Monday, June 25, 2007

El patrón Vasques

La calle de los Doradores, el patrón Vasques (todos tenemos uno), Bernardo Soares, el Arte y la Vida:
"El patrón Vasques. Siento, muchas veces, inexplicablemente, la hipnosis del patrón Vasques. ¿Qué es para mí ese hombre, salvo el obstáculo ocasional de ser el dueño de mis horas, durante un tiempo diurno de mi vida? Me trata bien, me habla con amabilidad, salvo en los momentos bruscos de preocupación desconocida en que no habla bien a alguien. Sí, ¿pero por qué me preocupa? ¿Es un símbolo? ¿Es una razón? ¿Qué es?"

"El patrón Vasques. Me acuerdo ya de él en el futuro con la nostalgia que sé que he de sentir entonces. Estaré tranquilo en una casa pequeña de los alrededores de algo, gozando de un sosiego en el que no haré la obra que no hago ahora, y buscaré, para continuar el no haberla hecho, disculpas diferentes de aquella en que hoy me esquivo a mí mismo. O estaré internado en un asilo de mendigos, feliz por la derrota completa, mezclado con la ralea de los que se creyeron genios y no fueron más que mendigos con sueños, junto con la masa anónima de los que no tuvieron poder para triunfar ni renuncia generosa para triunfar. Esté donde esté, recordaré con nostalgia al patrón Vasques, a la oficina de la Calle de los Doradores, y la monotonía de la vida cotidiana será para mí como el recuerdo de los amores que no tuve, o de los triunfos que no habrían de ser míos."

Pessoa, por Almada Negreiros

"¡Ah, comprendo! El patrón Vasques es la Vida. La Vida, monótona y necesaria, dirigente y desconocida. Este hombre trivial representa la trivialidad de la Vida. Él lo es todo para mí, por fuera, porque la Vida lo es todo para mí por fuera.
Y, si la oficina de la Calle de los Doradores representa para mí la Vida, este segundo piso mío, donde vivo, en la misma Calle de los Doradores, representa para mí el Arte. Sí, el Arte, que vive en la misma calle que la Vida, aunque en un sitio diferente, el Arte que alivia de la Vida sin aliviar de vivir, que es tan monótono como la misma Vida, pero sólo en un sitio diferente. Sí, esta Calle de los Doradores comprende para mí todo el sentido de las cosas, la solución de todos los enigmas, salvo el de que existan los enigmas, que es lo que no puede tener solución."

(Fernando Pessoa, Libro del desasosiego)

13 comments:

atikus said...

Pessoa supuso un punto de inflexión para mi junto con el libro del desasosiego al menos indirectamente.
Bonito retrato, me resulta muy elegante (claro que yo de pintura y elegancia se poco)

MK said...

"Me acuerdo ya de él en el futuro con la nostalgia que sé que he de sentir entonces."
"No haré la obra que no hago ahora, y buscaré, para continuar el no haberla hecho, disculpas diferentes de aquella en que hoy me esquivo a mí mismo."
¿Verdaderamente ,se puede explicar mejor el desasosiego?

conde-duque said...

Hola, Atikus y Mary Kate, amigos "desconvencidos".
Estoy espesísimo, non posso parlare di Pessoa. Son las diez y algo y aquí estoy, hecho polvo, con un dolor de espalda que no puedo, intentando traducir unas frases absurdas de una novela romántica de una Corín Tellado americana:
http://www.eclectics.com/victoria/page1.html
Patético, lo sé. Lo que hay que hacer para ganarse unos eurillos...
Ces`t la vie.

conde-duque said...

¿Cómo se dirá en inglés "estar eslomao"?

Mabalot said...

Ánimo, Conde, coño, ya verás como además de los eurillos aprendes algo de la tal.

Mabalot said...

¿Hay sexo, o todo son enfermedades del corazón?

conde-duque said...

Por ahora no hay sexo: sólo hay disfraces, vizcondes, espías y conversaciones insulsas. Bueno, ahí tenéis una primicia. Un trocito del diálogo (que no me pille Teddy Bautista, que me denuncia):
–No estoy seguro de si estoy aliviado o desilusionado por su vacilación.
–¿Aliviado, señor mío? –Levantó una ceja–. ¿A causa de esa naturaleza remilgada y de miras estrechas que tiene usted?
–Es mi mayor defecto –dijo suspirando con exageración.
–No sé por qué, pero lo dudo –dijo irónicamente.

conde-duque said...

Tened en cuenta que en español está bastante mejorado :)

Mabalot said...

Suena apasionante... Me imagino las caras...

francisco aranguren said...

Rua dos douradores ha influido. Es el título evocador del Premio Adonais de 2003. Voy a colgar en mi blog un poema de este libro Adrian Gonzalez Da Costa. Va dedicado a vosotros, los douradores. Un abrazo.

Anonymous said...

Ahora mismo me imagino dando un paseo por la Baixa, tomando una ginginha (creo que lo he puesto bien) en el Pereira, donde sale Pessoa en una foto pimplando, seguir bajando hasta Praça do Comerço, el Martinho de Arcada... Joer, la saudade, cómo es.
La casa museo Fernando Pessoa me gustó bastante, y allí compré una de mis camisetas favoritas, con Pessoa andando y proyectando tres sombras.

Salud.

Anonymous said...

Pues yo todavía no he ido a Lisboa. Y tengo muchas ganas...
Conde.

Portarosa said...

¡Qué tristeza calmada y resignada, toda la del segundo párrafo, por favor!

(Y yo he ido unas 15 veces y no sabía ni de la existencia de esa casa-museo. Por cierto, en la calle Douradores no hay una sola mención al "Libro...")