La verdad es que no creo mucho en el poder de las raíces ni del terruño, pero reconozco que hay algo que me tira hacia las Galicias. Supongo que ese "algo" es simple querencia sentimental y nostálgica (sobre todo por los recuerdos de infancia), nada que ver con cuestiones sanguíneas o genéticas.
El caso es que toda mi familia paterna es de allí. De la zona de Santiago y Padrón proviene buena parte del linaje que me precede.
Según dicen, mis antepasados lejanos fueron de esos normandos despistados que llegaron a tierras gallegas en época de los romanos... y allí se quedaron. No sé si creérmelo.
No tengo tiempo ahora (ni inspiración) para contar lo mucho que Santiago significa para mí. Como digo, multitud de recuerdos, pero también muchas historias (oídas, contadas, leídas...), mucha literatura.
Porque Santiago de Compostela es sobre todo una creación literaria, del género fantástico-mágico, al más puro estilo cunqueirista. (Por ejemplo, ¿quién se puede seguir creyendo a estas alturas que ahí está enterrado el apóstol?)
Pasearé por sus calles, me beberé sus vinos y disfrutaré de sus viandas... mientras el cuerpo aguante. Bajo sus soportales perseguiré el rumor de las leyendas. Y con un poco de suerte podré ver a mi amigo Mabalot. La cosa promete. Ya os contaré a la vuelta.
Por cierto, que hoy en Madrid hemos tenido un clima muy compostelano, para ir abriendo boca.
5 comments:
¿Cómo que quién puede creérselo? Quien vaya a Santiago, y perdona, sin creérselo, ¿para qué va a Santiago? Sólo llegará a una ciudad más como hay muchas. Cunqueiro y Torrente Ballester te están mirando con el ceño fruncido. También Manuel Rivas, aunque creo que es de Coruña.
Yo me siento compostelano (uno se siente de dónde le da la gana), me parece como Lisboa, una ciudad donde uno podría ser muy feliz, y ya estoy deseando volver. Cuando uno llega a la plaza del Obradoiro se ole ensanchan los pulmones, y luego, a pasear las rumorosas rúas...
Que vaya lindo.
Yo también abrí esto para hablar de Torrente, que me lo trajiste a la memoria.
Espero que hayas disfrutado.
Y que nos cuentes.
¡¡Besos!!
Después de dos días sin dormir y muchos litros de espíritu en sangre, más salvo que sano, aquí estoy. Hecho una piltrafa, pero vivo.
Lo hemos dado todo (y más).
Un fin de semana memorable.
Esto me recuerda el título de varias horteradas : "Cuando tú vas, yo vengo" o "Tú a Santiago, yo a Córdoba" (vaya erudición la mía). ¿Se cruzaron en el cielo estrellado la misteriosa Lula Fortune y el intrépido Conde- Duque?.
Pues eso. Besos encontradizos y otra vez será.
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