"Yo no lo sabía, pero había estallado una epidemia en todo el país. Adolescentes tardíos en barrios de clase media como el nuestro habían enloquecido de repente y huido a otras ciudades para practicar el sexo y hacer novillos de la universidad, para tragarse todas las sustancias que pillaban, y no sólo chocaban con sus padres, sino que los rechazaban y destruían todas las cosas relacionadas con ellos. Durante una temporada, los padres estuvieron tan asustados, perplejos y avergonzados que todas las familias, en especial la mía, se someteron a cuarentena y sufrieron aislamiento.
Cuando subí, mi dormitorio era como una habitación de enfermo sobrecalentada. El vestigio más claro que quedaba de Tom era el póster de Don't look back que había pegado en la pared de al lado de su cómoda, donde el peinado psicodélico de Dylan siempre atraía la mirada censuradora de mi madre. La cama de Tom, pulcramente hecha, era la de un niño al que se lo había llevado una epidemia."
(Jonathan Franzen, Zona templada)
4 comments:
Y de postre, un poquito de vergüenza ajena.
Qué bueno el texto. Franzen es de los buenos aunque, a veces, sea algo cansino...
Ya te digo algo del vídeo que no puedo oírlo aquí. :-)
Un abrazo,
X.
Bonita bronca. Entiendo poco de inglés, ¿podrías decirnos de qué estan hablando?
Hola.
Xavie, yo de Franzen sólo he leído este libro pequeñito, que está muy bien. El famoso tocho de "Las correcciones" es eso, demasiado tocho. Quizás algún día me atrevo...
Baquero, es por una gilipollez. Dylan quiere saber quién ha tirado un vaso a la calle, y el otro le dice que no ha sido, y aí se tiran un buen rato haciendo el ridículo (ambos). Dylan queda de estrella caprichosa y déspota.
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