Monday, June 18, 2007

Walter Benjamin en Ibiza

Vivió tan sólo nueve meses en Ibiza (tres en 1932 y seis en 1933) pero tuvo tiempo para alojarse hasta en siete viviendas diferentes. Seguramente el lugar donde logró mayor felicidad fue en Sa Punta des Molí, en una casa junto al mar.

Vicente Valero, autor del excelente ensayo Experiencia y pobreza: Walter Benjamin en Ibiza, nos relata la estancia de Benjamin en esta casa ibicenca:

Se levantaba cada día a la misma hora, "a las siete", y se daba un baño en el mar, "donde, por muy lejos que mire, no hay ni una sola alma viviente sobre la orilla, como mucho, justo a la altura de mi frente, un velero en el horizonte". Tras el baño de mar, venía otro de sol, "apoyado en algún tronco suave del bosque". Lo que seguía a estas privilegiadas primeras horas de la mañana era "un largo día" dedicado a la lectura y a la escritura.
La vida cotidiana de Benjamin en Sa Punta des Molí comprendía también algunas carencias, "la luz eléctrica y la mantequilla, licores y agua corriente, flirteo y lectura de periódicos", pero parece que estos inconvenientes no lo eran tanto en el marco espectacular de un paisaje espléndido, "el más intacto que he visto jamás". Pronto fueron, además, elementos esenciales de una forma de vida, "modesta y retirada", que Benjamin acababa de descubrir en la isla.
(Vicente Valero, Viajeros contemporáneos. Ibiza, siglo XX)

8 comments:

Alfonso said...

¡Pobre Benjamin! Por lo que sé, toda su vida quiso ser algo, o alguien, y hacer una gran obra, dudando entre el misticismo y la sociología marxista, y en vida no fue considerado por casi nadie. Tuvo que llevar una vida bastante miserable muchas veces, dependiendo del auxilio económico de amigos y mecenas. Pero impresionó fuertemente a algunos amigos que asentaron su fama posterior.
Probablemente es una de las figuras románticas del siglo XX,una especie de antihéroe, uno de tantos protagonistas de novelas centroeuropeas, aparte de un buen escritor.
Un saludo

gregorioecologista said...

Caramba duque, va usted a una velocidad excesiva.
De vez en cuando regreso por aquí y se me acumula el trabajo.
Aún sin tiempo para agradecer la presencia del maravilloso Oliverio, ya me encuentro con Güalter Benjamín; así no hay quien pueda...

Saludos, y espero si se tercia algún comentario nocillero, que creo que se ha decidido, por lo visto en casa del señor Porotorosa.

Lara said...

Yo tendría, en este momento de mi vida, que cambiar el baño en el mar por una escalada al pico del fraile, pero daría un brazo y medio por dedicar el resto del día a husmear entre papeles no obligatorios...
¿Cómo andas, Conde?
(Ahora que te he visto en la tele todo es raro, tengo que cambiar tu cara original por la cara que yo me había inventado, tengo que ponerte un jersey verde en lugar de esa capa negra que te llegaba más allá de los tobillos y se arrastraba por los adoquines escarpados de la calle Acuerdo, en el anochecer...)

Mabalot said...

La muerte de Benjamin siempre me ha parecido bastante extraña, aparte de que todo suicidio es extraño... (o muy lógico...).

conde-duque said...

Hola a todos.
Sí, Alfonso, na novela sobre la vida de Benjamin no estaría mal. Las pasó bastante canutas. A mí me parece bastante criticable la actitud de sus compañeros y supuestos "amigos" de la Escuela de Frankfurt, sobre todo la de Adorno (siempre me ha caído mal este hombre, no sé por qué, no me fío, me da mala espina...). La actitud de Horkheimer me parece más digna. Sin duda, su mejor amigo -para verle a través de sus ojos- fue Scholem.

Gracias, Gregorio. Ralentizaré mi marcha, aunque esto va por rachas. Hay momentos en que me apetece escribir 10 posts a la vez, y otros en que callaría durante una semana. Pero hay que ser más serio y riguroso, aunque sólo sea por los cuatro amigos que me leéis.

Lara, en el Acuerdo ponían hace años unos vermuts y unos champiñones al limón buenísimos... Cuando quieras me pongo los colmillos y te muerdo el cuello, emulando a Vladimir Dragosán.

Mabalot, y tan rara... Algunos hablan de asesinato: hay diversas teorías conspiratorias, pero la que tiene más peso es la de que fuera asesinado por un agente de Stalin. No sé. Ni idea...

francisco aranguren said...

Un ser cercado. Un judío. Su muerte ha sobrecogido a muchos. Eduardo Arroyo le dedicó un ensayo, en el que aparecen también las fotos de Stefan Zweig con su esposa, en la cama sórdida de su hotel en Brasilia (en la primera abrazados, en la segunda separados para la foto policial). El suicidio es una pregunta que el suicida nos lanza.

Portarosa said...

¿En la tele?

conde-duque said...

Francisco, lo de Zweig y la mujer me parece todavía más tremendo. Demasiado tétrico para mi gusto. Lo de Benjamin, en cambio, me parece más comprensible.
Nada, Porto, una leve indiscreción de Lara, que me ha desenmascarado: soy uno de los Lunnis, el amarillo... (En fin, ya te contaré in person, que si no pierdo el anonimato. Nada interesante, en cualquier caso.)