Parece que, sobre todo desde que se murió, todo el mundo odia a Cela. No sé cuántos libros han salido poniéndolo a parir, recordando sus miserias de posguerra al ofrecerse como delator del franquismo y otras hazañas de dudosísima calidad ética. Pues vale, muy bien. Seguro que no entrará en el Reino de los Cielos (si lo hubiere), como, por otra parte, tantos otros millones de seres vivos. Pero hablemos de literatura.
Para mí Cela es uno de los más grandes escritores que ha dado el siglo XX en nuestra lengua. Me resulta raro tener que decirlo (porque me parece una obviedad), pero como hay tantas personas, estudiosos, críticos y escritores -muchos de ellos a los que admiro- que lo consideran un escritor menor, si no francamente malo, pues lo digo. Cela -que, como dice el tópico, fue un gran escritor pero un mal novelista- escribió obras maestras como Viaje a la Alcarria, La colmena, San Camilo 1936... Sólo estos tres títulos bastan para situarlo entre los grandes de la literatura española contemporánea (creo yo). Y como personaje, pese a sus innumerables defectos, que tantas antipatías y odios han despertado, a mí siempre me ha resultado gracioso. Un guarro gracioso, digamos. Como ejemplo, os dejo con este vídeo, que podría ser perfectamente un discurso de Quevedo o una escena de Berlanga (transcribo unos trozos):
El mozo archidonero se corrió de cuchara, esto es, hacia atrás y por encima de la cabeza, como chutaba Zarra. [...] Acostumbra a autocascársela tres veces al día: al despertarse, de postre del almuerzo y al acostarse para adecuar los buenos sueños, salvo moza propicia, a la que, claro es, no desaira. Su ritmo es rápido y breve y no suele pasar más allá de los primeros compases del pasodoble El gato montés. Se la zurra con la derecha porque, dada su edad y prepotencia, no precisa cambiar de mano. [...] Según informes de la Guardia Civil, ni babeó ni bizqueó.
27 comments:
A mi también me gusta como escribe, eso no quita que fuera un borde. Pero lo mismo le pasa a Fernando Fernán Gómez, era un antipático pero nadie puede dudar que era un gran actor.
Cierto. Aunque la verdad es que a mí Fernán Gómez siempre me ha caído fatal (como una patada en los c...) y me parece un imbécil impresentable (aunque estupendo actor, claro; que todavía vive, F.), pero, no sé por qué, Cela siempre me ha resultado un personaje gracioso. A mí es que me hace gracia, lo siento, qué le vamos a hacer...
Conde... ¡a mis brazos!
Suscribo TODO lo que has dicho: para mí era, al morir, el mejor escritor español vivo, y es uno de los mejores del siglo, sin duda; y siempre me ha parecido muy gracioso, todas esas cosas de las palanganas, las vírgenes, etc., me parecían muy coñeras (el vídeo es genial, hombre, genial).
Al final... pues al final ya chochearía un poco, y se dejaría llevar por su señora, que estaría bastante buena para su edad y a él le valdría la pena, y degeneró un poco mezclándose con el tonto mundo rosa. Pero fue al final; y, además, por supuesto eso nada tiene que ver con la literatura.
Un abrazo.
Mmmh: interesante debate el que has abierto aquí, Conde. Me gusta. De San Camilo 1936 dije no hace mucho que era un "rosario de comas muy bien puestas": se cita a sí mismo el genio (y habla de él en tercera persona, para rematarla). La colmena, Pascual Duarte y la Alcarria son tres obras ejemplares, selectas: de lo mejorcito del XX. Cela era un señor que escribía muy bien: maravillosamente bien, con un dominio prodigioso. Yo me descolgué hace unos tres años con un artículo exageradamente duro sobre sus actividades clandestinas: fui demasiado impetuoso, y además ya estaba muerto. No comparto vuestro juicio: no me parecía un tipo nada agradable. Me daba algo de grima. Y esa pompa rosa de la que se rodeó es abominable: ya sé que era el final, pero fue un final largo y pesado, cargante.
Y su mujer, bueno: su mujer. Eso es todo cuanto puedo contaros. Esta charla, después de todo, es pública. Y yo ya me he sentado en algùn banquillo, y no en del Madrid precisamente.
Bueno, sí, què coño. Yo me senté en el banquillo del Madrid durante una visita de ésas al Bernabéu. Desde que apoyé el culo en ese asiento el Madrid no volviò a ganar nada. Voy a tener que volver allí a deshacer el puto conjuro.
Hola, Portorosa, no esperaba yo menos de "un hombre a la ironía gallega pegado". No entiendo cómo la gente se puede tomar tan en serio al "personaje Cela" para llegar a odiarlo, cuando a mí me parece que él mismo es el primero que está claramente de coña, no hay más que verlo (y escucharlo).
Además, supongo tengo el alma padronesa (muchos recuerdos de infancia, muchos veranos)... y eso une.
Manuel, mejor a la Castaño ni la nombramos, que me da grima sólo verla...
Pero no me creo que no te haga haga gracia el personaje del vídeo; tú, con ese sentido del humor que tienes...
En cuanto a "San Camilo 1936", bien, me encantaría empezar un debate. He estado a un tris de ir a coger el libro y empezar a copiar frases memorables, pero no lo he encontrado en un primer vistazo... Ya habrá tiempo.
Cada uno lleva su cruz, su vida y sus recuerdos, y los libros siempre van unidos a la biografía de cada cual. El gusto es relativo, y los recuerdos son lo más personal. Y así debe ser.
Para mí "San Camilo" es un libro muy importante porque representó mucho para mí en su momento, y eso quedará ahí para siempre. Es de esos libros de lectura infinita. También es un "tour de force" desde el punto de vista técnico. Esto por sí solo no basta. Pero es que es mucho más (como "Pálido fuego" de Nabokov).
A ver. No sé cómo podríamos empezar un debate sobre "San Camilo". Por lo pronto voy a buscarlo y hojearlo un poco. Ya sé me ocurrirá algo...
Unha aperta.
A mí también me parece que Cela fue un grandísimo escritor (a veces un buen novelista, por ejemplo en ‘Pascual Duarte’ y en ‘La Colmena’) y uno de los mejores escritores de viajes de todas las épocas. Yo creo, Conde Duque, que ‘Viaje a la Alcarria’, por ejemplo, justifica toda una vida. Es verdad que además de sufrir la etiqueta del ‘tremendismo’, que le persiguió como una losa (y cuya referencia o alusión, maldita la gracia que le hacía) aguantó otra insidia perenne: esa que le definía como “un escritor sin ideas”. Hay otras cosas (y no es de extrañar en quien tanto dio de sí), que me parecen obras fallidas, entre ellas el experimento de ‘Oficio de tinieblas’.
Con todo, lo que más me sorprendió de Cela fueron algunas reacciones tras su muerte. Guardo un brevísimo texto, una joya, del escritor y periodista Carlos Luis Álvarez, ‘Cándido’, que describe con fina ironía lo paradójico de aquellos momentos.
Cela murió el 17 de enero de 2002, y el texto de ‘Cándido’, bajo el sutil título de ‘Demasiado pronto’, apareció publicado seis días después, el 23 de enero:
“Al disparo de metáforas laudatorias sobre Cela sigue el retroceso del arma y se observa un principio de escalada de la objetividad cuando sería mejor no empezar a regañar al muerto tan pronto”.
La regañina se convirtió poco después en un conato de bronca. Y no me refiero a las disputas por la herencia, la fundación y otras mercaderías.
Un saludo.
Cela hablaba en broma, irónicamente, y no lo entendían. Como incluso yo sé lo que es eso, ir por España adelante y que no me entiendan la ironía (y esto lo digo, en fin, más que consciente de la poca gracia y la poca ironía que yo puedo tener), no me extraña que con él se escandalizaran. Cela, por dentro, se descojonaría; como en este vídeo.
Literatura. A mí me gusta incluso su literatura de salón (algo tiene con título alusivo), como su "Pabellón de reposo", además de las fundamentales. "San Camilo" me abrumó, me encantó; con "Mazurca" disfruté muchísimo y me reí bastante; las clásicas, pues eso, clásicos, etc.
Yo considero a Cela un escritor genial, un gran escritor. Que es mucho más que un buen escritor. Creo que es uno de los grandes del siglo, sin duda.
Un abrazo.
Veo que estamos de acuerdo. Esperemos que llegue alguien díscolo para animar el cotarro...
Juan Domingo, lo de mal novelista (que no deja de ser un tópico) es válido si mantenemos como referencia el modelo tradicional, decimonónico, de novela. Cela no era capaz de eso, creo, porque Cela era sobre todo observación, estilo y realidad, y no tanto construcción de argumentos de ficción. Con la primera persona (como en el Pascual) puede atajar esos problemas técnicos, o con la multiplicación infinita de personajes (La Colmena).
Si, en cambio, consideramos que en novela cabe todo, como el mismo Cela pensaba, entonces sí se puede decir que era un buen novelista, claro.
Portorosa, dentro de Galicia hay muchísima gente que tampoco entiende esa ironía. Es más cuestión de carácter, algo personal, creo, aunque es cierto que en Galicia se da mucho ese carácter...
He leído tu post antiguo y los comntarios (excelentes).
Por cierto, a ver si Manuel me da pie al debate sobre "San Camilo, 1936", que tengo tanto que decir que me parece que voy a necesitar un post entero para explicar mi admiración por ese libro...
Por cierto (bis), ¿alguien sabe quién es la actriz del vídeo? Me parece maravillosa...
Sabemos que o posmodernismo é un sistema filosófico que interesa ó desenrolo neoliberal, tra-la caida do muro de Berlín a falla de inocencia é sublimada. Todo vale o mesmo porque todo carece de valor, é a fin das ideoloxías de Fukuyama. Pero ainda tendo en conta estas reservas, ¿a qué nos podemos aferrar?
david rodriguez
(Diabólicamente maravillosa)
Espero entonces tu (diabólico) post sobre San Camilo. Mi visión es vieja: de él recuerdo eso, sus comas muy bien puestas (hace falta tener mucho talento para eso, ojo). Quizás lo leí enfadado, lo que dice mucho de mí y más aún de Cela.
He visto el vídeo: sí que tiene gracia, en general, eso hay que reconocérselo. Pero a él no sé si se la hacía: quiero decir que a lo mejor su humor se lo tomaba demasiado en serio. Aunque me ría, no soy capaz de tragarlo. Esa exhibición de macho, y esa concepción tan antigua de la vida, con la mujer en perenne servicio hacia gente como él. hace ya unos años presenté en una conferencia a Gibson, que venía de publicar (a disgusto, y por encargo editorial) una biografía de Cela. Le entrevisté y luego cenamos en Pontevedra: su visión, después de un tiempo trabajando sobre Cela, no era nada amable, y ciertos detalles sobre su vida tampoco. En fin, qué más da. Nos quedó un escritor memorable. yo de eso no tengo ninguna duda, y el resto es historia. Se creó un personaje, al fin y al cabo. Fue uno de sus primeros consejos a Umbral: un escritor primero ha de hacerse con un personaje. Y el de él consiguió lo que quería: dar que hablar y fomentar detractores y admiradores. A mí me cuenta entre sus primeros, pero me alegra saber que muchos también entre los segundos. Es una cuestión puramente objetiva.
Recuerdo siempre dos anécdotas maravillosas de él. La primera fue muy publicitada. Se tiró a una dama argentina que en un cóctel anterior había echado pestes de Franco. Y al estar follándosela, y estando la dama llegando al orgasmo, Cela le dijo: “O gritas ahora Viva España o te la saco”.
La segunda es ésta: cuando apenas había móviles, un reportero le estaba haciendo una entrevista en televisión a Cela. Estaban los dos sentados, y de repente al periodista le empezó a sonar el móvil en el bolsillo. Cela, asombrado, se echó un poco para atrás y dijo: “¿Qué le pasa? ¿Le pitan los cojones?”.
Saludos, amigos.
El primer párrafo no va con la historia, evidentemente. Es un corta y pega antiguo que tenía de david rodríguez (ofuco.blogspot.com) en una etiqueta del escritorio.
Disculpen (pero léanlo, ya que están, hombre)
Manuel, lo del personaje es evidente. A lo mejor acabó creyéndose su propio personaje.
No he leído la biografía de Gibson. Antes preferiría leer la que ha escrito de Antonio Machado: "Ligero de equipaje". Ya la pillaré en la biblioteca algún día.
Prometo escribir ese post dentro de no mucho. Ahora mismo estoy totalmente absorbido por el inglés (el idioma), pero ahí al lado ya tengo el "San Camilo" listo para ir echándole vistacillos... Algo se me ocurrirá, digo yo.
Por cierto, que te recomiendo leer a Fitzgerald en inglés (sobre todo "El gran Gatsby"). Es muchísimo más placentero que en español, que ya es.
Un saludo.
Cuando era más joven y más vulnerable, mi padre me dio un consejo al que no he dejado de dar vueltas desde entonces: “Cuando sientas deseos de criticar a alguien”, me dijo, “piensa que no todo el mundo ha tenido las oportunidades de las que tú has disfrutado”.
Debí leer ese libro cincuenta veces, Conde. Pero esta maldita ignorancia, esta fanática ausencia de curiosidad, casi obscena, me priva del placer original. Es terrible: y agotador.
Es una pena, sobre todo ahora que tenemos esos paraísos llamados Proyecto Gutenberg y Google Books. Estoy alucinado. Acabo con los ojos haciendo chiribitas, pero ¡disfruto tanto!
Ahora mismo estoy leyendo la autobiografía de Mark Twain y es genial (no sé que opinará un angloparlante, pero me parece de los mejores ingleses -idioma- que he leído en mi vida; es cadencioso, inteligente, al leerlo en voz alta suena... ¡perfecto!). Soy fan total.
¡Viva el Proyecto Gutenberg!
¡Me estoy tronzando!, porque uno de mis mayores placeres mientras bloguineo (y hacía tiempo que no disponía del mismo para tal evento social...)es comer fruta. Y abriendo su blog, Don Conde, me hallo: CON UN PLÁTANO en mi mano, la izquierda(que para algún menester soy zurda)y que ni mejor para la ocasión y muy sugerente.
Déjeme, pues, me siga riendo.
Ciertamente, Cela es un escritor indiscutible, especialmente como novelista. Es indudable que la novela española de posguerra arranca prácticamente con "La familia de Pascual Duarte" y "La colmena". Pero no es menos cierto que hay otro Cela, complejo, difícil y frecuentemente insoportable. Es la otra cara, la menos conocida, la que se ha querido ocultar u olvidar, o no recordar, porque empaña al Cela escritor. Todo un carácter.
Como muestra, el documento fechado el 30 de marzo de 1939 en el que se ofrece a las nuevas autoridades del régimen franquista como delator, dado sus conocimientos sobre "la actuación de determinados individuos". ¿Genio y figura? La historia, como siempre, implacable.
Días después de que Cela firmase ese documento, terminaba la guerra, pero empezaba la victoria. Y con ella empezaban, entre otras terribles cosas, los fusilamientos en las tapias del Cementerio del Este y Max Aub, exiliado en Francia, que huía de la Gestapo, y uno de los grandes novelistas españoles de la época, empezaba un largo camino hacia el olvido.
http://estoutrasnotaspoliticas.blogspot.com/2006/11/cela-delator-proba.html
Mar, puedes seguir riéndote... Y que aproveche el plátano.
Bienvenido a la luz, Lector en la Sombra. Me parece muy bien que se hayan publicado esos documentos. Supongo que todos los que tenemos curiosidad por estas cosas de la literatura los hemos visto publicado en diferentes periódicos y revistas (yo, al menos, sí lo he visto). Hubo un tiempo en que se quiso ocultar a toda costa esa cara oscura, pero hace tiempo que se superó ese tabú. Lo que no es justo es que esa denuncia moral implique una condena literaria.
Un saludo, Lector. Vuelva cuando quiera.
Yo, que llego tarde, a este debate tan interesante, hago mia una frase de don Juan Domingo:
"Yo creo, Conde Duque, que ‘Viaje a la Alcarria’, por ejemplo, justifica toda una vida."
Esa es un poco mi opinion. El Cela personaje me da igual, me aburre mucho. Del Cela escritor, en general, tengo mis reservas. Ya hablaremos.
Un saludo.
Mabalot
Hola, Mabalot, echamos de menos tu presencia en los debates, pero somos comprensivos con la tardanza. Esperaré a que vuelvas y nos expliques un poco mejor esas reservas con el Cela escritor, porque no creo que tengas muchos escritores de los que decir eso: que una obra suya "justifica toda una vida". Digo yo.
Como se supone que tengo que escribir un post reverencial y laudatorio sobre "San Camilo, 1936", ya habrá tiempo de entrar en materia.
Sayonara.
Creo que la calidad literaria de Cela es indiscutible. Su estilo es impecable.
Como persona, siempre me pareció un imbécil, aunque es cierto que a veces hacía gracia.
No obstante, estoy dispuesto a defenderlo de sus supuestos amigos, que apenas se murió se apresuraron a escribir libros poniéndolo de vuelta y media.
Un saludo.
Yo no aguanto a Cela, pero ello no quita para que me gusten, y mucho, algunos de sus libros, como "La familia de Pascual Duarte", "Viaje a la Alcarria", "La colmena", "Del Miño al Bidasoa" y "Viaje al Pirineo de Lérida".
Don Camilo, imperturbable, ante la narración (que excita a la finisima señorita secretaria)
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