Monday, May 19, 2008

Winkler en Las Ventas

Lugar: Plaza de Toros de las Ventas (Madrid). Fecha: 18 Mayo de 2008. 19.00 horas. Cartel: los toreros Luis F. Esplá, Pepín Liria y "Serranito". Toros de Samuel Flores y Dª M. A. López Flores. Testigo de excepción: Josef Winkler, escritor.

Ayer Josef Winkler estuvo en los toros. El cielo amenazaba lluvia y algunas gotas cayeron sobre el albero. Por momentos el respetable tuvo que desenfundar sus paraguas. En una de las gradas estaba el escritor austríaco, uno de los grandes de la literatura actual, con media sonrisa dolorida y los ojos muy abiertos. Tomaba notas en un cuadernito de tapas anaranjadas. La pluma se deslizaba por las hojas en trazos delirantes. Winkler veía cuadros de la muerte viva, el toro y el torero en su pugna mortal, el caballo con su donquijote regordete a cuestas, las medias verónicas y los pases de pecho, el brinco de las banderillas, el ruido de la sangre... Si le faltaba algo para ser un autor solanesco, ya lo tiene todo: hoy ha probado la morcilla.
Dentro de unos años saldrán esas estampas winklerianas en una obra maestra. Hacedme caso. Recordad lo que os digo.

A lo mejor Winkler pensó algo parecido a lo que ha escrito hoy en El País Fernando Royuela: "En la inseguridad volátil de la vida, la muerte se alza como única verdad. En el toreo vida y muerte juegan a acompasar sus contrapuntos en el baile salvaje de la naturaleza. El animal y el hombre enfrentados ante la incógnita de la supervivencia desatan instintos aprendidos en la oscuridad de los tiempos. El hombre, sin embargo, es siempre el animal vencedor porque su estirpe ya lo ha sido. En realidad tan sólo se enfrenta consigo mismo para que los demás se estremezcan y le aplaudan. Por eso juega a ser salvaje. Con su actitud invoca ese pasado de violencia del que proviene. Pero también exhibe su presente hecho faena y olor a albero. El toreo es la fiesta de la supervivencia del ser humano, el espectáculo de su triunfo pasajero. El toreo homenajea el valor viril y enciende un ritual ancestral tan sólo comprendido en lo más profundo de su significado. El traje de luces es la máscara. Las miradas aguardan la celebración del rito. Lo humano se mezcla con lo animal. Los ojos miran, pero tan sólo la emoción explica lo que sucede. El calor ayuda a entender. Si hay vida habrá muerte y si hay muerte la vida revelará esa única verdad alzada por delante. La tarde aguarda. Hay una sensación de inquietud inexplicable. Ese animal que es el hombre se prepara para celebrar sus esponsales con la barbarie. Se antoja un baile, pero es sacrificio hecho de espadas y capotes, de cuernos afilados e hilos de baba que ondean como banderas sobre el silencio de la plaza. Suena el clarín y sale el toro y otra vez la verdad por delante".
PD1: Las fotos son de unos rejones del año pasado.
PD2: Enlaces recientes sobre Winkler: uno, dos.

3 comments:

Miguel Marqués said...

Yo me debato aún con esto. No sé si ponerme del lado de Sabina, Sánchez Dragó y Hemingway o del lado de Manuel Vicent, los ecologistas y los modernos. Es una diatriba que me cuesta, me duele y evito. Creo que voy con los primeros. Apenas sé nada de toros, pero creo que el toreo es una voz debida a lo atávico. Y admito, sin embargo, que el dolor es repugnante en cualquiera de sus formas. He estado en la plaza un par de veces y como el toro salga malo (y el diestro peor), el espectáculo es dantesco, asqueroso. No me voy a pronunciar, no me lo tengas en cuenta, C-D ;)

En cualquier caso, genial lo de Royuelo. Cuando quiero defenderla, intento hablar así de la tauromaquia (sin llegar ni de lejos, claro).

Un abrazo a y a ver si nos vemos pronto!

conde-duque said...

Hola, Miguel.
Yo tampoco me considero ni pro ni anti taurino. Me da un poco igual. No me interesa demasiado el tema.
Fui por primera vez a los toros hace dos o tres años, y no me gusta especialmente. Lo mío es el fútbol.
La Esfinge quería ir este año, pero a mí no me apetecía ir a hacer colas... así que ni San Isidro ni nada. El domingo no estuve, aunque todo lo que he puesto es cierto.
Lo mejor que he leído en favor de los toros es de Víctor Gómez Pin. Si lo consigo algún día en la biblioteca os lo pongo.
Un abrazo.

Mar said...

Sin entrar en controversias, pero las fotos seducen. Yo he practicado la doma clásica durante años y que un caballo se te haga alma y pies y frente a un toro!!!: valientes, los tres.

Saludos

Mar