Thursday, June 21, 2007

Mirada de perro callejero


Texto al canto para el futuro Manifiesto de la Generación:
"A Galdós me lo figuro dando vueltas y vueltas por Madrid, sin prisa, claro está, pero no a la manera del paseante o del ocioso, es decir, no con el placer del paseante ni el cinismo del ocioso, sino con ese paso de perro callejero que no es propiamente una lentitud, sino una sapiencia; porque eso que en los perros callejeros puede parecer vaguedad de objetivo no es más que sabiduría, sabiduría profunda, convencimiento de que no hay lugares absolutos a donde ir. Galdós, con su gabán y su bufanda, parecía un mendigo de calidad, un mendigo que no pide, que recibe todo pero que no pide; y la realidad se le iba entregando así, cordialmente, sin violencia, sin conquista, sin estudio. [...] es el secreto de Galdós, tratar a la realidad como a una igual suya, es decir, sin servilismo ni altanería y, claro, sin objetividad, sin el insulto de la objetividad. [...] La grandeza de Galdós no la encontraremos nunca en la composición ni en el contenido de sus novelas, sino en la relación armoniosa que ha quedado establecida, milagrosamente, entre él y la Realidad".
(Ramón Gaya, Obra completa, Tomo I, págs. 185-186)

18 comments:

Anonymous said...

La cita que escoges es una pequeña joya. El último libro que he leído ha sido Ramón Gaya de viva voz. Me ha dejado fascinado este español tan moderno y tan antiguo, la validez de sus ideas sobre el arte (¿de tradición romántica? Que me lo aclaren los expertos). Especialmente valioso es su relato de la vida en los campos del sur de Francia y su travesía en el Sinaia. Lamento no haberle conocido en persona, pero su voz en libro tiene una vida fuera de lo común en estos tiempos. Y tampoco es que esté de acuerdo con todas sus opiniones, pero eso no importa, claro.

conde-duque said...

Hello, Mr. Quacker, ¿qué tal por la pérfida Albión?
Todavía no he leído ese libro hablado, aunque tengo ganas. Yo tampoco estoy de acuerdo con todas las opiniones de Ramón Gaya (ni falta que hace), pero me gusta mucho la forma que tenía de ver el arte y el mundo en general. Me gustan sus cuadros, pero sobre todo leer sus textos. A mí también me hubiese gustado conocerlo, sobre todo haberle tratado en Roma cuando vivía allí (Roma, una pasión compartida), pasear por el Trastévere y visitar el Panteón, la galería de Doria-Pamphili (que me hubiese explicado el retrato de Inocencio X), tomarnos un helado en una terraza o una pizza en una trattoria...
Pues yo no lo veo en la tradición romántica, sino más bien al contrario: defensor de la claridad, de la pureza, de la sencillez, del realismo de Velázquez (en definitiva), frente a toda esa pseudo-originalidad, genialidad, excesos, artificialidad, etc., de los románticos. Seguramente tampoco era un clasicista-renacentista a saco, pero desde luego romántico no lo veo (en ese sentido).
See you.

Anonymous said...

Sobre Galdós...

Llego a tu blog a partir de tus comentarios en el blog de Rafael Reig, uno de los "inquilinos habituales" de Hotel Kafka.

Resulta que el local guarda relación estrecha con el autor, a quien Rafael Reig ha editado recientemente algunos textos, razón por la cual le dedicamos un homenaje en la pasada "noche de los libros".

En el newsletter de entonces encontrarás referencias historicas sobre el asunto, un relato de Galdós y algunos dibujos suyos, aportados por la Editorial Artemisa.

http://hotelkafka.com/newsletter13.html

Interesante blog el tuyo, gracias por "enganchar" uno de los blogs.

conde-duque said...

Hola, Jose Antonio. Conocía vuestra página de pasada y la aventura del Hotel Kafka (nunca he entrado, pero paso casi a diario por vuestro local de Hortaleza: ¡en la misma editorial de Galdós, eso imprime carácter!), que me parece muy interesante, pero el blog de Rafael Reig lo he descubierto esta mañana (sigo con mucho interés su carrera literaria en libros, prensa y tele, pero lo del blog no lo sabía).
He leído el enlace que me pones y me hace gracia la casualidad: el título "¡Seamos realistas!" podría figurar también como título en nuestro Manifiesto.
Si me llego a enterar en su día hubiese ido al homenaje a Galdós.
Pues nada, habrá que estrechar lazos entre nuestro Círculo Solana (todavía en pañales) y el Hotel Kafka, pues parece que apuntamos a los mismos ídolos ilustres.
Nunca había visto los dibujos de Galdós. Son muy curiosos.

Mabalot said...

Sí. Sí, y sí. Galdós, Gaya; este post me pareció el paraíso de los post.

He leído mucho a Gaya, lo sigo leyendo, sigo encontrando en sus textos (más que en su pintura, aunque me guste) una forma de ver el arte que cuadra con todo lo que admiro, y no dejo de alucinar con esas verdades depuradas.

Te felicito por la ocurrencia. Los ensayos de Gaya me parecen fundamentales, y deberíamos tenerlos muy en cuenta a la hora de entresacar algunos puntos que guíen este experimento de la generación...

Y los blogs estos de Hotel Kafka tienen una pinta excelente.

Mabalot said...

El blog de rafael reig es un descubrimiento. esto de los blogs se pone bien...

conde-duque said...

Sí, me he reído mucho leyéndolo. Me cae bien el personaje, dice verdades como puños y da gusto leerlo.
Mabalot, de Gaya yo pienso, como te dije en otra ocasión sobre Baroja, que hay que leerlo pero no elogiarlo. Yo sé lo que me digo, aunque no sé cómo explicarlo... Lo contrario me parece como una especie de expolio ilegítimo de una personalidad única (como esa vana presunción de amistades ricas o "lecturas guays"). Supongo que pienso esto porque Gaya y Baroja tienen sus opiniones personales, "verdaderas",muy claras, y siempre las dicen libremente y sin miedo y las defienden hasta el final. Van por libre y son consecuentes con su postura. Es lo que deberíamos hacer todos pero que casi nadie hace. Por eso no soporto a los que se quieren apropiar de los pensamientos de estos solitarios. Hay que dejarlos libres también después de muertos. Apropiarse de ellos es absurdo, incoherente. Es una traición.
No sé si me explico: creo que sus obras no deben ser lugares para ir a abrevar ideas concretas (esto sería siempre un robo, o un plagio, y acabaría necesariamente en pose, en artificio; lo opuesto al origen).
Sobre todo son maestros de una actitud ante la vida. Creo yo.

conde-duque said...

En conclusión: la única manera de serles fiel es SER FIEL A UNO MISMO. Es lo que pasa también con Nietzsche, Schopenhauer, Unamuno, etc. Repetir sus ideas como papagayos es ridículo. Nos han enseñado a pensar. Por nosotros mismos. Contra viento y marea. es imposible no discrepar con ellos. (He dicho.)

Mabalot said...

Sí, te entiendo, pero en Gaya, coño, va el tío un poco más allá de unas verdades personalísimas. No es Baroja encogiéndose de hombros, y ajustándose la boina con gracia. Yo al menos encuentro algo más que gracias de un solitario. A mí me interesa lo que dice de Cervantes, de Galdós... de JRJ. Gaya es Gaya, faltaría más, y puede que no tenga el rigor analítico y teórico de un filósofo, porque pasa por encima de todo, como si no existiera cierta filosofía, o como si no existiera nadie desde Nietzsche...
Gaya lee a Nietzsche, se sube a su chepa y dice lo que dice. Gaya es un JRj que pinta y escribe crítica... poética. Ahora entiendo lo que dices, que son pájaros que van por libre y tal, sobre todo en el caso de Baroja, que es ridículo saquearlo, aunque mucho se hace.

Yo a Gaya lo leo como a un escritor, como leo a Benjamin como un escritor, e incluso a Nietzsche. Piensan como escritores, más que como filósofos. Cioran, otro.

Me hace gracia... esa forma... de escribir con puntos suspensivos como dejando en el... aire la próxima... palabra.

Mabalot said...

En Gaya uno, más que a buscar ideas, va a reconocer lo que sospechaba, lo que ya se sabe, y es que tampoco me parece que sea el descubrimiento de la pólvora lo que expone, por supuesto. Va al grano y repite su cosa todo el tiempo, de forma muy elemental.

Y se comprende lo que dice; de alguna forma da en el clavo.

Yo a este pájaro solitario lo veo menos pájaro solitario de lo que parece. Gaya escribe notas a pie de página sobre el arte cojonudas, pero se asienta en una tradición; se inscribe en una tradición, se encajona y se justifica, y lo hace bien.

conde-duque said...

Pues entonces estamos de acuerdo, Mabalot. Me refería a que es un solitario de su época: evidentemente se inserta en una tradición (muy escogida y lejana), como todos, pero si te fijas es una tradición de pájaros solitarios.
Y por supuesto que da en el clavo muchas veces, tiene ideas válidas y nos sentimos representados en lo que dice (si no no seguiríamos leyendo sus obras), pero me parece contraproducente tomar a partido a muerte por "su" personalidad (porque es suya, muy suya), salvo que hubiésemos sido amigos en vida, como decía Mr. Quacker. Una lástima, pero es así.
En el fondo mi actitud es precisamente de máximo respeto hacia esas figuras: si se les cita, hay que citarlos con todos los datos: nombre, apellidos, obra y número de página. Pero adueñarse de sus ideas sin citar la fuente me parece un robo, un crimen... algo rastrero. (Y pasa muchas veces)
PD: creo que el Manifiesto no debería ser nunca un decálogo de secta (como los tontos esos del cine Dogma). Apuntar a una forma de hacer las cosas, sobre todo esa honestidad o búsqueda de la claridad, de la sencillez, etc. Pero dándole a todas las ideas una pátina de relativismo, desenfado, ironía. Y las citas, por supuesto, con nombre y apellidos.

conde-duque said...

Es decir: lo que emiten Baroja o Gaya son IDEAS SENTIDAS, IDEAS VIVIDAS.
Y robar ideas sentidas me parece mucho peor que robar ideas pensadas...

Anonymous said...

¿Qué opinais los demás? Contarnos...
(Conde)

Mabalot said...

La tradición realista es de pájaros solitarios. Es posible en España, donde todo quisque es quevedesco y barroco, pero el "realismo", ese realismo al que alude Gaya existió, existe y existirá, y yo creo que era ese realismo al que te referías con lo del manifiesto (que, no lo olvidamos, es un juego literario que puede dar más o menos de sí, y del que podemos sacar algunas cosas interesantes, además de pasárnoslo bien), o eso entendía yo. Sin meterse en la piel de Gaya, ni hacer croquetas con sus ideas, entendía, entiendo a Gaya como un referente para el realismo en este país. Él mismo se la buscó teorizando sobre el bendito tema.
Que sea más o menos pájaro solitario es problema suyo. Él es el que trae a sus papeles a Cervantes, Galdós, Velázquez, el que alude a la escuela realista española (sí, un realismo un tanto etéreo, trasparente, no el realismo de Murillo, y menos de Goyas y Solanas) y esto no quiere decir que el realismo este sujeto a derechos de propiedad intelectual que le pertenecen.
Entiendo perfectamente y me gustó esa puntualización que haces entre ideas pensadas e ideas sentidas, y lo comparto, claro. Ninguno de nosotros es Lucía Echevarría, no vamos a meter intertextualidades de pájaros solitarios, ni siquiera de pájaros colectivos.
Los de dogma acabaron mal; Lars Von Trier está deprimido y no quiere volver a hacer cine. Y no es aplicable el cuento a la escritura; escribir sin iluminación artificial es muy difícil.
Esto de la generación es divertido, una broma en serio, o una seriedad de carcajada; por supuesto hay que tomárselo por ahí, a menos que alguien quiera ser el mecenas del asunto.
Venga, un saludo, conmilitón (como diría Castellote, el padrino del invento que aún no está inventado)

conde-duque said...

Bueno, aunque surgiera un improbable mecenas (hablaré con la ministra, a ver si nos hace caso) deberíamos dedicarnos siempre a pasarlo bien. Eso es lo primordial.

A. C. said...

Te mando esta bernardina que colgué hace tiempo. Énhorabuena por tu olfato, demuestras a menudo un gusto exquisito.

Es frecuente que un pintor escriba bien. El pintor sabe mirar la vida en sus detalles, y desde luego detesta las pinceladas innecesarias porque sabe que son siempre la prueba de alguna limitación. El pintor está más acostumbrado a detectar la filfa, la falta de sustancia. El pintor sabe dónde hace falta más luz, sabe cómo sombrear la tristeza sin necesidad de mencionarla. Solana fue un prosista extraordinario, de lo mejor de su tiempo, del mismo modo que ahora lees los Cuadernos de África de Miquel Barceló y la sensación de estar ante poesía de primera calidad es inmediata.
Uno de estos pintores que escriben como los ángeles es Ramón Gaya, que acaba de morir. Sus ensayos sobre Velázquez (editorial Pretextos) nos transportan a un tiempo luminoso, a esa espléndida prosa oral que practica Juan Ramón en sus Españoles de tres mundos. Ramón Gaya también se beneficia de la nitidez orteguiana de quien piensa por escrito, poco a poco, dándole la vuelta a lo que se acaba de decir, y que yo siempre he pensado que Ortega, en el fondo, tomó de Unamuno. Es ese ritmo fluvial de lo hablado, como un acento peculiar que a Gaya le saliese sin querer. Las metáforas no se piensan: salen cuando quien escribe menos se lo espera; igual que las pinceladas geniales no se calcan ni se miden, sino que surgen porque de pronto una mano las encuentra.
Me he acordado de una cosa suya que leí sobre una de las gotas de agua que caen de la vasija del aguador en el cuadro de Velázquez. Ramón Gaya viene a decir que Velázquez se tomó la molestia de pintar un cuadro alrededor, pero que el cuadro es la gota, la vida es esa gota, la profundidad y el todo y la nada están en esa gota. Fui al museo a mirar la gota, cómo no, y me quedé pasmado. Era verdad. El cuadro era del siglo XVII, pero la gota se acababa de derramar, aún se deslizaba por el barro, era la esencia del muchacho y del viejo, lo que los mantenía vivos, lo que los describía y los explicaba y los defendía, lo que los hacía seres iguales a nosotros. El pintor Gaya supo ver esa gota, y el escritor Gaya supo explicarlo de manera inmejorable.

conde-duque said...

Gracias, don Antonio. Genial artículo sobre Gaya.
Joder, tengo una resaca que no me tengo en pie... Me vuelvo a la cama. Maldito garrafón...
Por cierto, que sepáis todos que hay un nuevo blog, el de la Generación 2007 o Círculo Solana o como coño nos llamemos: http://nietos-de-solana.blogspot.com/

conde-duque said...

Por cierto, soy un gran fan de los pintores-escritores. Hace años proyecté una tesis doctoral (después sería libro) sobre el tema, hablando de todos estos escritores-pintores. Al final se quedó en nada. Para variar.