Friday, January 11, 2008

Nessun dorma

Fue un momento tan intenso que nunca podré olvidarlo. Ocurrió la noche del 6 de septiembre, el día en que murió Pavarotti. En la Rai 1 pusieron, como homenaje póstumo al tenor de Módena, un concierto grabado unos años antes en el que salía Pavarotti acompañado de los mejores cantantes del momento.
G. y K., mis amigas berlinesas, que andaban de paseo por el barrio, me llamaron para tomar algo en un bar. Les dije que mejor subieran a casa a ver el concierto y tomar unas cervezas. A las pobres sólo les pude poner para picar lo poco que me quedaba, pues en breve me volvía a Madrid: una bolsa de patatas fritas y un poco de queso variado cortado en cuadraditos. Pero qué gran concierto...
La que más se emocionaba era K. (en el vídeo, la de la derecha), que ha estudiado música clásica y toca instrumentos y canta y sabe mucho de estas cosas. Por cierto, que cuando cantaban Los Tres Tenores, K. protestaba cada vez que metía baza José Carreras ("Qué mal, qué mal... ¡Qué diferencia con los otros!"). Yo, que no tengo mucha idea de estas cosas, intentaba recomponer el orgullo patrio: sí, sí, pero qué me dices de Plácido Domingo, y de Alfredo Kraus, y de Monserrat Caballé... A ver si hay otro país que pueda presumir de esa nómina.
En fin. Entonces se produjo el momento mágico, al menos para mí. Fue cuando llegó el Nessun Dorma, la obra maestra de Pavarotti. Puse el volumen de la televisión a todo trapo y abrí las ventanas para que todo el vecindario participase de aquella maravilla.
Era de noche y todo estaba oscuro. Brillaban las estrellas. La voz de Luciano retumbaba por la habitación, por el patio de la casa, por el barrio de San Lorenzo, por las calles de Roma, por todo el universo... Que nadie duerma. Que nadie duerma.
Pavarotti había muerto unas horas antes víctima de un tumor de páncreas, y pronto su orondo cuerpo reposaría bajo tierra, pero su voz -tan potente, tan hermosa, tan verdadera- seguía conmoviendo los cimientos del mundo.
En instantes así se te sube el corazón a la garganta, los pelos de los brazos se te ponen como escarpias y se mezcla en el estómago el hormigueo de lo bello con el volcán de lo sublime. ¡A eso se le llama piel de gallina! Yo creo que si en ese momento hubiera dado un salto por la ventana habría volado entre las nubes, como Peter Pan. Habría planeado sobre los edificios de Roma, como un niño feliz, con los ojos brillantes y la pel de galiña.
Lo siento, pero sólo pude grabar los últimos segundos.



PD: Por cierto, si alguien sabe alemán, que nos traduzca lo que dicen las chavalas, que no las entiendo.

PD2: Aquí lo tenéis entero. Impresionante. No se cansa uno de escucharlo.

13 comments:

Mabalot said...

Qué bueno y qué envidia, ese momento en ese lugar... ya para siempre esa canción te va a recordar aquella noche. Estoy convencido de que la música es el arte más elevado; pasa por delante de las narices del razonamiento y va directo al grano del individuo...
En Italia fue muy sonada su muerte; cuando fui yo después seguían dándole vueltas en la tele. No creo yo que aquí pasara lo mismo si muriera Domingo o Carreras, aunque el peso (no literal) de Pavarotti en Italia era más importante que el que tienen en España los otros dos.
Y también que los italianos llevan el arte más dentro que nosotros... me parece.

NáN said...

Tu sais? Je t'adore, parfois. (hay cosas que un hombre no le dice a otro en su propio idioma).

mariona said...

lo mejor de todo es que parece que nos estés contando lo que pasó ayer, o hace un rato.
(Y me han entrado ganas de ponérmelo entero ahora mismo).

conde-duque said...

Buenas a todos.

Mabalot, yo reconozco que por ahora soy sólo un aficionado totalmente ignorante de la música clásica. Espero aprender algo para, de mayor, poder disfrutar con más conocimiento de estas cosas.

Nán, como diría un amigo mío, mariconadas las justas... (Uf, en francés suena más gay todavía) ;-)

Marioneta, espero haber amenizado tu madrugada (¿venías de salir de marcha a esas horas, o es que no podías dormir?)

Un abrazo.

elchicoquequeriaserbreteastonellis said...

All´alba vincerò, vincerò, vinceròoooo... Espectacular, sin duda. De poner los pelos de punta. Me acuerdo que conocí esa parte de Turandot en el Giro 92, que la ponían de sintonía, el primer año que ganó Induráin (comentario friki).

Abrazos,

G.

NáN said...

cuando dices que suena más gay, ¿quieres decir más alegre?

conde-duque said...

Claro, claro, el gay saber o gaya ciencia siempre ha sido mi modelo de sabiduría. Como el gran Nietzsche.

No te preocupes, G., por aquí todos somos un poco frikis.

NáN said...

Esto de la Gaya Ciencia me lleva, Conde-Duque, a pensar que cuando no te conocía y te admiraba (¡vaya frase tan asesina que me ha salido! Es lo que tiene el lenguaje abierto sin la debida clausura, pero no me voy a corregir, porque una de mis teorías favoritas es la de no cerrar indebidamente lo que salió fluido; lo que a su vez me lleva a apropiarme, con el debido cambio, de una de mis frases favoritas de Groucho Marx, “Estas son mis teorías, y si no le gustan, ¡tengo otras!), quedé enganchado definitivamente a tu blog por un post sobre Ferrater Mora. A ti te gustan mis posts de la vida, pero a mí me gustan mucho tus poco frecuentes posts de filosofía.

Lo que me lleva a darme cuenta de que recuerdo con mucha exactitud el momento en que quedé enganchado a una novia (y también a algún novio), o a un amigo. Los grandes amigos siempre me los hice con bastante posterioridad al primer encuentro, porque como acabo eligiendo lo mejor de cada casa, son gente poco sufrible que al principio me provocaron oposición y enfrentamiento. El hecho de que recuerde en muchos de los casos el momento en que quedo enganchado a un blog y su bloguero o bloguera, me lleva a confirmar que creo con ellos y ellas, en ese espacio de nadie, una relación amable.

En cuanto a la filosofía, me gustaban esos posts tuyos por mi ignorancia. Tuve de profesor de bachillerato a Don Fernando Puig, el heredero favorito de Zubiri. Por su apuesta por los republicanos, le dijeron en el 39 que no lo fusilaban pero que se olvidara de toda posibilidad de tener cátedra, o incluso de fregar los suelos, en la Universidad de Madrid. Con el tiempo sacó la cátedra de educación secundaria en Alicante. Desde allí acumuló rencor y desprecio por nuestra “sustancial burrería”. En su primera clase recuerdo que dijo: “Me han encargado que les enseñe la historia de la filosofía. Como el hecho de que aprendan la más mínima parte de esa asignatura está fuera de cuestión, al menos no alboroten. Quien entre los tres exámenes del año sume 4 puntos, tendrá un aprobado con 5 en junio”. No aprendí filosofía, pero sí el valor del rencor y el orgullo para aprender algo de verdad en la vida. Porque hay cosas que es mejor tomárselas en serio.

Dejo en tus manos, c-d, la continuidad de mi educación filosófica.

conde-duque said...

Joder, qué responsabilidad.
A mí también me gusta escribir posts de filosofía, pero no quiero espantar a los cuatro amigos que me leen. Me temo que lo conseguiría en un par de días. Y lo comprendo. Tampoco hay que martirizar a la gente con los gustos de uno...
De hecho, creo que el único post sin comentarios de los últimos meses es el que le dediqué a mi admiradísimo Felipe Martínez Marzoa. Puse un texto suyo sobre el decir griego que me parece genial, pero comprendo que a nadie le interese.
De todas formas, dejaré caer alguno más a menudo, y a quien no le guste que se lo salte.

NáN said...

Joder, con ese: vine a leerlo muchas veces. Pero me dejó mudo.

A veces, la falta de reacción visible indica la más potente de las reacciones.

¿Nunca te has quedado balbuceante frente a la chica de tus sueños, perdida para siempre por ello?

conde-duque said...

Sí, casi todos los días, en el metro.
Pues nada. Lo dicho. Pondré más filosofía. Os vais a cagar...

Por cierto, a la derecha tenéis el enlace al blog de Gómez Pin, otro de mis ídolos. Para introducirse en la filosofía me parece genial. Sólo falla en que no responde a los comentarios, y lo que podría ser un diálogo platónico muy interesante se queda en mera lección magistral. Pero sí, magistral.

desconvencida said...

Vaya momentazo, qué bien que tuvieras suficiente rapidez para captarlo...

Siempre me ha gustado el aria de "Nessun Dorma", recuerdo que la parte en la que suena en la película de Roland Joffé "Los gritos del silencio" me pone los pelos de punta... Sí, también suena en "Mar adentro", pero no es lo mismo...

rubén said...

Entiendo de ópera entre poco y nada, pero me gusta más ésta:
http://es.youtube.com/watch?v=2RdJmqLrsbo