En mi peculiar quehacer obsesivo-musical estuve escuchando durante meses esa canción a todo trapo todas las mañanas. Me gusta mucho: muchísimo. La pongo ahora mismo a tu salud. Un abrazo.
Es que es muy grande esta canción, Manuel. Un himno generacional. "Y Mendieta ha marcadio un gol realmente increíble... y he pensado en ti un momento justo antes de irme". Como la vida misma. Qué fue de Mendieta, por cierto. Qué desperdicio de hombre, todo por irse al Barça. Yo también me la machaqué mucho en su día (la canción, digo). Un abrazo.
Gaizka Mendieta: ese tipo marcó en su carrera tres o cuatro goles acojonantes. Recuerdo ahora mismo dos que andan por youtube: uno al Barça de volea por la escuadra y otro contra el Atlético creo que en una final de Copa. La cagó en la Lazio, sí, y el Barcelona lo recogió como recogió en su momento a Prosinecki o a Alfonso: más que un club, sí: una casa de la caridad (¡y que no chiste Mabalot!). El Madrid vendía en su momento el Bernabéu para traerlo: flipa. Es curiosísimo: más allá del declive físico, patente por ejemplo en un Raúl (el "niñato" de la canción, según oí), ¿en qué momento un jugador pasa a ser una medianía y por qué? ¿Qué carajo pasó, dime oh Conde, con Julen Guerrero?
Gusto harto, en fin, de poner la canción las tardes de los sábados, antes de bañarme en Varón Dandy y salir a la disco a echar unos dansins con mujeres de muslamen generoso. Plétorico me veo, oyes.
Es verdad, se fue antes a la Lazio. Una pena... Además me caía bien, iba a su bola, se le veía -no sé- más inteligente que la mayoría. A Mendieta o Julen Guerrero lo que les pasó es que no vinieron al Madrid. Aquí hubieran triunfado definitivamente, estoy convencido. Lo que tendrían que hacer todos los grandes jugadores es pasar por el Madrid, darlo todo hacer historia. Creo yo.
Je, je, je... Vaya comentarios. Yo haría un blog con estas cosas, recortando los comentarios que Manuel y tú dejáis plantados de vez en cuando, por aquí, por allí.
Por cierto, veo que no os cabe la camisa en el pecho últimamente, en lo que a fútbol se refiere. Y ahora voy a comer a casa de mis padres, con tíos y tal, todos tropa do carallo más merengues que la leche...
La cabeza de Laporta en bandeja de plata, para escupirle. Siempre me dio mala espina, y nada mejor que ahora para pedir la decapitación.
Es que, Maba, las cosas son como son y hay que reconocerlas... aunque se sea culé. Un Bernabéu en pie aplaudiendo es lo más impresionante que hay, un océano blanco de manos y voces que claman por la felicidad del arte, por el momento único e intenso e inolvidable, como un Zinedine Zidane emulando -y superando- a los dioses del Olimpo... Eso no tiene parangón. Es, no sé, como comparar a Velázquez con Miró, o a Cervantes con Terenci Moix. No es sólo cuestión de nombres (que malos hay en todos lados y van y vienen como putas), es cuestión de carisma, de esencia, de historia, de espíritu, de clímax... Esa camiseta inviste carácter, como el traje de Superman. Como diría el filósofo de la ciencia Thomas Kuhn, son paradigmas inconmensurables. Ser del Madrid es poder disfrutar más de la vida, sin rencores ni complejos ni sentimientos de inferioridad. Es un regalo del que -si el mundo fuera justo- deberían gozar todos los seres humanos... No sé, como nacer rico al menos una vez entre cien reencarnaciones.
Como me gusta más la canción (y el estupendo vídeo) que el fútbol, me quedo con los Planetas, posiblemente en su mejor y más emblemática canción, preciosa creciendo y creciendo. Saludos.
8 comments:
En mi peculiar quehacer obsesivo-musical estuve escuchando durante meses esa canción a todo trapo todas las mañanas. Me gusta mucho: muchísimo. La pongo ahora mismo a tu salud. Un abrazo.
Es que es muy grande esta canción, Manuel. Un himno generacional.
"Y Mendieta ha marcadio un gol realmente increíble... y he pensado en ti un momento justo antes de irme". Como la vida misma.
Qué fue de Mendieta, por cierto. Qué desperdicio de hombre, todo por irse al Barça.
Yo también me la machaqué mucho en su día (la canción, digo).
Un abrazo.
Gaizka Mendieta: ese tipo marcó en su carrera tres o cuatro goles acojonantes. Recuerdo ahora mismo dos que andan por youtube: uno al Barça de volea por la escuadra y otro contra el Atlético creo que en una final de Copa. La cagó en la Lazio, sí, y el Barcelona lo recogió como recogió en su momento a Prosinecki o a Alfonso: más que un club, sí: una casa de la caridad (¡y que no chiste Mabalot!). El Madrid vendía en su momento el Bernabéu para traerlo: flipa. Es curiosísimo: más allá del declive físico, patente por ejemplo en un Raúl (el "niñato" de la canción, según oí), ¿en qué momento un jugador pasa a ser una medianía y por qué? ¿Qué carajo pasó, dime oh Conde, con Julen Guerrero?
Gusto harto, en fin, de poner la canción las tardes de los sábados, antes de bañarme en Varón Dandy y salir a la disco a echar unos dansins con mujeres de muslamen generoso. Plétorico me veo, oyes.
(¡Supera este final!)
Es verdad, se fue antes a la Lazio. Una pena... Además me caía bien, iba a su bola, se le veía -no sé- más inteligente que la mayoría.
A Mendieta o Julen Guerrero lo que les pasó es que no vinieron al Madrid. Aquí hubieran triunfado definitivamente, estoy convencido.
Lo que tendrían que hacer todos los grandes jugadores es pasar por el Madrid, darlo todo hacer historia. Creo yo.
(Gran final. Incapaz me veo, oyes)
Je, je, je... Vaya comentarios. Yo haría un blog con estas cosas, recortando los comentarios que Manuel y tú dejáis plantados de vez en cuando, por aquí, por allí.
Por cierto, veo que no os cabe la camisa en el pecho últimamente, en lo que a fútbol se refiere. Y ahora voy a comer a casa de mis padres, con tíos y tal, todos tropa do carallo más merengues que la leche...
La cabeza de Laporta en bandeja de plata, para escupirle. Siempre me dio mala espina, y nada mejor que ahora para pedir la decapitación.
Es que, Maba, las cosas son como son y hay que reconocerlas... aunque se sea culé.
Un Bernabéu en pie aplaudiendo es lo más impresionante que hay, un océano blanco de manos y voces que claman por la felicidad del arte, por el momento único e intenso e inolvidable, como un Zinedine Zidane emulando -y superando- a los dioses del Olimpo...
Eso no tiene parangón.
Es, no sé, como comparar a Velázquez con Miró, o a Cervantes con Terenci Moix.
No es sólo cuestión de nombres (que malos hay en todos lados y van y vienen como putas), es cuestión de carisma, de esencia, de historia, de espíritu, de clímax... Esa camiseta inviste carácter, como el traje de Superman.
Como diría el filósofo de la ciencia Thomas Kuhn, son paradigmas inconmensurables.
Ser del Madrid es poder disfrutar más de la vida, sin rencores ni complejos ni sentimientos de inferioridad. Es un regalo del que -si el mundo fuera justo- deberían gozar todos los seres humanos... No sé, como nacer rico al menos una vez entre cien reencarnaciones.
Por cierto. Vistos ahora, ¿a que Mendieta o Julen eran madridistas (aunque ellos mismos no lo supieran)? Yo los recuerdo así, de blanco.
Como me gusta más la canción (y el estupendo vídeo) que el fútbol, me quedo con los Planetas, posiblemente en su mejor y más emblemática canción, preciosa creciendo y creciendo.
Saludos.
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