Estoy contento porque ha refrescado. Esta tregua en la asfixia, paréntesis del verano, me colma de esperanzas. Me siento mucho más vivo que los otros días, esas travesías de sed, bochorno y fuego. Salgo a la terraza, miro al cielo y todo parece mejor. Incluso no me importa no tener sueño. Más luces para mis ojos, farolas, estrellas, lámparas. Bombillas de flexos que alumbran exámenes. Parpadear de sombras: las televisiones. Una caverna inmensa el universo.
Iba andando por la calle. Daba gusto respirar contra el viento. Vibraban las melenas de las chicas, las hojas de los árboles, los toldos de las tiendas, las faldas de las señoras... La lluvia, finísima, me mojaba la camisa, y ese leve traspasar de la naturaleza me hacía feliz. (Vale, un poco).
El suelo mojado. Con eso me basta.
5 comments:
Ah, ah, ah... ¡Yo también era feliz mientras leía, o mientras paseaba...!
Qué bien, Conde.
Grazie, cari amici. Siete molto gentili.
La lluvia me recuerda a las persianas amarillas de madera. Y "Días de calor", de BB sin sed.
Salud
Más a menudo querría ver esa primera persona del singular describiendo las melenas vibrantes...
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