Saturday, December 31, 2011
Wednesday, December 21, 2011
Raymond Roussel en el Reina Sofía
Monday, December 19, 2011
Histeria colectiva
Saturday, December 17, 2011
La estación fantasma
Ni un alma en cientos de metros a la redonda. Como Cary Grant en Con la muerte en los talones, más o menos (más menos que más).
Thursday, December 08, 2011
May June July I count the time
Tuesday, December 06, 2011
El París de Jean-Paul Clébert
Después de casi sesenta años olvidado, perdido entre los estantes polvorientos de las librerías de viejo, en 2009 se reeditó en Francia Paris insolite de Jean-Paul Clébert, en la pequeña editorial Attila. Su éxito fue tan fulgurante como el que obtuvo con la primera edición de 1952, en la mítica Denoël —con ilustres compañeros de catálogo como Aragon, Artaud o Céline—, cuando vendió más de treinta mil ejemplares y recibió los encendidos elogios de escritores de la talla de Henry Miller o Raymond Queneau. Aunque parezca increíble, en todo este tiempo a nadie se le había ocurrido recuperar la obra. Tuvieron que llegar unos jóvenes entusiastas con poco dinero y suficiente inteligencia para hacer justicia, mientras de paso daban el pelotazo, con todo merecimiento. Parece que no sólo España está llena de editores ciegos.
El París de Jean-Paul Clébert, en Jot Down.
Saturday, December 03, 2011
Adecentar el salón
Friday, December 02, 2011
Un método peligroso
Igual que en El árbol de la vida y Melancholia, hay algo en Un método peligroso que no se olvida fácilmente. No sé exactamente lo que es ese algo. Quizás es lo mejor que se puede decir del arte, de la poesía, del cine: que tiene un nosequé que lo es todo. Algo que se nos escapa pero que sabemos que está ahí, que nos retiene. Llamémoslo "la atmósfera" esta vez, no sé.
Frente a las otras dos películas (raras, excesivas), en Un método peligroso dominan la contención y la mesura. Tampoco creo que sea una obra maestra o un peliculón. De hecho, se queda corta, sabe a poco, resulta demasiado esquemática. Pero tiene algo especial que permanecerá.
El reto de salir bien parado utilizando dos personajes tan particulares como Freud y Jung era complicado, pero creo que se ha resuelto bastante bien. Los actores se salen, sobre todo Viggo Mortensen, que me ha parecido simplemente perfecto. Las ciudades son preciosas, el lago, el barco, las casas, los muebles, la ambientación de época, el escritorio de Freud...
Los jardines del palacio Belvedere de Viena me han traído muy buenos recuerdos. Esas esfinges blancas...
Thursday, November 24, 2011
Las flores, los insectos y Marthe Taillefer
(Michel Houellebecq, El mapa y el territorio)
Thursday, November 17, 2011
Literatura infantil de las personas mayores
El pudor es la tumba de los trémulos. La osadía el porvenir de los astutos.
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El primer polvorón del año es un manjar irrepetible: delicado, exquisito, lleno de sabor y de recuerdos. Nada que ver con el mismo polvorón -pesado, tosco, mantecoso- que tomamos dos meses después, en pleno empacho navideño.
*****
Siempre que se habla de la postura de Pla respecto a las novelas se repite esa boutade que soltó en una entrevista: “Un hombre que después de los 40 años aún lee novelas es un puro cretino”. Frase excesiva, insultante, contundente. Diciendo casi lo mismo, a mí me parece mucho más atinado y cabal lo que escribió el propio Pla en su Cuaderno gris: “Las novelas son la literatura infantil de las personas mayores”. A Pla le parecía bien todo lo que las novelas tienen de exposición, pero cuando empezaba el conflicto y se iniciaba la ficción del desenlace el libro se le caía de las manos indefectiblemente. Él mismo se reconocía un hombre sin imaginación.
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Otras frases de escritores sobre el género "novela": “La novela es un saco donde cabe todo” (Baroja); "Sabe demasiado para ser novelista" (Zola); “La novela: un hombre, una pasión, un paisaje” (Delibes); “Cuando se está enamorado, comienza uno por engañarse a sí mismo y acaba por engañar a los demás. Esto es lo que el mundo llama una novela” (Oscar Wilde); "Las grandes novelas son purificadoras porque en ellas se libera el ánimo de la ilusión de cada felicidad individual" (Baltasar Gracián); “Lo que hoy ha empezado como novela de ciencia ficción mañana acabará como reportaje” (Arthur C. Clarke); "Si un hombre cualquiera, incluso vulgar, supiera narrar su propia vida, escribiría una de las más grandes novelas que jamás se hayan escrito" (Papini); “Una buena novela nos cuenta la verdad sobre su héroe; pero una mala novela nos dice la verdad sobre su autor" (Chesterton).
Sunday, November 13, 2011
La máscara de John Keats
Sentados en el salón-biblioteca, la joven inglesa y el viejo alemán permanecen absortos en sus lecturas. Ella, que lee una biografía sobre el autor de la Oda a un ruiseñor, se levanta al verme llegar y me da la bienvenida a la casa-museo, con grandes muestras de amabilidad. Se nota que le da vergüenza. No es guapa pero sí de rasgos agradables, lleva un vestido de color oscuro con motas granates, zapatos de poco tacón y va peinada con un moño de estilo antiguo. Me explica brevemente la disposición de las salas, su contenido sumario y las normas del lugar: puedo hacer fotos sin flash y sentarme en cualquier silla; la única parte del mobiliario que está vedada a mi cansancio, bromea finalmente, es la cama de John Keats. Y sonríe con timidez. Desde el otro lado de la sala, el viejo alemán ríe estúpidamente el chiste protocolario, supongo que repetido a todos los visitantes, y nos mira (nos busca los ojos) esperando un gesto de reconocimiento; es un hombre escuálido y larguirucho, de nariz grande, pelo rapado, gafas redondas, pantalones de pana azul marino y jersey de pico por donde asoma el borde de una camiseta blanca; finge que lee uno de los folletos del museo, pero lo que en realidad quiere es entablar conversación con la joven, y al rato acaba haciéndole una pregunta insulsa como excusa para acercarse.
El fantasma de Keats saluda a su máscara mortuoria. (Roma, 31-10-2011)
Keats vivió aquí con el pintor John Severn los últimos meses de su vida, ya enfermo de tuberculosis. Siguiendo las prescripciones de los médicos, que le habían recomendado escapar del áspero clima inglés, llegaron en barco a Nápoles el 21 de octubre de 1820. Tras permanecer diez días de cuarentena en el puerto, ante la sospecha de las autoridades de que se había producido un rebrote de cólera en Inglaterra, entraron por fin en Roma el 15 de noviembre, donde un doctor escocés les buscó hospedaje en esta casa de la piazza di Spagna. Salvo los paseos diarios por el Pincio en compañía de un joven oficial de la Armada británica, el teniente Elton, convaleciente de tisis, Keats apenas tuvo tiempo de disfrutar de la Ciudad Eterna. Pasó los dos últimos meses de vida metido en cama, sufriendo los agónicos tormentos de la enfermedad, consciente de estar luchando sin esperanza por prolongar «una existencia póstuma». Murió la noche del 23 de febrero de 1821 en brazos de su amigo Severn. En cumplimiento de las leyes vaticanas contra la propagación de las infecciones, se ordenó quemar todo el mobiliario de la habitación, incluidas las cortinas y el papel de la pared.La historia, así contada en los carteles del museo, me resulta demasiado extraña, casi absurda. El viaje de salud de un prometedor genio de las letras que, tras incontables dolores, morirá en soledad lejos de su patria, en una ciudad de belleza infinita de la que no logra ver prácticamente nada. Frente a esa realidad tozuda, inverosímil, se erige la poderosa maquinaria de la mitología literaria, que se condensa en estas vitrinas.
Friday, November 11, 2011
La poesía de la naturaleza
De las películas que he visto de ambos directores -siempre controvertidos, amados/detestados, excesivos, bla bla bla-, estas dos son las que más me han gustado. Las dos comparten una emocionante poesía de las imágenes que, unida a la maravillosa música, nos lleva a un estado de suspensión. El árbol de la vida tiene muchísima más sustancia -en todos los sentidos- que Melancholia; es más verdadera, te hace sentir (y pensar y recordar y etc) más. La otra es más artificial (a pesar de ser más convencional), pero también tiene algo.
En El árbol de la vida la parte del origen del universo es demasiado larga y surge demasiado pronto. No te ha dado tiempo a entrar la vida de la familia y ya te transportan nada menos que al principio de los tiempos. Ahí, supongo, es donde muchos se deben de salir del cine. Las imágenes son impresionantes, pero rompe innecesariamente. No hacía falta tanto ni tan pronto. Alguna imagen, bien, pero el resto mejor dejarlo para el documental de La 2, sobre todo lo de los dinosaurios, creo yo. Está bien dar a elegir entre el camino de la gracia y el de la naturaleza, pero incluso en el camino del exceso se debe guardar cierta medida. El final también resulta un pelín excesivo. Uno puede estar fluctuando sin problema, kantianamente, entre lo bello y lo sublime, pero permanecer encaramado a lo sublime durante horas resulta una postura un poco incómoda.
Mientras veía Melancholia pensaba en una mezcla posmoderna de Marnie la ladrona y Los pájaros. La primera parte recuerda a Celebración, seguramente lo mejor que ha dado el dichoso movimiento Dogma. Lo mejor de la película: Wagner.
Wednesday, November 09, 2011
Lo que queda del día
Villa Medici
Los lugares de siempre, inevitables, magníficos, siempre nuevos, nunca repetidos, los lugares nunca vistos, sólo soñados o imaginados o leídos, el regreso al espacio -ya mitológico en la vida de uno- de aquel verano que permanece: el barrio de San Lorenzo. Cuatro años es poco o mucho o nada, no lo sé aún. Dijo alguien que no se debe volver al lugar donde uno ha sido feliz (busco en google y pone que es una frase de Sabina, Joaquín, el cantautor, y no sé por qué ya se me ha chafado un poco la cita, me imagino la cara de Sabina diciéndola, escuálido, con esas rimas que siempre riman, ripios de sombrero y humo de cigarro y progresía, y se estropea, se agrieta, ya no vale lo mismo, quiero pensar que alguien mejor lo dijo antes), pero quizás sí se debe volver a donde uno fue feliz y estuvo triste y alegre y se divirtió (mucho) y se aburrió (poco) y disfrutó de la tragicomedia de la vida. He vuelto y he recordado y he revivido y no ha habido tristeza ni sensación de pérdida, sino el misterio del paso del tiempo, que en el fondo no es sino una melancólica alegría, la sustancia de lo que todo está hecho. Sólo puedo anunciar (por si a alguien -no creo- le importara) que I Tre Lampiani ya no existe.
No, no quiero enumerar ahora, ni nombrar nada, no hay urgencia ni afán de recopilación. Dejemos reposar los recuerdos. Poco a poco irán desgranándose las cosas por sí solas, en los momentos oportunos, celebrándose y multiplicándose y extendiéndose como una mancha que todo lo limpia porque el único suelo sucio es el presente, la negación del futuro (o del pasado perdido), esta crisis que no terminará jamás, los debates ridículos, las elecciones, la rutina.
Saturday, November 05, 2011
Santa Maria Sopra Minerva
Thursday, October 27, 2011
Monday, October 24, 2011
La trama
Me niego a contar mi versión, no la diré por mucho que me insistan, por mucho que la ausencia de palabras se vuelva en mi contra y me haga sospechoso de algo tan desagradable, por mucho que me aprieten las tuercas, uno tras otro, todos los fiscales de este mundo. No hablaré, mi voz será el silencio, hasta evitaré los gestos en respuesta a las preguntas (si las hubiera). Nada tengo que ocultar, soy inocente, por eso mismo renuncio a mostrarme, a decirlo, a decirme, pues la penitencia está en el delito y no hay mayor delito que la palabra dicha. Todos se agarran a la palabra dicha. La desfiguran, la tergiversan, la multiplican. Sé que callando todo irá mejor, nos ahorraremos el disgusto, unos y otros y los de más allá, las cosas seguirán su marcha lenta, sostenida, implacable, sin la influencia del maldito charlatán que lo cuenta todo sin pararse siquiera a respirar. El mundo es muy cotilla. Doy mi palabra de que no diré nada. Doy mi palabra, la entrego, me rindo, me deshago de ella. Estoy cansado y solo y derrotado. Nada tengo, ni siquiera hambre. Sólo me queda este silencio ensordecedor, este frío que quema, estas palabras que, al no ser nunca dichas, resuenan sin eco en la boca de todos los estómagos vacíos. Los hechos se crean con las palabras. Se les da vida a los seres a fuerza de nombrarlos. Y yo siempre tuve alma de sepulturero.
Friday, October 21, 2011
Larvatus prodeo
Thursday, October 13, 2011
Sevilla 1896
Friday, October 07, 2011
Dos muertes, dos estilos
Me interesa, sobre todo, su dimensión estética, como diseñador. En su famoso discurso en la Universidad de Stanford daba algunas claves de esto: “En aquella época la Universidad de Reed ofrecía la que quizá fuese la mejor formación en caligrafía del país. En todas partes del campus, todos los pósters, todas las etiquetas de todos los cajones, estaban bellamente caligrafiadas a mano. Como ya no estaba matriculado y no tenía clases obligatorias, decidí asistir al curso de caligrafía para aprender cómo se hacía. Aprendí cosas sobre tipografías serif y sans serif, sobre los espacios variables entre letras, sobre qué hace realmente grande a una gran tipografía. Era sutilmente bello, histórica y artísticamente, de una forma que la ciencia no puede capturar, y lo encontré fascinante. Nada de esto tenía ni la más mínima esperanza de aplicación práctica en mi vida. Pero diez años más tarde, cuando estábamos diseñando el primer computador Macintosh, recordé todo eso. Y diseñamos el Mac con eso en su esencia. Fue el primer computador con tipografías bellas. Si nunca me hubiera dejado caer por aquel curso concreto en la universidad, el Mac jamás habría tenido múltiples tipografías, ni caracteres con espaciado proporcional. Y como Windows no hizo más que copiar el Mac, es probable que ningún computador personal los tuviera ahora. Si nunca hubiera decidido dejarlo, no habría entrado en esa clase de caligrafía y los computadores personales no tendrían la maravillosa tipografía que poseen”.
Desde luego, para mí ha sido mucho más útil el Proyecto Gutenberg de Hart que todos los inventos de Jobs. No tengo iPod ni iPhone, ni interés alguno por tenerlos. Estuve a punto de comprarme un MacBook Air cuando estuve en la famosa tienda de Nueva York, pero al final no me decidí (por cuestiones prácticas, de trabajo). Me quedé con las ganas. Y todavía no tengo un iPad, aunque me gustaría (a ver si me lo regalan). En cambio, gracias a la idea de Hart, puedo leer (y escuchar) miles de libros siempre que quiera, desde donde quiera, simplemente haciendo clic.
Sunday, September 25, 2011
John Cheever en misa
"Mamá murió el 22 y no le presto más atención que a los bordes de un cáliz lleno de vino".
"Primero, el Miércoles de Ceniza e la calle 125. La luz del sol primaveral se difunde sobre las calles alejadas del centro. Es una luz conmovedora y turbadora, y, Dios mío, qué depresión".
"Esta mañana a misa. Creo que voy a confirmarme. Mi idea, esta mañana, es que hay amor en nuestra concepción, que no nos amasó una pareja en celo en un hotel de segunda".
"¿Y qué importa si un domingo, al entrar en nuestra iglesia de piedra sin calefacción, el sacerdote con sus velas y campanillas os recuerda algún rito iniciático de la infancia, una ceremonia en el granero o el cobertizo para ingresar en la misteriosa orde de la Avispa Verde? ¿Qué importa si nuestras mentes divagan por asuntos indignos de la oración, si nos concentramos en los almohadones rotos, aspiramos el perfume de la mujer que está delante, analizamos nuestra vida sexual, soñamos con un café bien caliente o pronunciamos las contestaciones con voz más fuerte que la del hombre que está al otro lado del pasillo? ¿Qué importa todo eso?"
(John Cheever, Diarios)
Saturday, September 10, 2011
Diarios II, de Iñaki Uriarte
Al igual que Gesualdo Bufalino, Uriarte se ha destapado como escritor con más de sesenta años. Es algo así como el equivalente en literatura a esos actores curtidos durante décadas en la oscuridad de los teatros que, de repente, a la edad en que los demás se jubilan, hacen una película y reciben el Óscar al Mejor Actor Revelación. Uriarte, como nunca ha trabajado, no puede jubilarse, y ha decidido ofrecer a la sociedad una pensión de alegría en forma de libros. Imagino que ha debido de ir curtiéndose la prosa por dentro a lo largo de muchos años (como quien hace un plan de pensiones, por seguir con la tontería), a base de lecturas desordenadas, ociosas, casuales, gozosas, de digestión reposada, sin ansia ni obligaciones ni prisa, quizás con cierta pereza, anotando algunas citas en la libreta del cerebro, y sobre todo asistiendo al espectáculo de la vida con esa sabiduría que da observar las cosas sin darles demasiada importancia. Quizás es la única forma de que salga la escritura tan natural, tan precisa, tan fluida.
Empieza Uriarte este volumen diciendo que a veces vuelve a sus anotaciones “como quien vuelve a casa, y soy yo mismo el que me abro la puerta y me recibo y me doy conversación". Y así es también como se siente el lector: como ante un amigo que le recibe en casa en zapatillas y le da conversación en el sofá mientras se toman un café tranquilamente. Es un estilo amigable, cálido. Una ironía sonriente. En vez de llamar a la puerta, sólo tienes que abrir las páginas de sus diarios, y vuelven a la conversación los otros compañeros de siempre: Montaigne, Nietzsche, Borges (más el gato que el escritor ciego)... Sale uno de allí contento, reposado, sobre todo porque ha pasado muy buen rato. Has disfrutado, has aprendido, te has reído. Y también te llevas la tarea de algunas lecturas pendientes, como Mi vida, de Girolamo Cardano, que estoy deseando atacar.
Os dejo algunas perlas:
-“Por rica en espiritualidad que sea su conversación, acabas siempre perdiendo el hilo y fijándote en su chaqueta, sus pantalones, su gabardina”.
-“‘Yo soy muy discreto’. Es verdad, no habla más que de él”.
-“En cualquier nacionalista hay algo de turista del propio país”.
-“El tiempo más perdido de mi vida son esos eternos minutos que transcurren desde que comienzas a despedirte de una reunión hasta que por fin consigues irte de una vez”.
-“Cada vez que nos vemos me reprocha que una vez le dije que me parece demasiado susceptible”.
-“Yo también pienso que el mundo, la vida, o lo que sea, me ha tratado injustamente. Pero a mi favor”.
*****
Hoy se cumplen cinco años de este blog. Sólo mirando el número de entradas por año (aquí, a la derecha) se puede apreciar el imparable proceso de decadencia... Es normal, supongo, no tiene mayor importancia, pero no puedo dejar de preguntarme: si seguimos la misma proporción deflacionista, ¿cuándo llegará el día de la consunción?
Tuesday, August 30, 2011
Ambrose Chapel
Sale en El hombre que sabía demasiado, de Hitchcock. La segunda versión, la "americana", con Doris Day y James Stewart. Como me pasa con todas las películas de Hitchcock, me ha marcado profundamente el haberlas visto por primera vez de pequeño. Las imágenes se quedan ahí, incrustadas en un lugar extraño del subconsciente, entre el miedo y el sueño y el sexo y la violencia y la esperanza y la angustia. Este verano pensé en visitar esa calle mágica, con sus farolas y ladrillos que representan para mí el más puro Londres. Ese punto de fuga ocre -los tejados, las ventanas, las nubes- que son como un espejo raro que llevamos dentro. Buceé por internet y descubrí que se trata de Vicary Street, en Brixton. La Ambrose Chapel de la película (los exteriores) es en realidad St. Saviour's Church. Al final decidí no buscarla, por varias razones: quedaba un poco lejos, me sentiría muy friqui paseando por allí y sería como destrozar de un plumazo las ensoñaciones de la infancia. Mejor que siga así, intacta.
Monday, August 29, 2011
Retomar el tono
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Refugiarse en los libros es, quizás, la mejor solución. Schopenhauer y los años salvajes de la filosofía, de Rüdiger Safranski. “Una filosofía entre cuyas páginas no se escuche las lágrimas, el aullido y el rechinar de dientes, así como el espantoso estruendo del crimen universal de todos contra todos, no es una filosofía”. Son los años salvajes de la filosofía: Kant, Fichte, Schelling, el Romanticismo, Hegel, Feuerbach, el joven Marx… Según se dice, nunca hasta entonces se había depositado tanta pasión en el pensamiento filosófico. La causa principal fue el descubrimiento del YO.
Schopenhauer pensó las tres grandes humillaciones de la megalomanía humana:
-La humillación cosmológica: nuestro mundo no es más que una de las innumerables esferas que pueblan el espacio infinito.
-La humillación biológica: la inteligencia sirve únicamente para compensar la falta de instintos y la inadecuada adaptación al medio.
-La humillación psicológica: nuestro yo consciente no manda en su propia casa.
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Tuesday, August 16, 2011
Londres 1903
Filmado por Thomas Edison.
It's like time traveling: you get up close and personal with ordinary people going about their daily business, like taking a taxi at one of the entrances to Hyde Park and catching boats at the Embankment on the Thames - perhaps to work. There's the general bustle of the traffic, with individuals occasionally moving into the middle or into the foreground to make a more human connection. There are familiar landmarks, such as the Law Courts, Sir Christopher Wren's St Mary-Le-Strand and Westminster Abbey and Big Ben. Familiar brand names flash up every so often, like old friends - just to bring this world a little closer to our own - such as Nestles and Lipton's Tea. And there's the (perhaps unexpected) chaos of the traffic in often dust-clogged streets.
Sunday, August 14, 2011
La piscina
Los pájaros atravesando el cielo, la respiración entrecortada, el ocre del ocaso en la fachada que se aleja mientras te alejas nadando a espalda, lentamente.
El silencio de Dios bajo el agua, cuando no hay más que una figura cúbica desierta y todos están fuera, remotos, invisibles, con sus afanes, y uno escucha la nada de su cuerpo sin peso, como un cadáver flotante y mudo.
La nada sorda, el silencio azul de una piscina... mística.
*****
Era uno de esos domingos de mediados del verano, cuando todos se sientan y comentan “Anoche bebí demasiado”. Así empieza el famoso relato "El nadador" de John Cheever. Podría ser hoy, podría ser cierto. Cuando a Neddy Merrill, sentado al borde del agua verdosa (una mano sumergida, la otra sosteniendo un vaso de ginebra), se le ocurrió que dirigiéndose hacia el suroeste podía llegar a su casa por el agua. Le parecía ver, con el ojo de un cartógrafo, esa hilera de piscinas, esa corriente casi subterránea que recorría el condado.
Wednesday, August 03, 2011
Wednesday, July 13, 2011
There is an End - The Greenhornes
Saturday, July 02, 2011
Paisaje invisible de calle conocida
Y "carne y hueso", en efecto, las describe bien: parecen cosas recortadas puestas en el exterior marmóreo de una carnicería, muertes que sangran como vidas, piernas y chuletas del Destino. "
(Fernando Pessoa, Libro del desasosiego, trad. de Ángel Crespo)
Tuesday, June 28, 2011
"Irse a Madrid", de Manuel Jabois
En Irse a Madrid y otras columnas Manuel Jabois ha reunido un buen número (casi 200 págs.) de sus artículos. Están, por un lado, los textos de su columna en Frontera D, una lección magistral sobre cómo elevar la autoparodia a una de las bellas artes: sirva de ejemplo esa maravilla titulada "Morir en Caneliñas". También encontramos algunos de sus artículos del Diario de Pontevedra, más informativos y/o periodísticos, con preferencia por los personajes curiosos de la actualidad, la política gallega y el fútbol universal, como esta joya sobre Ronaldo.
Y como es un todoterreno de la prosa periodística y de los géneros (sus entrevistas me parecen especialmente logradas), ahora también descarga sus pregones en Jot Down.
Jabois, moderno provinciano con ADSL (leído en toda la Península), acaricia las teclas del ordenador como un piano de prosa que va desparramando su música, pues el escritor fácil escribe como mea. Con el tiempo su estilo ha sabido ir despojándose de adornos y, quizás bajo la mirada protectora del patrón Solana, ha ganado en sobriedad y contundencia. La gracia y la inteligencia venían ya de fábrica.
Ya no hace falta insistir en lo mismo porque lo que algunos sabíamos hace años ahora es sabido por muchos (de ahí el éxito de su blog, que se ha vuelto inhabitable): estamos ante una de las mejores prosas del periodismo español. Así que esta vez no aconsejo ni recomiendo: os impelo-exhorto-conmino (sólo me salen verbos pedantes) a que compréis el libro de Jabois. Me lo agradeceréis más que nunca. No dejaréis de reír... incluso en los días de tristeza.
Sunday, June 26, 2011
Blas, tengo sed!!!
-Tengo sed.
-Pues bebe.
No sé qué me pasa, que aunque beba litros y litros de agua, cerveza, tinto de verano, gazpacho y cocacola (más o menos por ese orden) no dejo de tener sed a todas horas del día. Mi boca, mi garganta, están permanentemente secas. Qué sed tengo, Blas. Tengo sed. Qué sed tengo... Sí, soy más cansino que Epi.
La Esfinge, que tiene menos paciencia que el Santo Job, o que el Santo Blas, está ya harta de mi sed. Más que de mi sed, está cansada de mi persistente queja por la sed. Dice que cuando uno tiene sed bebe y ya está, que no dice nada. Que me calle y beba. Que no hace falta martirizar al personal con la sed propia, como en aquellos muñecos naranja y limón de Barrio Sésamo, que tenían los nombres claramente al revés (para que encajasen con las iniciales del original inglés: Ernie & Bert), pues por lógica Epi debería ser el alargado y Blas el redondo. Y lo peor es que nunca llega para mí ese momento cumbre en el que, después de saciar su sed, Epi exclama: "¡¡¡Ay, Blas, qué sed... tennnííííaa!!!!".
Por cierto, que yo de pequeño decía: "Tengo ces". Así que todo encaja. No hay remedio. Mi sed y mi queja por la sed son inherentes a uno, inevitables.
Sólo lo he encontrado en inglés: "Am I Thiiiiiiiirrrrrsstyyyyyy!!!!!"
Saturday, June 25, 2011
Ceniza en la manga de un viejo (II)
Anoche pusieron en La 2 un documental bastante flojo sobre Cunqueiro dirigido por Antón Reixa con motivo del centenario del nacimiento del autor. Qué pena que las subvenciones públicas siempre acaben en manos de la misma gente sin talento... Aquí se puede ver. La mayoría de los participantes no dice más que obviedades o tonterías, sin aportar nada interesante, aunque sólo por los trozos en los que se leen sus textos o sale hablando el propio Cunqueiro merece la pena verlo.
Hacia el final del reportaje César Antonio Molina cuenta que la última vez que fue a visitar a Cunqueiro éste estaba volviendo a teclear en la máquina de escribir un libro cuyo original la editorial Destino había perdido, y no tenía copias... Quizás se trataba de Ceniza en la manga de un viejo. Pero el presentador del reportaje (que durante todo el rato da la sensación de estar leyendo el texto detrás de la cámara) dice que el libro no existe. Pero, claro, también dice que es uno de los títulos más hermosos de la literatura gallega (cosa cierta) sin añadir que se trata de un verso de T. S. Eliot, seguramente porque lo desconoce, así que no sabe uno de quién fiarse... Ante la mera posibilidad de que el libro esté traspapelado en algún cajón o desván de Destino, sólo nos queda pedir que alguien investigue un poco.
Aquí aparecen unas declaraciones de Cunqueiro en el Abc, 13 de julio de 1975, cinco años y medio antes de su muerte. Y en este artículo de El País de 27 de junio de 1979 se anunciaba la inminente publicación en castellano del libro.
Saturday, June 18, 2011
Tuesday, June 14, 2011
Life of Johnson
And he will be seen as he really was; for I profess to write, not his panegyrick, which must be all praise, but his Life; which, great and good as he was, must not be supposed to be entirely perfect. To be as he was, is indeed subject of panegyrick enough to any man in this state of being; but in every picture there should be shade as well as light, and when I delineate him without reserve, I do what he himself recommended, both by his precept and his example."
(Life of Johnson by James Boswell)
Monday, May 30, 2011
Thursday, May 19, 2011
La Buena Vida
Otras canciones: En bicicleta, Magnesia, Buenas cosas mal dispuestas, Qué nos va a pasar, Viaje por países pequeños, Nada debería fallar, Calles y avenidas...
Y la que para mí una de las canciones más bonitas de toda la historia del pop español: Sólo tienes lo que das (lástima que el sonido esté un poco mal):
Wednesday, May 11, 2011
David Foster Wallace por Jonathan Franzen
Son aquellos que le conocieron menos los más proclives a hablar de él en términos de santidad. Esto es esecialmente extraño dada la ausencia casi absoluta del amor ordinario en su ficción. Las relaciones de amor profundo, que para casi todos nosotros son una fuente fundamental de significado, no tenían lugar en el universo Wallace. Nos ofrece, en su lugar, personajes que ocultan sus frías obsesiones de sus seres queridos, personajes que maquinan la apariencia del amor o que se convencen a sí mismos de que aquello que parece amor no es más que un velado egoísmo. O, como mucho, personajes que dedican un amor abstracto o espititual hacia alguien profundamente repulsivo, como el cerebro chorreante que es la esposa de "La broma infinita" o el psicópata de la última entrevista con hombres repulsivos. La narrativa de David (Foster Wallace) está poblada por fraudes, manipuladores y autistas emocionales y, sin embargo, la gente que sólo le conoció de manera oficial o anecdótica tiende a tomarse su extrema consideración y su sabiduría moral de manera absoluta.
Algo curioso sobre la narrativa de David es lo reconocidos e identificados, lo amados que se sentían sus más devotos fans al leerlo. Si es verdad que cada uno de nosotros está atrapado en su propia isla existencial- y creo que es aproximadamente correcto afirmar que sus lectores más sensibles han sido aquellos familiarizados con los efectos socal y espiritualmente aislantes de la adicción, la obsesión o la depresión- - todos esperábamos agradecidos cada nueva entrega de aquela isla lejana que era David. En cuanto al contenido, él siempre nos dió lo peor de sí mismo: desplegó, con una intensidad de autoanálisis comparable a la de Kafka, Kierkegaard o Dostoyevsky, los extremos de su propio narcisismo, misogina, obsesión, decepción, moralismo deshumanizante y su constante teologizar, sus dudas en torno a la existencia del amor y la trampa de sus notas-dentro-de-más-notas. En cuanto a la forma y la intencion, sin embargo, el mero catalogo de su deseperar acerca de su verdadera bondad ha sido recibido por el lector como el regalo de su bondad genuína: sentimos el amor en el hecho de su escritura, y le amamos por eso."
Sunday, May 08, 2011
Tres vídeos
Dos de mayo, de Rafael Trapiello.
Un mes!, de Mariona Guiu.
un mes! from Mariona Guiu on Vimeo.
Monday, May 02, 2011
Bin Laden y Pepe
La mejor noticia para el Real Madrid es que mañana no estará entre sus filas ese tarado llamado Pepe, al que deberían haber echado del club hace dos años, cuando se le fue la cabeza y se puso a darle patadas a Casquero que estaba caído en el suelo. También que falte Sergio Ramos es una buena noticia, porque el coeficiente de inteligencia del Madrid en el campo será claramente superior al del Barça (Alves, Piqué, Valdés...). En el caso de Messi no importa tanto que sea encefalograma plano, porque es el mejor futbolista del mundo.
Mañana vamos a sufrir lo indecible. Podremos perder de goleada, podremos ver a los actores culés retorciéndose de dolor en el césped y agarrándose la cara cuando nadie les haya ni rozado, pero jugando al ataque -¡por fin!- quizás tendremos alguna posibilidad de protagonizar el milagro. Recemos por que Mou no deje a Özil en el banquillo.