Tuesday, September 26, 2006

Chiang Yee, el viajero silencioso


Sus obras nunca han sido traducidas al español. Nació en China en 1903, de donde se exilió a los treinta años. Vivió por Europa y Estados Unidos. Fue pintor, poeta, experto en caligrafía y profesor universitario en Columbia y Harvard. Sus libros de viajes, escritos en inglés bajo el nombre de The silent traveller, son una verdadera joya. Murió en 1977.
La primera vez que estuve en Londres encontré, en el sótano de una librería de viejo de Charing Cross Road, un “delicioso” libro sobre Londres (odio el adjetivo “delicioso”, que es cursilísimo, pero lo usan los críticos en sus pasteleos y los editores en las contras). Se titulaba The silent traveller in London. La primera edición de este libro es de 1938; la que me compré es la cuarta, de 1943, fue publicada por Country Life Ltd. e incluye ilustraciones del propio autor. Buscando información después, vi que había publicado otros libros de viaje parecidos: The silent traveller in Oxford, The silent traveller in San Francisco, The silent traveller in Dublin, etc.
PD: Idea para los editores cegatos de las Españas: quizás se podrían reunir varios de esos libros de viajes de Chiang Yee (los más interesantes) en un volumen ilustrado: El viajero silencioso en París, Londres y Dublín, por ejemplo. Si hace falta, hasta me ofrezco para traducirlos por un "módico estipendio", como diría el mismo crítico cursi de antes...

4 comments:

desconvencida said...

Sin duda hay libros que pueden ser deliciosos (no hay que temer a sacar el lado cursi u hortera que todos tenemos, jajaja)... y éste parece ser uno de ellos, me han entrado ganas de tenerlo...

Anonymous said...

Hay adjetivos que no puedo con ellos. Es una manía, simplemete. Delicioso y exquisito sólo puede ser un postre, o una comida, y aun así lo diría con la boca pequeña, pero un libro... (Bueno, la verdad es que no hay sinónimo exacto para decirlo.)

desconvencida said...

¿Apetitoso? :P

conde-duque said...

Mmmm... Creo que no. Apetitoso es antes de probarlo. Pero ¿después?