se adulan por escrito. Hablar bien de un escritor a otro del mismo género es crearse un enemigo casi siempre y decir algo malo por escrito del antes elogiado de palabra es tener ya dos enemigos. Lo corriente es lo contrario: a Fulano se le habla mal de Mengano y ya hay un amigo, Fulano; en la prensa se alaba a Mengano y ya hay dos amigos. No hacer esto es sembrar culebras o vidrios rotos: cuando se echa a andar los pies chorrean sangre a los pocos pasos. El mejor día, cuando más sol lleváis en el alma, os encontráis con que os odia toda una multitud; habéis hecho, como Abraham, un gran pueblo, pero de enemigos. Porque éstos se engendran unos a otros; el enemigo literario nace también por analogía, si habláis mal de un poeta malo se dan por aludidos todos los que se le parecen. Y además, queda para odiaros aquella muchedumbre de los que os mandan libros que no leéis, a pesar de las dedicatorias en que abunda lo de «ilustre y eminente»; queda para odiaros la turba multa de los periodistas que se creen retratados cuando pintáis al periodista ignorante, atrevido y de intención aviesa; queda para odiaros el pópulo bárbaro de los majaderos que siguen a los necios como otras tantas resonancias del absurdo; y quedan para odiaros el dilettante de la injuria; el amateur de la envidia, que ya aborrecen antes de saber a quién.
¡Es tan suave, tan perfumado el ambiente en que vive el crítico benévolo! Júntanse autores y críticos, la cortesía les impone la alabanza, el amor propio convierte en sustancia las fórmulas de la cortesía, la vanidad se sube a la cabeza, y a poco rato de estar juntos, todos están borrachos de vanagloria; hay luz en todos los ojos, carmín en todas las mejillas; todos ríen, las carcajadas se toman por esprit, cualquier salida de tono pasa por rasgo de ingenio: aquello es una orgía de vanidades...
Y ¿cómo huir de esta vida artificial, y falsa viviendo en Madrid, en ese Madrid literario tan pequeño? Punto menos que imposible. Habría que ser un asceta. Pero, un asceta ¿continuaría siendo crítico?"

(Un viaje a Madrid, Leopoldo Alas Clarín)

2 comments:

La independiente said...

Me encanta, Conde.
Qué poco han cambiado las cosas. Qué poco ha cambiado la naturaleza humana, al fin y al cabo.

Me gusta mucho esto: "Júntanse autores y críticos, la cortesía les impone la alabanza, el amor propio convierte en sustancia las fórmulas de la cortesía, la vanidad se sube a la cabeza, y a poco rato de estar juntos, todos están borrachos de vanagloria; hay luz en todos los ojos, carmín en todas las mejillas; todos ríen, las carcajadas se toman por esprit, cualquier salida de tono pasa por rasgo de ingenio: aquello es una orgía de vanidades..."

Porque es tan cierto ahora como entonces. Ah, la vanidad...

Un abrazo,
X.

conde-duque said...

Sí, un texto muy actual, menos en lo de que tomen cañas en el mismo bar. Ahora ya no caben...
Un abrazo.