Tuesday, January 15, 2008

La muerte de Stendhal

"Ese pobre Beyle ha muerto. Me quería tanto como un hombre que come puede querer a otro. Murió de un ataque de apoplejía, después de comer, como el hombre inteligente que fue en vida: con una mano en el bolsillo del chaleco y el miedo de que le robaran la cartera que llevaba dentro. ¡Qué precaución tan extraña en aquel momento!
Era un viejo muchacho egoísta, pequeño, malhablado, abotargado, casi ciego, paradójico, entusiasta en frío, malo por detrás, azucarado por delante. Pero fue uno de los novelistas más ingeniosos y más verídicos que hemos tenido. Te prestaré La cartuja de Parma y tendrás tiempo de leerla. Buenas noches".
Carta de Forgnes a Gavarni (recogida por Josep Pla en sus Notas del crepúsculo)

11 comments:

Lara said...

"Era un viejo muchacho egoísta, pequeño, malhablado, abotargado, casi ciego, paradójico, entusiasta en frío, malo por detrás, azucarado por delante."

¡Qué descripción más estupenda!

mariona said...

Totalmente.
Nada que añadir.

conde-duque said...

Andá, qué ilusión, ¡las dos voces más bonitas del universo mundo hablando sólo para mí!
Un pelín escuetas, eso sí, pero tampoco hay que ser tan exigente, oye.
Buenas noches, L. y M.

Mabalot said...

Estoy de acuerdo con Lara, qué descripción, qué personaje.

Estas navidades releí "Rojo y negro". Julien Sorel me parece de los más grandes personajes literarios, o a mí me cae especialmente bien, aunque tenga sus cosas... Por ello más humano, real.

Excelente recorte.

Aurélia Jarry said...

Quién murió cuando murió Stendhal ?
La pregunta no exige respuesta !

Anonymous said...

Sorel, sí, menudo "personajillo"... Hiciste bien en volver a "Rojo y negro", Maba. Y yo mientras con V-M, ¡qué vida más injusta!

Hola, Aurelia. Supongo que sobre todo murió Beyle, porque Stendhal sigue vivo, como Elvis. De todas formas, no está mal morir a la puerta de un restaurante, después de haberse puesto las botas.

M. said...

También estas Navidades le eché el lazo a Rojo y Negro. A mí Sorel me deja un poco destemplado, aunque reconozco verme un poco reflejado, y por tanto ridículo, pero sentí cierta fascinación por Matilde La Mole: esa chica rubia y blanquecina. Traté de ponerle cara y cuerpo, para hacerlo todo un poco más terrenal y que no pareciese que me excitaba con una nube, pero resultó imposible.

Mabalot said...

Sorel es ese cabronazo que todos llevamos dentro, y no tiene la presencia gaseosa de los personajes flaubertianos. ¿Un ambicioso? ¿Un trepa? Un cínico... Claro que el final es un portazo; eso de dispararle a la señora De Renal es una parida que el Sorel que conocíamos no haría. Tiene más chicha sólo el periodo de cárcel de Rojo y negro que toda los libros llorones de Camus...

Mala sangre que se lee. Qué bueno.

M. said...

"Todos los libros llorones de Camus".

Uy, lo que me ha dicho! Uy, uy, lo que me ha dicho!

Coooondeeeee, Coooondeeeee...!!!

conde-duque said...

¡¡¡NIÑOOOSSS, NO OS PELEÉIS!!!, que estoy aquí currando en la oficina y al leeros me he empezado a reír yo solo (y me ha mirado todo el mundo).
¡¡Haya paz!!! Que cada uno lea lo que le apetezca... en su cuarto.
Y como os peguéis os quedáis sin postre y os lleváis una hostia en el corazoncito de vuestros escritores preferidos, que si Fitzgerald o Hemingway, que si Solana o Baroja....

Anonymous said...

Últimamente no hay blog en el que ponga los ojos que no sea recuerdo de la muerte. O será una coincidencia?. Me quedo con el funeral de Graham Chapman que puso Desconvencida.
Un beso y una macabra sonrisa.